100 razones por las que todo ser humano puede estar agradecido.

¿Necesitas una razón para dar gracias? ¡Aquí te compartimos 100! Todo ser humano sobre la faz de esta tierra tiene razones para estar agradecidos. Razones como:

1. Aliento en nuestros pulmones.
2. Comida en nuestros estómagos.
3. Las maravillas de la creación.
4. Puestas de sol.
5. Las olas del océano.
6. Las cebras.
7. Ornitorrincos (¡Seguramente todos los seres humanos pueden apreciar el humor de ese combo loco de pato/castor/nutria!)
8. Familia.
9. Amigos.
10. Música.
11. Trabajo.
12. Descanso.
13. Medicina.
14. Padres.
15. Un cuerpo que nos permite funcionar.

No importa quién seas o lo que creas, cada persona tiene por lo menos un par de cosas por las cuales agradecer.

Pero aquellos de nosotros que seguimos a Cristo se nos ha dado una lista extra larga de razones para dar gracias. De hecho, tenemos tantas bendiciones en Cristo, que sería difícil enumerarlas todas. Vamos a intentarlo de todos modos. (Apuesto a que podemos llegar a por lo menos 100.) Preparadas, listas, ¡a dar gracias!

16. Dios nos levanta en las mañanas (Sal. 3:5).
17. Él guardará nuestro sueño (Prov. 3:24).
18. Dios es el creador de todas las cosas (Col. 1:16).
19. Él da aliento a toda la humanidad (Hechos 17:25).
20. Su amor perdura para siempre (Sal. 136:6–10).
21. Cuando se trata de pecado, Él nos limpia (1 Juan 1:7).
22. «Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu.» (Rom. 8:1).
23. Él nos hace nuevas criaturas (2 Cor. 5:17).
24. Hemos nacido de nuevo (1 Pedro 1:23).
25. Él convierte nuestro llanto en risas (Sal. 30:11).
26. Él convierte nuestro lamento en danza (Sal. 30:11).
27. Él nos da lo que necesitamos cada día (Mateo. 6:11).
28. Él satisface nuestras necesidades conforme a sus riquezas, no las nuestras (Fil. 4:19).
29. Montañas de hermosas canciones han sido escritas acerca de Jesús.
30. Vamos a cantar por toda la eternidad (Apoc. 5:13).
31. Dios quiere que cantemos unos a otros (Col. 3:16).
32. Él nos ofrece ciudadanía en los cielos (Fil. 3:20).
33. Todo lo mejor está por venir (1 Cor. 2:9).
34. Dios recoge nuestras lágrimas en frascos (Sal. 56:8).
35. Un día Él derramará esas lágrimas y las reemplazará con alegría (Ap. 21:4).
36. Él ha empezado un buen trabajo en nosotros (Fil. 1:6).
37. Él no detendrá su trabajo en nosotros hasta que su obra maestra esté terminada. (Fil. 1:6).
38. Él nos ha dado los frutos del Espíritu Santo (Gal. 5:22–23).
39. Amor
40. Alegría
41. Paz
42. Paciencia
43. Amabilidad
44. Bondad
45. Fidelidad
46. Autocontrol
47. Él nos escucha cuando oramos (Sal. 3:4).
48. Él no pierde nada; Él está trabajando para nuestro bien (Rom. 8:28).
49. «Fiel es Dios, por medio de quien fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro.» (1 Cor. 1:9).
50. Él siempre provee una manera de salir de la tentación (1 Cor. 10:13).
51. Él nos convence de pecado (Juan 16:8).
52. Él nos formó en el vientre de nuestra mamá (Sal. 139:13).
53. Él se deleita en nosotros (Sal. 147:11).
54. Él canta sobre nosotros (Sof. 3:17).
55. Él lanza nuestros pecados al fondo del océano (Miq. 7:19).
56. «Muchos son los planes en el corazón del hombre, más el consejo del SEÑOR permanecerá.» (Prov. 19:21).
57. Nada es imposible para Dios (Marcos 10:27).
58. Él está almacenando nuestros verdaderos tesoros para nosotros (Mateo 6:19-21).
59. Podemos ir a su presencia (Sal. 95: 2-3).
60. En su presencia hay plenitud de gozo (Sal. 16:11).
61. Cada regalo que recibimos viene de Dios (Santiago 1:17).
62. Hemos sido adoptadas por Dios (Ef. 1: 5).
63. Él nos ha dado la Biblia.
64. La Biblia es inspirada por Dios (2 Tim. 3:16).
65. La Biblia nos libera del pecado (Juan 8:32).
66. La Biblia nos da alegría (Juan 15:11).
67. La Biblia nos limpia (Juan 17:17).
68. Dios generosamente nos da sabiduría cuando pedimos por ella (Santiago 1: 5).
69. Dios usa nuestras pruebas para hacernos más fuertes (1 Pedro 1: 6-7).
70. El amor de Dios es eterno (Sal. 136: 4-9).
71. . Jesús nunca cambia (Heb. 13:8)
72. Nada nos puede separar del amor de Dios (Rom 08:39).
73. Él nos ha dado a la Iglesia (Mateo 16:18).
74. Él nos da otros cristianos para llevar nuestras cargas (Gal. 6: 2).
75. Él nos está (la Iglesia) purificando, novia impecable (Apocalipsis 19: 8).
76. Él nos da dones espirituales (1 Cor. 12).
77. Él nos hace necesitados (1 Cor. 12: 12-31).
78. Él da a nuestras vidas propósito (Juan 15:16).
79. Él nos ha reclutado para una misión enorme (Mat. 28: 16-20).
80. Como un pájaro a sus crías, Él nos esconde en sus alas (Sal. 17: 8).
81. Dios es nuestro sanador (Sal. 103: 3).
82. Dios es nuestro libertador (Sal. 18: 2).
83. Dios es nuestra fortaleza (Sal. 18: 2).
84. Dios usa las cosas difíciles para enseñarnos más acerca de Él (Sal. 119: 71).
85. Dios tiene misericordia de nosotros (Sal. 78: 38-39.).
86. Dios nunca deja de perdonarnos (1 Juan 1: 9).
87. Cuando estamos tristes, Dios levanta nuestra cabeza (Sal. 3: 3).
88. «Ningún arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se alce contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del SEÑOR, y su justificación viene de mí--declara el SEÑOR.»(Is. 54:17).
89. Él nos da todo lo que necesitamos para vivir una vida piadosa (2 Pedro 1: 3).
90. «No nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.» (Sal. 103: 10).
91. Dios envió a su Hijo a morir por nuestros pecados (Juan 3:16).
92. Jesús murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores (Rom. 5: 6-11).
93. Jesús obedeció al Padre y tomó el castigo que merecíamos (1 Pedro 2:24).
94. Por la cruz, ya no estamos separados de Dios (Col. 1: 21-22).
95. No tenemos que ganar nuestra salvación (Gal 2:16).
96. La obra salvadora de la cruz está terminada una vez por todas (Juan 19:30).
97. Jesús venció la muerte al resucitar de la tumba (1 Corintios 15:55).
98. Jesús regresará por nosotros (1 Tes. 4: 16-17).
99. Él creará un cielo nuevo y una tierra nueva tan increíble que borrará nuestros recuerdos de este mundo caído (Is. 65:17).

¡Vamos a vivir con Él para siempre (y siempre y por siempre, y para siempre) (Juan 3:15)!