Desde pequeña he sabido que Jesús me ama y que Su Palabra es sagrada y verdadera. Me encantaban las historias bíblicas de la escuela dominical en las que usaban el franelógrafo que me enseñaban acerca del rescate de Dios por Su pueblo de los hornos ardientes, de la cueva del león, y de los mares encrespados. Fui a una universidad cristiana, donde la Biblia era el libro de texto.
Después de la Universidad serví una organización misionera que impartía un plan de estudios a nivel seminario en el este de Europa cuando el comunismo todavía regía esa parte del continente. Conocer pastores que estaban dispuestos a arriesgarse a sufrir golpizas, prisión, e incluso la muerte para estudiar y enseñar la Palabra de Dios tuvo un profundo impacto en mi amor por Su Palabra.
Años después, enseñé un estudio bíblico a una comunidad en mi hogar mientras nuestra familia estuvo viviendo en Beijing, China. Estudiamos el evangelio de Juan versículo por versículo con nuestros vecinos que nunca habían estudiado la Biblia. Hasta el día de hoy, ese es el estudio bíblico favorito que jamás haya dirigido.
Pero no fue sino hasta que comencé a servir como directora del ministerio de mujeres en mi iglesia local que comencé a dar por sentado el estudio y las enseñanzas de la Palabra de Dios.
Abordando el estudio bíblico como una tarea o la descripción de un trabajo
Conforme dirigíamos ministerios de mujeres en una iglesia cada vez más grande, comenzamos a alejarnos del discipulado uno a uno y de grupos de estudio bíblico pequeños de manera lenta e inadvertida. Conforme creció la asistencia de nuestros estudios bíblicos, dependíamos más en el plan de estudios en DVD que en ese entonces era tan popular en las iglesias grandes. Todos ellos eran estudios bíblicamente sanos, pero, por la dinámica de los maestros más buscados en esos videos, los hicimos nuestra prioridad, en lugar de equipar mujeres que estudiaran y enseñaran la Palabra por sí mismas.
Tristemente, yo también comencé a usar mi tiempo de estudio personal de la Biblia para repasar estudios que pudiera ofrecer el próximo semestre. Como directora ocupada del ministerio de mujeres, había dejado de dirigir estudios para pasar a ser solamente supervisora de la logística y ofrecer varios DVD’s de estudios basados en la Biblia, que estaban alcanzando a más de 600 mujeres por todo el campus de nuestra iglesia. De nuevo, todos eran buenos esfuerzos, pero me faltaba el tiempo personal que tanto había amado de habitar en Su Palabra cuando enseñaba en mi hogar a través de estudios bíblicos con un grupo pequeño de mujeres que buscaban a Dios.
Me pregunto si puedes relacionarte con algo de lo que he compartido. ¿Tu travesía en el ministerio también te ha llevado a un lugar donde el estudio de Su Palabra se ha vuelto más como tu «descripción de tareas» en lugar de una pasión por Cristo llena de asombro y temor reverencial?
¿O dependes demasiado de los estudios basados en recursos digitales o virtuales que atraen más mujeres, a tus estudios con el riesgo de pasar por encima de las mujeres de tu iglesia que tienen el don de la enseñanza?
Vigilante contra el estudio bíblico light
Al encontrarme con maestras de mujeres por todo el país, muchas están desanimadas porque las mujeres están anhelando asistir a las conferencias nacionales de mujeres, mientras que resulta difícil conseguir que se comprometan a ir al estudio bíblico de su iglesia local o a dirigir uno en su casa.
Algunas maestras del ministerio han rendido el llamado a hacer discípulos para convertirse en las autoras más vendidas o los conferencistas que pueden llenar un auditorio en una conferencia de fin de semana o que tienen cientos de miles de suscriptores a sus sitios web.
Las autoras Hanna Anderson y Erin Straza, en Persuasión, una difusión multimedia reciente, llamaron a esto una «subcontratación de discipulado de mujeres por personalidades paralelas a la iglesia».
Ahora bien, no quiero que parezca que estoy diciendo que está mal ir a conferencias de mujeres u ofrecer estudios bíblicos dirigidos vía online. Dios ha usado esos esfuerzos para despertar el amor por Él y Su Palabra en el corazón de miles de mujeres.
Pero hay una preocupación creciente de que muchos estudios bíblicos de mujeres se han vuelto clubs de lectura de actualidad, abordándolos como un estudio bíblico light para suavizarlo, y atraer más mujeres, en lugar de aprovechar una oportunidad para equipar mujeres que profundicen en la Palabra de Dios y la apliquen a su vida.
Buscando estudios bíblicos centrados en Cristo, que vayan a fondo, que cambien vidas.
La marea parece estar cambiando. Muchas maestras de mujeres que conozco tienen una pasión renovada por ofrecer estudios bíblicos, centrados en Cristo, que vayan a fondo, con la esperanza de ver transformaciones en la vida real. Algunas de ellas incluso están escribiendo sus propios estudios bíblicos inductivos y equipando a sus maestras para discipular a otras mujeres.
Al buscar el mejor plan de estudios bíblicos que planeas ofrecer a las mujeres en tu ministerio
este próximo año, aquí hay cinco claves para seguir la dirección de lo mejor que Dios tenga en mente.
1. ¡Pide a Dios que encienda una nueva pasión por Su Palabra en tu propio corazón!
Pídele que te haga desesperada por Su Palabra. Mora en Su Palabra a diario, cuidando ese tiempo a solas con Él.
2. Cubre en oración el proceso de decisión.
Pide al equipo de oración que ore para que tú y las maestras de estudio bíblico escuchen la voz de Dios hablando fuerte para encontrar lo que Dios quiere para los estudios bíblicos que ofrecerás el próximo año. Pide a tu pastor que esté orando por la decisión de tu equipo.
3. Toma la decisión en un esfuerzo de equipo.
Busca aportaciones sabias de mujeres en tu equipo del ministerio, maestras en otras iglesias que ofrezcan estudios a fondo, y del pastor y los ancianos de tu iglesia. Tomar esta decisión en equipo ayuda a evitar escoger estudios de tu preferencia personal, o que no tienen sana doctrina.
4. Investiga a la editorial de los estudios bíblicos que estás considerando.
La mayoría de las editoriales incluyen en sus sitios web su declaración de fe. ¿Se alinea con tu iglesia o la declaración de fe de tu ministerio?
5. Toma el tiempo para completar el estudio bíblico.
Aunque no siempre sea práctico, es mejor si tú y tu equipo pueden hacer el estudio antes de ofrecerlo a las mujeres en tu iglesia.
Saboreando el Salmo 119
Finalmente, como parte del proceso de escoger un estudio bíblico, quiero animarte a oprimir el botón de pausa y tomarte el tiempo para leer todo el Salmo 119, los 176 versículos. Hice eso una mañana de verano, cuando estaba luchando contra el agotamiento como líder. Para cuando terminé de leer el salmo, tenía lágrimas en mis ojos, Dios usó Su Palabra inspirada para soplar esperanza y consuelo a mi cansado corazón y encender una nueva pasión por Su Palabra.
Versículos como estos del Salmo 119 saltaron de las páginas de mi Biblia, haciendo una limpieza sobre mi ser. Al leer estas palabras, toma tiempo para saborearlas, leyéndolas en voz alta para asentar estas verdades en tu propio corazón:
Abre mis ojos, para que vea las maravillas de Tu ley (v. 18)
Si tu ley no hubiera sido mi deleite, entonces habría perecido en mi aflicción (v. 92)
Jamás me olvidaré de tus preceptos, porque por ellos me has vivificado (v. 93)
¡Cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Tus testimonios he tomado como herencia para siempre, porque son el gozo de mi corazón. (v. 111)
Tú eres mi escondedero y mi escudo; en Tu palabra espero (v. 114)
Como el autor de este hermoso salmo, que nosotras como maestras, podamos inspirar y equipar a las mujeres que servimos, para amar y guardar las cosas maravillosas de Su ley… meditando en ella todo el día.
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