Escrito por Nikky Daniel
El pensamiento había estado rondando mi mente durante varias semanas. Lo hablé con mi esposo, y supe lo que tenía que hacer. Con ciertas expectativas, escribí un mensaje en privado por Facebook a la esposa de un pastor preguntándole si podía ser mentoreada por ella. Yo sabía que ella estaba muy ocupada y realmente no esperaba que ella estuviera de acuerdo. Sin embargo, días después, recibí un mensaje con un cordial ¡Sí! Desde aquel entonces (2015), nuestra relación de discipulado a larga distancia ha permanecido muy firme.
El discipulado se ha convertido en parte del ritmo regular de muchas iglesias, especialmente dentro del ministerio de mujeres. Se anima a las mujeres más jóvenes a pedirles a las mayores que las discipulen, y de igual forma también se anima a las mujeres mayores a invertirse en las más jóvenes. Sin embargo, las esposas de muchos pastores no están muy seguras de cómo el discipulado funciona para ellas, especialmente cuando se trata de la iglesia de la que ellas forman parte.
Honestamente hablando, es comprensible que la esposa de un pastor tenga dudas respecto al discipulado. Puede resultar incómodo y hasta poco saludable tener que divulgar sus luchas personales a otra mujer del cuerpo de su iglesia. Aunque algunas esposas de pastores tengan un mentor en su iglesia local, no todas tienen esa opción. Realmente nos encontramos en una situación un poco complicada cuando se trata de compartir información personal.
Querida esposa de pastor, tienes uno de los roles más hermosos en la iglesia. Sacrificas mucho por el bien de las familias de tu iglesia y sirves como el principal sistema de soporte para tu esposo, y aunque los demás no puedan percatarse de ello, Dios si lo hace. Te inviertes en muchas personas y por eso es importante que permitas que otros inviertan en ti.
Durante el tiempo que llevo conversando con otras esposas de pastor, a través de los años he aprendido que realmente puede ser muy difícil sacar tiempo para pensar en nuestras propias necesidades espirituales. Si privamos a nuestras almas del continuo proceso del discipulado y de poder obtener aliento de parte de otros, nos estaremos haciendo un gran mal.
Sin una persona de mayor madurez a nuestro lado (preferiblemente la esposa de otro pastor) con quien poder conversar sobre nuestras cargas en el ministerio, podemos caer en agotamiento, desánimo, amargura y algunas otras cosas que pueden desenfocarnos de Cristo. Por lo tanto, creo que verdaderamente obtenemos un gran beneficio al tener a nuestro lado a otra esposa de pastor con más madurez, discipulandonos.
He observado varias razones por las que creo que esto es cierto. Aquí hay tres de ellas.
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Enseñar a otros
2 Timoteo 2: 1-2 dice, «Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús. Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga a hombres fieles que sean capaces de enseñar también a otros.»
Pablo, quien es mayor y espiritualmente más maduro, está hablando con Timoteo, un pastor joven que necesitaba ayuda con los diversos desafíos del ministerio. Pablo ya había invertido mucho tiempo y energía en preparar a Timoteo para el ministerio pastoral; pero Pablo no estaba contento con que su entrenamiento terminara allí. Pablo tenía la intención de que Timoteo aprovechara su entrenamiento para pasarlo a otros.
Este mismo principio puede ser aplicado a las esposas de pastores, quienes tienen un llamado y un papel único en la vida de su iglesia.Las esposas de pastor que son mayores y con más experiencia, tienen conocimientos, aliento y enseñanzas para transmitir a las esposas de pastores más jóvenes. Las esposas mayores deben confiar su formación a las esposas jóvenes, que luego la transmitirán a las esposas de otros pastores.
Es interesante saber que Pablo no se encontraba en la misma iglesia que Timoteo. Generalmente creo que el mejor discipulado ocurre dentro de tu iglesia local. Sin embargo, cuando se trata del pastor principal y su esposa, parece ser prudente encontrar un pastor y una esposa mayores para el discipulado. En el caso de las iglesias más pequeñas, lo más probable es que esto suceda fuera de esa iglesia local. Esto es lo que vemos con la relación entre Pablo y Timoteo.
Pablo entrenó a muchos hombres a lo largo de su vida como cristiano, pero de manera intencional y única, entrenó a Timoteo como pastor. Las esposas de los pastores pueden discipular a muchas mujeres, pero existe un entrenamiento y un discipulado que son especialmente útiles para las esposas de otros pastores.
Por ejemplo, ¿Cómo podemos manejar a los miembros de la iglesia cuando se sienten inconformes? ¿Cómo distinguimos entre el chisme y cuando alguien se abre apropiadamente sobre los demás con la esposa de su pastor sin pecar? ¿De qué maneras podemos animar a nuestros esposos pastores después de haber predicado un sermón difícil? ¿Cómo podemos combatir la soledad que surge cuando los miembros de la iglesia no buscan profundizar una amistad con nosotros porque sería incómodo ser mejores amigos con la esposa de su pastor? ¿Qué hacemos cuando nuestras almas se alejan de Cristo, pero no queremos que nadie lo sepa porque podría dañar el ministerio?
Todas estas situaciones se beneficiarían si la esposa de un pastor experimentado pasara el entrenamiento de su propia experiencia en la búsqueda de Jesús a través de situaciones similares.
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Todo pastor casado saludable tiene a su lado una esposa saludable
Mi esposo y yo nos encontramos retomando la misma conversación cada cierto tiempo. Otro de nuestros amigos ha dejado el ministerio, en gran parte porque su esposa estaba abrumada por las presiones del mismo. El ministerio puede ser agotador algunas veces. Los cristianos pueden resultar duros y hasta odiosos. Nuestros esposos son constantemente criticados por los amigos en la iglesia. Los matrimonios de nuestros amigos lucen maravillosos los domingos por la mañana; pero fracasan al llegar a sus casas. Los chismes que se esparcen sobre nosotros llegan a nuestros oídos. Recibimos cartas que destruyen todo el bien que creemos que el Señor está haciendo. Y todas estas situaciones afectan, no solo al pastor, sino también a su esposa.
Necesitamos contar con mujeres que hayan vivido estas situaciones para que alienten nuestras almas y no terminemos desconfiando de Jesús. La amargura, el desánimo y la desesperación pueden penetrar rápidamente nuestro corazón. Cuando esto pasa, normalmente afecta nuestros matrimonios, y de paso, nuestras iglesias. El ministerio tiene altas y bajas, y es normal que nuestras almas reaccionen a esto. Sin embargo, se necesita intencionalidad para mantener una sana confianza y el amor a Cristo en medio de todo.
Los esposos y las esposas están unidos en la relación humana más cercana posible. Cuando uno de los dos sufre, ambos sufren. Cuando uno está motivado, ambos se regocijan. Cuando espiritualmente uno de los dos no está bien, ambos salen afectados. Por lo tanto, si tanto el esposo como la esposa buscan glorificar a Dios al recibir el discipulado de otro, es más probable que ambos tengan vidas espiritualmente saludables.
Nota: Muchos pastores sienten las mismas luchas que sienten sus esposas. Anímense a hablar con sus esposos sobre cómo encontrar un pastor mayor para discipularlo. Su alma, su matrimonio y toda la iglesia se beneficiarán.
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Alegrías personales
He caído y salido a flote, siendo la esposa de un pastor durante trece años. Hay tiempos de ministerio gozosos y pacíficos, así como tiempos desgarradores y devastadores. Comencé a sentir el beneficio espiritual del discipulado cuando una mujer que había sido esposa de pastor durante más de cuarenta y tres años, me tomó bajo su protección. Desde entonces, ella me ha animado a través de muchas alegrías y cargas, la mayoría de las cuales ha experimentado personalmente. Ella ha citado las Escrituras más veces de las que puedo contar, y ha orado por mí constantemente desde que comenzamos nuestra relación de discipulado.
He podido preguntarle sobre varias situaciones acerca de mi vida personal y la vida de la iglesia. Me ha aconsejado sobre muchas situaciones difíciles que podrían haber devastado mi alma si ella no hubiera estado para guiarme. Amo a Jesús más por el ejemplo que ella me ha dado.
El Señor había usado ese inesperado mensaje de Facebook en el 2015 para motivar y retar a mi alma a través del discipulado. Las esposas de pastores mayores y más maduras tienen experiencia y sabiduría que valen oro, que beneficiarán enormemente a las esposas de pastores nuevos. No solo tenemos el gozo de transmitir nuestro entrenamiento, sino que debemos reproducir discípulos sanos y centrados en el evangelio (en esta situación, ¡discípulas de la esposa del pastor saludables y centradas en el evangelio!).
¿Qué pasa contigo? ¿Cómo cambiaría tu alma si encontraras a la esposa de otro pastor para discipularte? El Señor puede usar a esa mujer para hacer una hermosa diferencia en tu vida.
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