Cuando voy al supermercado traigo conmigo bolsas reusables y amablemente le pido al empleado que empaque las cosas en las bolsas, dejándolas bien llenas y pesadas. Algunas personas han cuestionado mi método y quizás también mi fuerza, cuando arquean las cejas, ladea la cabeza y me dan una sonrisa a medias. Pero se convencerían si me siguieran a mi casa y me vieran como habilidosamente me coloco las bolsas en mis hombros y en los antebrazos a medida que cargo una bolsa más en mis manos. Parezco una mula cargada cuando llego a la casa, pero por lo menos solo tengo que hacerlo unas pocas veces.
Una vez que desempaco la compra en la cocina, comienzo a poner todo en la despensa y en el refrigerador. Este hábito mío tan peculiar es una ilustración práctica de una frase que encontramos en Hebreos 12:1, «Despojémonos de todo peso».
¿Pudiera esto describir tu enfoque en el ministerio de damas? Te agobias no solamente por las preparaciones y tareas que tienes a cargo, sino también por el dolor, sufrimiento, dolor de cabeza y dudas de las mujeres a las que estás sirviendo (esto sin mencionar tus propias cargas).
Pero las mujeres están cargadas con sus sufrimientos (y a menudo nosotras mismas también). El reto que enfrentamos en este mundo roto es real y constante. ¿Qué pide Dios que hagamos con este peso?
Despojémonos. Algunas traducciones dicen «tira a un lado». Ambas frases indican una acción consciente y deliberada de nuestra parte para desistir de algo que no estamos destinadas a llevar por nosotras mismas. Nota, también que no solamente se nos aconseja poner a un lado algo de ese peso, es todo el peso. Esta descripción de correr sin obstáculos lo entendieron los lectores originales del libro de Hebreos, porque los atletas Greco-Romanos corrían completamente desnudos. Ellos se quitaban todo (literalmente) para correr durante su competencia.
Es una gracia que podemos permanecer completamente vestidas a medida que nos despojamos de la carga –la nuestra o la de otras personas–, la cual nos retrasa y nos distrae de nuestra meta.
No olvides cual es el objetivo final. Mi objetivo cuando llego a mi casa del supermercado no es simplemente entrar a la casa con la compra, es reabastecer mi cocina con todo lo que necesito para alimentar a mi familia. A medida que me despojo del peso que Cristo puede y solo Él puede llevar (Mateo 11:28-30), somos capacitadas para servir, amar y cuidar como es debido; y así, mostramos a Cristo. Y con los ojos puesto en Él, perseveraremos decididamente hasta el final.
Oración:
Padre, muéstrame aquello que me está agobiando. Ayúdame a identificar claramente lo que pretendes que no lleve sobre mí. Trae a la luz todo lo que me impide perseguir Tus propósitos y todo lo que impide que muestre Tu gloria. Luego, equípame para dejar estas cosas a Tus pies, despojarme y perseverar, enfocada en Ti, hasta que te vea cara a cara. Oh, Bendito sé el Señor, que cada día lleva nuestra carga, El Dios que es nuestra salvación. Selah (Salmo 68:19) y amén.
Medita y Responde:
- ¿Qué estás cargando que te impide o te distrae del propósito que Dios tiene para ti a medida que le sirves y vives para Él?
- ¿Cuáles pasos prácticos puedes tomar para despojarte de estas cargas? Hazte la meta de despojarte de ellas y ¡sigue corriendo!
Corre más Lejos:
Escucha a Susan Hunt compartir décadas de sabiduría obtenida al correr fielmente su carrera con Jesús en el podcast titulado, «Pasa tu experiencia a la próxima generación».
Si dominas el idioma inglés, te invitamos a participar en este webinar de noventa minutos, dirigido exclusivamente a mujeres que sirven a otras mujeres. Únete a Erin Davis y Leslie Bennett junto con la invitada especial Susan Hunt, quienes te proveerán con herramientas y verdades para permanecer firme en tu llamado al ministerio.
¡Regístrate hoy! El cupo es limitado. Este webinar será llevado a cabo en inglés, tendrá lugar el próximo martes, 9 de junio 8:00 - 9:30 p.m., hora del este, y tiene un costo de Costo: $15*
*La inscripción incluye un paquete de recursos Digitales (inglés o español) y acceso al evento en vivo.
3 de los estudios bíblicos: Elizabeth, Abigail, Esther.
3 recursos para mujeres que dirigen algún ministerio.
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