Siempre he querido construir una casa desde cero. Bueno, no yo personalmente, sino un contratista. La construiría en un terreno con una vista a la montaña. La casa tendría un gran porche alrededor con un color de pintura alegre en la puerta principal. Rojo. O quizás azul brillante. En el interior, diseñaría la distribución general, desde el espacioso gran salón hasta el dormitorio principal con un sistema increíble de organización de armario. Y claro, habría un porche trasero protegido, incluyendo una chimenea para las noches frescas de otoño.
Cuando propongo esta idea, mi esposo me advierte de la cantidad de trabajo que requiere el construir tu propia casa. Sé que tiene razón, pero hay algo atractivo en la idea de diseñar y construir una casa exactamente de la manera que tú deseas. ¡Quizás algún día!
Construyendo un ministerio desde cero
Aunque nunca he construido mi propia casa, sé que empezar algo desde cero es desalentador. Esto es cierto en toda tarea. Puede ser abrumador. Incluso aterrador. Hay mucho trabajo en juego. ¿Por dónde se empieza? ¿Cómo sabemos que lo estamos haciendo bien? ¿Tenemos lo que nos hace falta para terminar?
Estas son todas las preguntas que recuerdo haberme hecho cuando empezamos un ministerio de mujeres desde cero en mi iglesia. En el pasado hubo una temporada en la que tuvimos un ministerio de mujeres activo y próspero. También hubo una temporada en la que pendía en un hilo. Y después, hubo una época en la que no teníamos ningún ministerio de mujeres. Esa vez teníamos un pastor nuevo y él reunió un grupo de mujeres para empezar a dialogar cómo sería un ministerio. A través del tiempo, y después de mucho trabajo, construimos un nuevo ministerio desde los cimientos y eventualmente me convertí en la coordinadora del ministerio de mujeres.
Quizás estás en una etapa en donde tu iglesia desea iniciar un ministerio de mujeres. Pero te preguntas, ¿por dónde empezamos? Al igual que la construcción de una casa, se empieza con los cimientos.
Oración
La oración es el punto de partida de cualquier nuevo esfuerzo, es el fundamento. Trae tu deseo de un ministerio de mujeres al Señor. Ora por sabiduría y conocimiento. Ora por la sabiduría para comunicar este deseo a los líderes de tu iglesia. Ora por aquellos que vayan a participar. Ora por el proceso. Ora que Dios y Su Palabra sean el centro y Su gloria la meta.
Liderazgo de la iglesia
Lleva tu idea empapada en oración al liderazgo de tu iglesia. Cualquier ministerio en la iglesia necesita funcionar bajo el liderazgo de la iglesia y someterse a él. Prepárate para dialogar sobre cómo este ministerio se acopla en el modelo general de discipulado de la iglesia. ¿Por qué es necesario este ministerio? ¿Cómo ayudaría a crecer la fe de las mujeres en tu iglesia? ¿Cómo las equipa para servir a la iglesia? Puede ser que tu liderazgo te pida que desarrolles un plan para revisarlo con ellos.
Reune un equipo
Una persona no puede construir una casa por sí sola ni tampoco puede desarrollar y dirigir un ministerio por sí sola. Probablemente tengas que trabajar con el liderazgo de la iglesia para reunir un equipo de ministerio de mujeres. Estas son mujeres que tienen un corazón para el ministerio, que son sabias en su fe, y que desean trabajar juntas para perseguir las metas del ministerio. En algunos ministerios, cada miembro del equipo supervisa un grupo de mujeres que usan sus dones espirituales de manera específica. Quizás tengas un equipo que se enfoca en la enseñanza de estudios bíblicos, otro equipo que trabaje en eventos especiales (tal como un retiro para el ministerio de mujeres, un almuerzo anual, el intercambio de galletas de Navidad), otro podría enfocarse en el grupo de discipulado de madres espirituales y otro equipo podría orar por todas las mujeres de la iglesia.
Desarrolla la misión del ministerio
Es importante que tu ministerio tenga una declaración de misión. ¿Cuál es el propósito de tu ministerio? La misión es como el plano de una casa, le da forma y estructura. Todo lo que hagas en tu ministerio tiene que centrarse en este objetivo. Esto va a prevenir que tu ministerio se desvíe del camino y te ayudará a enfocar en la meta de discipulado para tus mujeres.
Entrenamiento
Cuando inicias un ministerio es de mucha ayuda que todas estén en la misma página. Puedes lograr esto al proveer entrenamiento a las mujeres de tu equipo. Cuando están equipadas, pueden servir a las mujeres de tu iglesia de mejor manera. Los temas de capacitación pueden incluir: servicio, enseñanza de estudios bíblicos, mentoría como Tito 2 y ministrando a mujeres heridas. Hay muchas oportunidades para este entrenamiento a través de conferencias, libros, videos, grupos de redes sociales, y más. Un buen lugar para empezar es la lectura del libro Ministerio de Mujeres escrito por Cathy Scheraldi de Núñez.
Sí, construir algo desde cero puede ser abrumador. Toma mucho trabajo. Pero con cimientos sólidos de oración y la Palabra de Dios, tú puedes empezar un ministerio de mujeres para discipular a las mujeres de tu iglesia, equipándolas a madurar en su fe y compartir a Cristo con un mundo cansado y dolido.
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