Una oración para el inicio del año ministerial

Ya estamos otra vez en esa época del año. Los niños vuelven a la escuela y comienza un nuevo año de estudios bíblicos. Los equipos del ministerio de mujeres se reúnen para discutir y planear eventos, retiros y actividades para el año. Se fijan objetivos, se eligen estudios bíblicos y se planifican actividades.

Para las maestras del ministerio de mujeres, al reunirnos con nuestros equipos, y al considerar y discutir lo que nos deparará este próximo año en el ministerio, hagamos primero una pausa y oremos. Llevar a nuestras mujeres y nuestros ministerios ante el trono de la gracia es lo más importante que podemos hacer. Podemos planear los mejores eventos, elegir los mejores estudios, y proveer las mejores oportunidades de ministerio a nuestras mujeres, pero si no hemos orado sobre nada de esto, entonces Dios no está en ello. Cuando la oración no es la fuerza de nuestro ministerio, nuestro ministerio se convierte acerca de nosotras en lugar de Dios. Cuando la oración no es donde empezamos, entonces no podemos preocuparnos por dónde terminamos.

La oración es esencial para nosotras como creyentes, tan necesaria como el aire que respiramos. Es una de las formas en que estamos en comunión con Dios. Es la forma en que Dios alienta nuestra fe. Es uno de los medios que Dios utiliza para llevar a cabo Su voluntad. La oración es también una de nuestras armas contra las fuerzas del mal. Y a través de nuestras oraciones, Dios construye Su Iglesia. Con este fin, he aquí una oración para el comienzo del año ministerial.

Una oración para el año ministerial

Padre celestial,

Venimos ante Ti agradecidas por un año nuevo delante de nosotras, otro año lleno de oportunidades para fortalecer y edificar Tu Iglesia a través de nuestro ministerio a las mujeres. Tú eres un Dios bueno y tienes un plan perfecto para nosotras este año. Tú gobiernas todas las cosas. Tú lo sabes todo. Tú conoces los corazones de las mujeres a las que servimos. Tú sabes exactamente lo que necesitan para crecer en su fe y en su amor por Ti. Descansamos y confiamos en quien Tú eres y sabemos que Tú nos usarás para llevar a cabo Tu plan para estas mujeres. Esta es Tu Iglesia y Tus mujeres, y deseamos glorificarte mientras planificamos este año.

Perdónanos por las veces que vivimos como si este fuera nuestro ministerio y no el Tuyo. Perdónanos por ceder a la tentación de hacer que el ministerio gire en torno a nosotras y a lo que queremos, en lugar de girar en torno a Ti. Perdónanos por esforzarnos en nuestro ministerio con nuestras propias fuerzas. Perdónanos cuando el ministerio se convierte en una lista de tareas pendientes, en lugar de una inversión en las almas de las mujeres. Te damos gracias por el perdón de los pecados a través de la sangre de Cristo derramada por nosotras. Que la obra de Cristo por nosotras sea el centro de nuestras vidas y de nuestro ministerio.

Cuando hagamos nuestros planes, concédenos sabiduría y discernimiento. Ayúdanos a saber lo que nuestras mujeres necesitan. Ayúdanos a elegir estudios bíblicos que ayuden a nuestras mujeres a crecer en la fe y en un mayor amor por su Salvador. Oramos para que nuestros estudios se centren en Cristo y lo exalten. Oramos por discernimiento para encontrar estudios que sean teológicamente sólidos. Oramos también para que Tú levantes maestras que amen Tu Palabra, enseñen bien, y apunten a nuestras mujeres a la esperanza en el evangelio.

Al planificar las actividades del año, sean las que sean, te pedimos que las utilices para animar a las mujeres, unirlas en comunión y edificar la iglesia. Te pedimos que nos ayudes a identificar a las mujeres excluidas que necesitan compañerismo y aliento. Te pedimos que las que están sufriendo se sientan acogidas y amadas. Oramos para que aquellas que están luchando contra la tentación y el pecado encuentren seguridad en nuestro ministerio y que caminemos junto a ellas en sus batallas.

Oramos también por nosotras como maestras, ayúdanos a trabajar duro, pero también a descansar suficiente. Que aprendamos a necesitarnos unas a otras, en lugar de tratar de hacer frente a todo por nuestra cuenta. Ayúdanos a encontrar el equilibrio entre nuestro trabajo al servicio de las mujeres de nuestra iglesia y el tiempo para descansar y refrescarnos nosotras mismas. Oramos para que estemos unidas como un equipo, tratando de hacer lo que Pablo exhortó a los Filipenses 2:2: «hagan completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito».

Por sobre todas las cosas, que te glorifiquemos en todos los objetivos y planes de nuestro ministerio para este año. Que todo lo que hagamos como ministerio brille como una luz en este mundo oscuro, para que el mundo sepa quién eres Tú y lo que has hecho por nosotras en Cristo.

Te damos gracias por el privilegio de servirte a Ti y a Tu Iglesia.

En el nombre de Jesús, Amén.


 

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Sobre el autor

Christina Fox

Christina recibió su título de licenciatura del Covenant College y de maestría en consejería, de la Universidad Atlantic de Palm Beach.  Escribe para varios ministerios y publicaciones incluyendo Desiring God y Gospel Coalition.  Es la editora de un blog de … leer más …


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