Una afirmación común que escuchamos de quienes visitan nuestra iglesia por primera vez es que sienten la presencia de Dios en nuestros servicios. Estoy muy agradecida de que Él sea evidente cuando nos reunimos como un cuerpo. Le agradezco que nos permita permanecer en Él y experimentar la maravilla de quien Él es, un Dios personal.
Sin embargo, esto no siempre sucede en cada una de nuestras iglesias. A veces, con el tiempo, se puede ir opacando nuestro asombro ante Dios, pero cada día es una oportunidad para mostrar a las mujeres a quienes servimos que el Señor nos ha dado medios de gracia para que podamos recordar Su grandeza y amor infinito, y maravillarnos en ello.
Sigue leyendo porque encontrarás unos consejos muy útiles para avivar la pasión por el Dios que te redimió y te dio parte con Él en gloria a través de Su hijo Jesucristo.
Tal vez hayas perdido el asombro u olvidado algunos de los magníficos atributos de nuestro Señor. Si es así, tal vez este blog te ayude a conocer de cerca y en profundidad a este Dios asombroso.
Te animo a escuchar la serie «Su Nombre es Maravilloso». Escucha estos mensajes de Nancy mientras enseña a través de los nombres para Cristo que se encuentran en Isaías 9:6:
«Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre Sus hombros. Y se llamará Su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz».
Uno de los mayores peligros para los creyentes es perder el asombro de este Dios maravilloso. Pasajes como Isaías nos ayudan a volver a centrarnos en nuestro glorioso Salvador. Es demasiado maravilloso para ignorarlo, demasiado maravilloso para acercarse a Él con apatía.
Si tu pasión se ha enfriado, reaviva el fuego con estos simples consejos:
- Pídele a Dios que te revele cualquier cosa que pueda estar evitando tu apetito por Él.
- Pídele que aumente tu apetito por Él.
- Pídele que te permita conocerle más íntimamente.
- Pídele que use Su palabra para ayudarte a comprenderle más plenamente.
- Medita en pasajes mesiánicos descriptivos.
- Alábale con himnos o cantos de adoración que exalten Sus atributos.
- Recuerda momentos en los que Él ha obrado de manera poderosa en tu vida y dedica un tiempo a darle gracias.
- Pídele que te enseñe a adorarle en espíritu y en verdad.
- Lee algunos de los testimonios de los mártires del primer siglo o de la iglesia perseguida.
- Escucha o lee las transcripciones de la serie de Aviva Nuestros Corazones «Su Nombre es Maravilloso» y pídele a Dios que te dé una mayor apreciación de Su glorioso carácter.
¿Has perdido el asombro? Quizá algunas de ustedes quieran añadir algunas sugerencias para recuperar el asombro por nuestro Dios.
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