¿Está ella a la altura de tu estándar?

El jueves escribí específicamente a las esposas e hijas de los pastores. Si tú no encajas en ninguna de estas categorías, tal vez no te des cuenta de la tensión a la que están sometidas muchas de ellas. Permíteme ir al grano diciéndote que muchas, muchas familias de pastores están sufriendo debido a las exigencias del ministerio.

¿Qué tiene eso que ver contigo? Puede que no lo hayas hecho intencionadamente, pero puedes ser una de las que está ocasionando alguna de estas heridas. 

Piensa en la esposa de tu pastor por un momento. ¿Está ella a la altura de lo que tú crees que debe ser la esposa de un pastor? ¿Has sido alguna vez crítica en tus palabras hacia ella o sobre ella? ¿Has sido intencional en animarla mientras sirve en el ministerio de tu iglesia?

1 de Timoteo 3:11 nos da algunas pautas sobre cómo deben ser las esposas de los líderes del ministerio: «De igual manera, las mujeres deben ser dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo».

Eso es todo. No dice que ella debe traer un pastel a cada reunión de la iglesia. No dice que deba enseñar en la escuela dominical de primer grado durante 40 años. No dice que debe servir en todos los ministerios de la iglesia o asistir a todas las funciones. Ni siquiera menciona cómo debe peinarse o cómo debe vestirse.

Solamente se dan cuatro características:

  1. Digna
  2. No calumniadora
  3. Sobria
  4. Fiel en todo

¿Puedo añadir una quinta? Humana.

Las familias de los pastores necesitan la obra redentora de Dios al igual que el resto de nosotras. No están más plenamente santificados que los miembros de las familias de los que no son pastores. Los pastores y sus familias no se convierten automáticamente en santos cuando aceptan un puesto al frente de una iglesia. Tienen que trabajar en su salvación con temor y temblor (Filipenses 2:12) como el resto de la congregación.

Fallarán. Cometerán errores. Pecarán. Pero eso no los descalifica. Nos recuerda a cada una de nosotras por qué Él nos ha dado el cuerpo de la iglesia en primer lugar.

No conozco a la esposa de tu pastor, pero sé lo que necesita... ¡aliento! Lo que me lleva de nuevo a ti. ¿Tomarías un momento durante estas vacaciones de Acción de Gracias para amar a la esposa de tu pastor? Trata de enviarle una nota para hacerle saber qué cualidades de 1 Timoteo 3:11 ves en ella, o dile que te das cuenta del ministerio del que forma parte, en lugar de instarla a formar parte de una cosa más. Habla bien de ella a otros miembros de la iglesia si se presenta la oportunidad.

La verdad es que 1 Timoteo 3:11 nos da un modelo de cómo debemos vivir cada una de nosotras. Como mujeres que aman a Jesús, todas debemos esforzarnos por ser amables, honestas, templadas y dignas de confianza. Debemos trabajar para ganarnos el respeto de los demás, especialmente de la familia de nuestra iglesia.

¿Pondrás tú el ejemplo acercándote a la esposa de tu pastor? Quién sabe si hay heridas que puedes ayudar a curar.

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Sobre el autor

Erin Davis

Erin Davis es una autora, bloguera y oradora a la que le encanta ver a mujeres de todas las edades correr hacia el pozo profundo de la Palabra de Dios. Es autora de muchos libros y estudios bíblicos, incluidos Beautiful … leer más …

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