3 caballos de Troya que amenazan nuestra habilidad de conectarnos

Después de una infructuosa guerra de diez años contra la ciudad de Troya, los griegos elaboran una estrategia para asegurar su lugar en las páginas de la historia. Construyen un caballo gigante diseñado para ocultar una fuerza de élite de sus mejores combatientes. Al atardecer, el resto del ejército griego se aleja en sus naves, dejando a sus enemigos con la creencia de haber abandonado la batalla.  Aliviados de que el conflicto finalmente ha terminado y suponiendo que el caballo gigante es una ofrenda a la diosa Atenea, los troyanos conducen la bestia dentro de las murallas de su ciudad.

Cae la noche, y las fuerzas especiales griegas salen de su lugar de escondite y abren las puertas a sus compañeros soldados que han regresado bajo el manto de la oscuridad. Troya es destruida. La guerra termina. Los griegos ganan.

No, este blog no ha tomado un fuerte giro en torno al tema de la mitología antigua. Este es un post acerca de la soledad. Para abordar este gran tema, tenemos que revisitar el caballo de Troya, porque muchas hemos halado nuestra propia versión de ese caballo hacia las puertas de nuestras vidas.

Para nuestros propósitos, un caballo de Troya es simplemente esto: Algo que invitamos a nuestras vidas pensando que es un regalo, pero con el tiempo se vuelve en contra nuestra y ataca las cosas que más atesoramos. Aquí hay tres caballos de Troya que están atacando la profundidad y la calidad de nuestras relaciones, dejando a muchas desconectadas en un mundo conectado.

Caballo de Troya # 1: Tecnología

Si vamos a ser realistas sobre las maneras en que la soledad asoma su fea cabeza en nuestras vidas modernas, debemos dar una seria mirada a la tecnología. No te preocupes. No habrá ninguna cacería de brujas para tus aparatos tecnológicos. No voy a proponer una ceremonia para quemar todo lo que tenga un interruptor de encendido y apagado o sugerir que si nos mudamos a una comunidad hippie, libre de televisores, la soledad dejaría de existir en nuestras vidas.

La realidad es que la tecnología es a la vez, una causa de la soledad y una falsa cura. Está afectando nuestras relaciones, y el impacto general no es bueno. Pero la tecnología está aquí para quedarse. Idealizar la vida sin una pantalla, no eliminará nuestras ansias de ser conocidas. La respuesta es reflexionar en la diferencia entre la auténtica conexión humana y la conexión con el mundo virtual.

Honestamente, a menos que esté escribiendo un blog sobre el rol de la tecnología en nuestras relaciones, en gran medida considero que los hábitos de consumo de los demás de las redes sociales no son asunto mío, pero me he sorprendido por la regularidad con que otros tienen la necesidad de defenderse en esta área. El hecho de que seamos tan irritables sobre nuestro uso de las redes sociales debe arrojar una bandera roja o dos. La verdad es que todos somos adictos, y nuestra negación acerca de esa realidad no nos hace mucho bien.

Estos son los datos reales:

70% de los estadounidenses duermen con sus teléfonos celulares a un brazo de distancia. Un tercio se conecta a internet antes de salir de la cama.

61% revisamos nuestros teléfonos cada hora.

Los adultos pasan, por lo menos, de 8-12 horas al día mirando las pantallas. Eso es más tiempo del que pasamos en cualquier otra actividad, incluyendo dormir.

¿Cuál es el resultado de estar constantemente conectado? Más de la mitad admite que resulta difícil hacer amigos en la "vida real" en comparación a cuando se está conectado. "Hambre de piel" es una condición real que está creciendo como fuego descontrolado. Piensa en “hambre de piel” como la versión adulta de retraso del crecimiento. Por primera vez en la historia, la profunda y devastadora soledad ha hecho a los jóvenes tan solos como las personas mayores, el grupo que generalmente se percibe como el más solitario. A pesar de que la mayoría de los jóvenes tienen un promedio de 243 amigos de Facebook, esto no se traduce en amistades de la vida real. Investigadores tienen la teoría de que estamos gastando tanto tiempo en internet que ya no tenemos espacio para salir con nuestros amigos que no están en Facebook.

Es hora de que nos demos cuenta del costo de oportunidad que conlleva tanto cliquear. ¿Qué cosas no estamos haciendo al pasar tiempo en Facebook, Palabras con Amigos, noticias de Internet, Twitter, correo electrónico y ver la televisión?

De manera conjunta, la sociedad ha elegido su lado de la valla. Las masas continuarán adorando la tecnología y trabajando para lograr cada vez más una conexión más rápida. Si quieres conectarte realmente con otros, tendrás que apartarte de la caja.

Caballo de Troya # 2: Comodidad

Si tuviéramos que construir un altar a nuestra adoración de la comodidad, creo que podría ser patrocinado por Google.

Cierra los ojos por un momento y tratar de imaginar la vida sin Google. ¿Qué harías si necesitaras saber cómo hacer una corteza de pastel? Tendrías que llamar a tu mamá. ¿Qué pasa si algunos nuevos amigos de la iglesia te invitaran a cenar? ¿Cómo sabrías llegar allí? Tomarías el teléfono y preguntaras. ¿Qué pasaría si quisieras aprender jardinería, o cómo construir una casa en el árbol, o cómo pintar con acuarelas? Tendrías que tomar una clase, preguntar a un experto, o por lo menos entrar en una librería (¿las recuerdas?). No podrías aprender a hacer cosas con un vídeo de YouTube o leer una respuesta de Ask.com. El contacto humano sería necesario para resolver los problemas cotidianos básicos.

En cambio, como sociedad hemos eliminado la necesidad de conexión. Nuestros iPhones lo saben todo, así que no hay necesidad de hacer preguntas a otros. Pero ¿y si la comodidad no es tan grandiosa como todos lo pensamos? ¿Es posible que la incomodidad sea el verdadero lugar dulce?

Al leer los Evangelios, un hecho es innegable para mí, Jesús valoraba las personas. Una y otra vez permitió que las personas a su alrededor lo detuvieran, incomodaran  y utilizaran. Aquí hay una lección que aprender. Valorar las personas significa adoptar una disposición abierta a que nos incomoden.Hacer cosas que no se pueden medir. Desarrollar relaciones basadas en lo que las personas realmente son y no lo que queremos que sean.

Caballo de Troya # 3: Ocupaciones

Este ídolo puede que no parezca un caballo gigante. Es más probable que se asemeje a tu trabajo o tu iglesia o el horario de deportes de tus hijos. Pero estoy convencida de que en la guerra por la verdadera conexión, el caballo de Troya que se sienta frente a nuestras puertas,  y plantea la mayor amenaza son las ocupaciones.

He aquí un vistazo de lo grande que este ídolo se ha convertido.

Un estudio encontró que el 80% de los estadounidenses trabajan el equivalente a un segundo día de trabajo después de salir de la oficina.

Estamos haciendo un montón de trabajo dentro de nuestras paredes de la oficina también. Casi 10 millones de estadounidenses trabajaron más de 60 horas por semana el año pasado. Trabajamos más horas que casi cualquier otro país avanzado.

Estamos demasiado ocupados para dormir. Más de un tercio de los estadounidenses que trabajan, duermen menos de seis horas por noche. Eso significa que hay 40 millones sufriendo de privación crónica de sueño.

Sí, somos un grupo ocupado, y nuestro ritmo vertiginoso nos está golpeando donde más nos duele. Un estudio demostró que el 60% de los cristianos de todo el mundo sienten que su apretada agenda les impide pasar más tiempo con Dios. Esa tendencia también se refleja en nuestras relaciones con los demás. La simple verdad es ésta: las raíces de nuestras relaciones no pueden crecer profundo cuando no tenemos tiempo para una conexión verdadera, significativa fuera del reloj.

Devolviendo el Caballo de Troya

Permítanme reescribir la historia por un momento. Después de una guerra de diez años, los griegos se retiran sin previo aviso y dejan en su lugar un caballo de madera gigante. Los troyanos tienen un momento de claridad. Se dan cuenta de que esto no tiene sentido. El anzuelo está puesto. El pequeño equipo es fácilmente derrotado una vez expuesto. Troya gana.

Tú también puedes reescribir tu propia historia, ¿sabes? No tienes que seguir el ritmo del resto del mundo. Como cristiana, Dios merece las primicias de tu tiempo y energía, no una excusa de por qué no queda tiempo para conocer y ser conocido. Como madre, tus hijos merecen tener lo mejor de ti, no los restos dejados por un horario apretado. Como alguien con sólo una vida para vivir, tienes derecho a saber que es posible tener relaciones que enriquecen. El mundo seguirá girando. Nuestros equipos electrónicos seguirán pitando. Las ofertas para ir, hacer y ser seguirán llegando, pero una vida tranquila llena de relaciones profundas es posible, y vale la pena luchar por ella.

¿Te sientes sola y desconectada, a pesar de que tienes un montón de gente a tu alrededor?

¿Reconoces el impacto de cualquiera de estos caballos de Troya en tu propia vida?

¿Qué puedes hacer para empujarlos fuera de las puertas?

Nota: La mayor parte de este artículo se tomó de mi último libro, “Conectado: Curando la pandemia de todos sentirse solos estando juntos”.

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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com

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Sobre el autor

Erin Davis

Erin Davis es una autora, bloguera y oradora a la que le encanta ver a mujeres de todas las edades correr hacia el pozo profundo de la Palabra de Dios. Es autora de muchos libros y estudios bíblicos, incluidos Beautiful … leer más …

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