Ministrando a las madres con necesidades especiales

Según las estadísticas del Informe sobre Discapacidad y Familias Americanas de la Oficina del Censo de Estados Unidos, una de cada veintiséis familias crían a niños con discapacidad. Se estima que 2.8 millones de familias, el 1.3% informaron que criaban a dos o más niños con discapacidad.

La casa de los Gosney forma parte de los 2.8 millones, ya que nuestro hijo de veintidós años, Taylor, padece de un autismo severo.

Cuando una mujer se siente llamada al ministerio de mujeres, no tiene ni idea de los diferentes tipos de mujeres a las que eventualmente ministrará. Estas estadísticas indican que tarde o temprano una familia con necesidades especiales probablemente asistirá a tu iglesia, y como eres maestra en el ministerio de mujeres, tu conexión será mayormente con la mamá.

Aunque todas las mujeres son diferentes, la mayoría de las mamás con necesidades especiales tienen varias cosas en común. Son abnegadas, a menudo están agotadas y, si son creyentes, están tratando de crecer en su caminar con el Señor en medio de una vida impredecible, incluso caótica.

Cuando una mamá con necesidades especiales entra a formar parte de tu iglesia, ¡tienes una maravillosa oportunidad para el ministerio! No solo para ti, sino también para las demás mujeres de tu iglesia. Sin embargo, para poder ministrar eficazmente, debes conocer su vida personal.

Desarrolla comprensión y fomenta la empatía

Para comprenderla, tienes que visitarla en su casa. Pregúntale si puedes ir a su casa cuando esté su hijo, prepárate para llevarle un refrigerio para que no tenga que atenderte. Un pequeño obsequio para los niños también sería estupendo, pero pregunta antes si tienen alergias o dietas especiales. Visítala también cuando los niños no estén en casa; también querrás conocerla de mujer a mujer.

Intenta descubrir estas cosas acerca de la familia:

  • ¿Cuál es la dinámica familiar? ¿Viven cerca los abuelos u otros parientes que pueden apoyar? Si la familia cuenta con poca ayuda, naturalmente su necesidad de ministerio personal será mayor.
  • ¿Recibe la familia servicios de organizaciones especiales, o se enfrentan a su situación sin ayuda externa?
  • Averigua qué otras circunstancias están creando estrés en la familia. ¿El esposo hace horas extras porque la esposa no puede trabajar fuera de casa? ¿Percibes tensiones económicas?
  • ¿Qué necesidades emocionales y espirituales tienen? Pregúntales cuáles son sus necesidades de oración y empieza a orar y a preguntar periódicamente.
  • ¿Hay alguien en la familia que esté luchando con el diagnóstico del niño? Tal vez puedas orientarlos hacia un consejero cristiano.

La información que obtengas sobre la familia será valiosa para que todos en la iglesia aprendan cómo servirlos. No podrás satisfacer todas sus necesidades, ni deberías intentarlo, pero puedes ser un canal de compasión ayudando a otros a comprender y ministrar.

Cómo incluirla en el ministerio

A la mayoría de las mamás con necesidades especiales les resulta difícil asistir a estudios o eventos para mujeres. A veces simplemente está agotada y no puede salir por la tarde, pero la mayoría se quedan en casa por otra razón: falta de ayuda.

  • ¿Podría su hijo ser supervisado con los demás niños de la iglesia, con la ayuda de una persona adicional que solo se enfoque en su hijo? Ten en cuenta que una persona adicional puede necesitar capacitación u orientaciones por parte de la familia.
  • Si la discapacidad del niño es tal que llevarlo a la iglesia le causa más estrés, considera la posibilidad de pedir a la iglesia que apoye con el costo de una cuidadora a domicilio.
  • Siempre que sea posible, recurre a los miembros de la iglesia para que ayuden como cuidadores o acompañen al cuidador. Este sistema de compañeros crea un sentido de unidad y educa continuamente al cuerpo de la iglesia sobre cómo cuidar al niño. Si la familia tiene una emergencia, diferentes miembros de la iglesia están preparados para ayudar.

Si ella no se presenta al estudio bíblico, nunca des por sentado que ha perdido el interés. Ve a verla para saber si está bien. Haz lo que sea necesario para ayudarla a ponerse al corriente con las lecciones o los videos que se ha perdido. Si es posible, abre una página en Facebook para conectar a todas las mujeres de tu estudio bíblico. Así, la mamá con necesidades especiales podrá estar al día y sentirse conectada cuando no esté presente.

Evalúa sus necesidades espirituales

Una mamá con necesidades especiales es como cualquier otra persona; ella es una obra en progreso, con sus debilidades y fortalezas. Identifica algunos de sus puntos débiles y empieza a ministrarle.

Ten en cuenta que esa mamá con necesidades especiales puede estar cargando mucho dolor que necesita procesar. Puede que su esposo se niegue a aceptarlo, que se sienta abandonada o que tenga «cicatrices» de una mala experiencia en una iglesia anterior. Intenta escuchar y aprender de lo que te cuente. No sientas que tienes que abordar cualquier rastro de amargura inmediatamente. En su lugar, decide orar por cosas específicas que veas y empieza por conocerla y a desarrollar confianza. Ella te respetará y recibirá tu consejo bíblico a medida que la relación progrese.

  • Disponte a reunirte con ella individualmente para guiarla espiritualmente. También, ponla en contacto con varias mujeres que estén dispuestas a turnarse para reunirse con ella para su crecimiento espiritual y apoyo.
  • La creatividad en la comunicación es imprescindible. Aunque algunas personas consideran que los mensajes de texto y los correos electrónicos son impersonales, una mamá con necesidades especiales podría considerarlos un salvavidas en un día ajetreado. Envíale mensajes con las Escrituras, recordatorios para orar y canciones de alabanza. A ella le encantará cada mensaje, aunque no pueda responder.

Puede ser una mina de sabiduría

Por mucho que desees ministrar a una mamá con necesidades especiales, muchas son mujeres que tienen mucho que compartir con los demás. Debido a su impedimento para formar parte del «mundo normal», muchas han aprendido a apoyarse en Dios a través de la oración y a escucharle en su soledad. Puede que no dispongan de grandes cantidades de tiempo para estudiar las Escrituras, pero si realmente creen en la Palabra, siguen creciendo. La mayoría se ha dado cuenta de lo que significa caminar por fe y no por vista. La situación de su hijo les ha empujado a una vida que nunca soñaron, y han visto la fidelidad de Dios con sus propios ojos.

  • Piensa en quién de tu iglesia necesita aprender de esa mamá con necesidades especiales. Sugiéreles que se conozcan.
  • Piensa en diferentes formas de compartir el testimonio de ella con tu grupo de mujeres. Si ella no puede hablar ante un grupo, su testimonio de fe podría escribirse y compartirse con las mujeres, ya sea en forma de folleto o a través de su grupo en línea.

Hagas lo que hagas, ¡no te sientas abrumada por el proceso! Las mamás con necesidades especiales son algunas de las personas más flexibles que conocerás. Si te encuentras con obstáculos en tus esfuerzos por ministrarles, no te rindas. ¡Lo más probable es que lo siguiente que intentes funcione!

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Sobre el autor

Sheila Gosney

Sheila Gosney vive en Missouri con su esposo y su familia. Ama ser abuela y le agradece a Dios por esa bendición. Durante la semana sirve en su iglesia local como co-líder de un ministerio de niños. Mientras más envejece, … leer más …


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