En Aviva Nuestros Corazones, nadie tiene que pedirnos que intercedamos en nombre de las maestras de los ministerios de mujeres. Oramos por ti de forma natural, ya que, estamos tan agradecidas por tu vida y por tu servicio. De hecho, ese es nuestro regalo para ti este Año Nuevo; nuestro staff ha orado individualmente por ti. Nos gustaría compartir contigo nuestras oraciones, a fin de que seas animada para este nuevo año de ministerio.
Padre Celestial:
Vengo ante ti porque eres poderoso, fuerte y soberano sobre todo (Sal. 102:12). Tu Palabra nos dice que Tú eres amoroso, compasivo, clemente, y abundante en misericordia. (Sal. 103:8; Joel 2:13). Gracias, Señor, por la forma en la que lidias con tus siervas. ¡Oh, cuánto te amamos!
Te doy gracias, Dios, por el enorme privilegio de clamar por mis colaboradoras en el evangelio. Oro pidiendo que ellas puedan alcanzar aquello que su corazón anhela. ¡Haz que Tu nombre sea exaltado en toda la tierra! (Is. 26:8). Oh Padre, yo reconozco que esa no es una tarea que ellas pueden lograr por sí mismas, pero en Tu Espíritu se logrará (Zac. 4:6). Por lo tanto, Señor, llénala hasta rebosar de tu Espíritu, hasta que se una a Ti (Deut. 13:4).
Permite que cada maestra sea alimentada profundamente de la Roca, para que fluyan de ella corrientes de Agua Viva. Permite que ella sea encontrada en semejanza a Cristo. ¡Es mi oración que, aquellas a quiénes ella ministre, sean sostenidas y alentadas por su vida!
Padre, haz que su corazón sea sensible a su iglesia, su ciudad, su país, y los países del mundo. Multiplica sus obras para que Tu Palabra se difunda por todas partes. ¡Qué tu favor esté sobre ella y confirma la obra de sus manos (Sal. 90:17)!
En estos días de oscuridad y dificultades, dale a tu sierva discernimiento y sabiduría para enseñar, de tal manera que, todas aquellas en quienes influya se conviertan y vivan como vencedoras en Cristo (1 Jn 5:4).
Por su incansable labor, que tenga la alegría de recibir de Ti:
- La corona de la vida: para aquellas que perseveran bajo la prueba (Stg. 1:12), y son fieles hasta la muerte (Ap. 2:10).
- La corona de justicia: para aquellas quienes aman y esperan Tu venida (2 Tim- 4:8).
- La corona de gloria: para cada persona que ha encontrado la fe a través de su vida y su testimonio (2 Ts. 2:19; Fil. 4:1).
- La corona incorruptible: aquella que, por correr bien la carrera, nunca le será quitada (1 Cor. 9:25).
Esta, oh Dios, es la ferviente oración de mi corazón. ¡A Ti, oh Dios, sea la gloria ahora y por todos los siglos (Jud.1:25)!
En el nombre de Cristo Jesús, Amén.
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