Dejando un legado de gozo

Cuando pienso en maestras gozosas Susan Hunt es el primer nombre en mi lista. En la edición de hoy de la serie de Secretos de una Maestra Gozosa, Susan comparte como Dios le ha impartido armas de justicia para pelear por gozo como una mujer mayor. Mis amadas maestras, escuchen atentamente. Aquí tenemos la oportunidad para aprender de cómo el gozo del evangelio nos energiza y deja una huella en aquellos que siguen nuestros pasos. -Yamell de Jaramillo, Blog Maestra Verdadera.

Imagina esto: Llegas a una reunión del ministerio de mujeres, le preguntas a la coordinadora casualmente «¿Cómo estás?» y ella suspira, «Estoy bien, a pesar de las circunstancias». ¿Cuál es tu reacción inicial? ¿Estás inclinado a seguir a esta mujer y sucumbir a estar bajo las circunstancias con ella? ¿Cuánto tiempo pasará antes de que te canses del peso de esas mismas circunstancias?

El gozo encarnado de una maestra dadora de vida 

Yo estaba en mis cuarenta y la Sra. Johnston estaba en sus setenta cuando ella empezó a asistir a nuestra iglesia. Su amor radiante por Jesús nos envolvía. Cuando ella se mudó a un centro de residencia asistida, me encantaba llevar a mis estudiantes de la Escuela Dominical para visitarla. Desde su cama, siempre nos recibía con una gran sonrisa y con un saludo muy animado. En Navidad cantamos para ella. El siguiente domingo, leí Lucas 2:10 a los niños: «Pero el ángel les dijo: No teman, porque les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo.» Luego pregunté, «¿Qué es gozo?» Uno de los chicos respondió inmediatamente: «La Sra. Johnston.» Todos los niños asintieron en acuerdo. Ellos no podían definir gozo, pero si lo habían visto personificado en ella. Sabían intuitivamente que el verdadero gozo trascendía las circunstancias. Esta líder dadora de vida me llevó más cerca a Jesús. Todavía estoy energizada por el legado de gozo que me dio.

Ser una maestra gozosa no significa fingir una personalidad entusiasta y extrovertida. El gozo no es una emoción que nosotros producimos. El gozo bíblico es un regalo de gracia, un fruto del Espíritu:

Jesús dijo, Estas cosas les he hablado, para que Mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea perfecto. (Juan 15:11)

Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley (Gal. 5:22-23). Aunque nos estamos enfocando en el gozo, favor notar que este fruto es singular. Este es el trabajo integral, progresivo del Espíritu Santo produciendo en nosotros atributos que reflejan el carácter de Cristo. Mientras más usamos los medios de la gracia que Él nos ha dado, la Palabra, oración, adoración, compañerismo, Él transforma nuestros deseos, actitudes y acciones.

Una variedad de cosas buenas nos producen gozo. Soy conocida por aplaudir por un hermoso amanecer. Deberíamos unirnos a los ángeles quienes se regocijan cuando un pecador se arrepiente (Lucas 15:10). Y Juan nos dice, «No tengo mayor gozo que éste: oír que mis hijos andan en la verdad» 3 Juan 1:4. Pero aún hay más. En Romanos 5, Pablo agrupa las bendiciones que nos pertenecen por ser justificado por Dios, y luego va aumentando en el verso 11: «Más que eso, nos regocijamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.» Esto es un gozo que sobrepasa cualquier persona o circunstancia. Como declara Salmos 21:6 «Con Tu presencia le deleitas con alegría.» En medio de una confusa, situación sin precedentes Maria canta sobre este gozo: «Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador» (Lucas 1:47). 

Mientras estudiaba Salmos 92, empecé a desear el «más que» descrito por Pablo.

 «Más que» gozo

Al ser una persona de ochenta años estaba intrigada por la promesa de Dios en Salmos 92:12-13 «El justo florecerá… Ellos siguen produciendo fruto en su edad avanzada.» Para entender cómo una persona con habilidades físicas disminuidas puede florecer, debía ver el contexto de esta promesa en el Salmo completo. Empieza:

Bueno es dar gracias al Señor, Y cantar alabanzas a Tu nombre, oh Altísimo; Anunciar por la mañana Tu bondad, Y Tu fidelidad por las noches…. Porque Tú, oh Señor, me has alegrado con Tus obras, Cantaré con gozo ante las obras de Tus manos. (v.1-4)

La idea de que Dios, no las circunstancias o las personas nos alegra me cautivó. También vi una progresión: dar gracias, empieza y termina el día declarando Su gran amor y fidelidad, y que Él nos llena de gozo. Esto se convirtió en el patrón de mis oraciones.

Algunos meses después, mi amado esposo partió al cielo. Durante su enfermedad y fallecimiento, no me sorprendí de que Dios me diera Su paz, pero si estaba sorprendida por mi gratitud abrumadora de que mi amado estaba en la misma presencia de Jesús y por el contentamiento que había en mi alma. Luego comprendí que Dios estaba respondiendo mis oraciones. No puedo explicar como el duelo, gratitud y contentamiento co-existían, pero sí sé esto: «El gozo del Evangelio es suficientemente para contener mi duelo» Nos entristecemos, pero no como aquellos que andan sin esperanza (1 Tes. 4:13), y también lloramos pero no como aquellos que carecen de alegría. El gozo del Evangelio es un maravilloso misterio.

Sospecho que la Sra. Johnston luchó arduamente para poder recibirnos con un corazón contento. Lamento haber dado por sentado su alegría y no preguntarle cómo podría participar en su lucha de fe. Pero ahora es mi turno de hablarles de cómo la profundidad de la simpleza de los patrones del Salmo 92 me ha dado las «armas de justicia» (2 Cor. 6:7) para batallar por el contentamiento. Ciertamente, lo que sigue no es exhaustivo. Simplemente es lo que esta señora de edad avanzada está aprendiendo en estos momentos. 

Es bueno dar gracias

Finalmente estamos de acuerdo con esto hasta que nos encontramos con el mandamiento en 1 Tes. 5:18, «Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.» 

¿Cómo podemos dar gracias en todas circunstancias? 

Me parece que involucra confiar en Su soberano amor, sumisión a Su autoridad, y obediencia a Su Palabra. No importa cuál sea la situación que estemos enfrentando, por décadas mi esposo sereno y confiadamente recitaba (Rom. 8:28-29) «Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito. Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo». Este pasaje está tan tejido en el alma de nuestra familia que hasta nuestros nietos lo grabaron en madera para dárselo como regalo a Gene para su cumpleaños número ochenta. Está colgado en nuestra puerta de entrada, así que cuando se van es lo último que ven. 

Dios puede cumplir la promesa de Romanos 8 porque Él es soberano. Él la cumple porque Él nos ama. Entonces, si Él puede trabajar en todas las cosas para cumplir este glorioso propósito, yo puedo darle gracias a Él por todas las cosas. Nada es al azar y nada es en vano. Como dijo Pablo en sus prisiones, «las circunstancias en que me he visto, han redundado en un mayor progreso del evangelio» (Fil 1:12)

Cada mañana, le pido al Señor que abra mis ojos para ver Sus misericordias y que me dé la gracia para ser agradecida. Estoy empezando a «ver» cosas que antes daba por sentado. Él es hermoso en naturaleza y Su amabilidad a través de otros son como abrazos celestiales, recordando Su presencia en mí. Soy cada vez más consciente de la perspectiva a largo plazo que me permite darle gracias por el evangelio que avanza en mi vida y en las vidas de las otras personas, incluso si no lo veo.

Declara el evangelio

Estoy aprendiendo el gozo de ser intencional todos los días de principio a fin declarando de Su amor inquebrantable y de Su fidelidad hacia mi corazón y a otros en cualquier oportunidad que tenga.

Su amor inquebrantable y su fidelidad son validados en la cruz. Constantemente me repito el evangelio esto me ayuda a pensar bíblicamente y orar por gracia para glorificar al Señor en cada circunstancia y relación.

Oración

Salmos 92:4 es una oración «Porque Tú, oh Señor, me has alegrado con Tus obras, Cantaré con gozo ante las obras de Tus manos.» 

Estoy aprendiendo el gozo de escuchar a Dios cuando Él habla en Su Palabra y responder en oración Su palabra en mi vida. Muchas veces vengo a Él con mis frustraciones y desacuerdos y le pido a Él que cambie a los demás para que yo sea feliz. Esto es una oración egocéntrica. 

Considera este tipo de oración en las escrituras: 

«Alegra el alma de Tu siervo, porque a Ti, oh Señor, elevo mi alma. Pues Tú, Señor, eres bueno y perdonador, abundante en misericordia para con todos los que Te invocan. Escucha, oh Señor, mi oración, y atiende a la voz de mis súplicas» (Sal. 86:4-6).

«Sácianos por la mañana con Tu misericordia, y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días» (Sal. 90:14).

El privilegio de la oración es el acceso que tenemos a la presencia y poder del Señor. El gozo es un regalo, solamente tienes que pedirle a Él por ello y luego ser un buen mayordomo de este regalo para Su gloria.

Imagina esto

Llegas a una reunión de mujeres conociendo que la Coordinadora está pasando por un momento difícil. Le dices que has estado orando por ella. Su cara empieza irradiar mientras te habla en medio de sus lágrimas:

Estoy «triste pero siempre gozosa» (2 Cor. 6:10). Cuando Jesús fue ultrajado, «no respondió ultrajando... sino que se encomendaba a Aquel que juzga con justicia.» (1 Pedro 2:23). Orar para que yo me encomiende a Él, «Sirvan al Señor con alegría» (Sal. 100:2), y recordar que estoy bajo Su gracia- siempre.

¿Cuál es el legado de esta maestra? Cuando alguien pregunte, ¿Cómo estás? ¿Qué legado le dejarás? 

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Sobre el autor

Susan Hunt

Susan Hunt es la viuda de Gene Hunt, madre de tres hijos, abuela de trece, y ex coordinadora del ministerio de mujeres de la Iglesia Presbiteriana en Estados Unidos. Ha escrito varios libros para mujeres, entre ellos «Life-Giving Leadership», en … leer más …


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