Guía de oración eficaz en tiempos de crisis

Nunca he sufrido de vértigo, pero me han dicho que es una infección del oído interno que altera tu equilibrio hasta el punto de perderlo. Tal vez sientes una desorientación similar durante la pandemia del coronavirus en la medida en que los estudios bíblicos, los grupos pequeños y los eventos se detuvieron temporalmente o se trasladaron a plataformas digitales. El camino a seguir para el ministerio en esta temporada inusual puede ser turbio, pero hay un camino que está claro como el cristal:

La interrupción en el ministerio es un llamado a la oración acelerada.

¿Y si estas interrupciones son una invitación de Dios a la oración sincera? ¿Y si la interrupción es un llamado de trompeta para el ayuno? Decimos correctamente (¡y sinceramente!) que la oración es el trabajo del ministerio. Por eso, ahora mismo, tenemos una oportunidad única en la vida de demostrar que lo creemos. Dios trabaja a través de nuestras oraciones para poner en marcha sus planes. Imagina lo que puede pasar cuando miles de mujeres se postren ante el trono del cielo para pedir fervientemente la sanación de nuestra tierra.

El ministerio interrumpido es un don que debe ser usado sabiamente. Cuando el regalo se desenvuelve, descubrimos que necesitamos desesperadamente a Dios para algo más que detener el COVID-19: 

• Oramos porque anhelamos su presencia. 
• Oramos porque anhelamos que la iglesia vuelva a arder con la gloria de Dios (2 Cro. 7:1-3;14).
• Oramos porque tenemos hambre de que su gloria llene la tierra como las aguas cubren el mar (Hb. 3:2). 

De corazón, espero que esta Guía de Oración te ayude a levantarte como una fiel vigilante sobre la muralla (Is. 62:6-7; Ez. 22:30) y a reclutar más mujeres que se unan a la batalla. Les insto a que lideren la carga formando grupos de oración en línea o de texto. Desgastemos nuestras rodillas hasta que Dios haga llover la salvación y la justicia (Is. 45:8). Ahora más que nunca, podemos «perseverar en la oración» juntas.

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