¿Debo prepararme en consejería bíblica?

Amadas, quiero compartirles sobre un tema que toca de forma especial mi corazón. Cuando conocí al Señor me era difícil ofrecer palabras de consuelo o consejo a una hermana que atravesaba por pruebas. Era curioso ya que estudié psicología, y ese era el motivo por el que se acercaban a mí, pero al conocer al Señor comencé a comprender las circunstancias que vivimos con los lentes de la Palabra de Dios. La psicología puede reconocer algunos problemas, pero la conclusión a la que llegan sus observaciones no están alineadas con la Palabra, sino centradas en el hombre.

Por lo tanto, su sistema de pensamiento lleva al hombre a justificar muchas veces sus conductas o sentimientos pecaminosos. De hecho, la psicología no reconoce que el mayor problema del hombre es el pecado y que su única solución es Jesucristo y la sabiduría de la Palabra de Dios. En mi caso me sentía atrapada entre la convicción del Espíritu Santo en mí, y ser una nueva creyente que aún no tenía mucho conocimiento de la Palabra para ayudar a otras. Era más fácil ayudar con lo que había aprendido sin realmente ayudar, porque la psicología es como una curita, no es verdadera ayuda para afirmar el carácter de una mujer creyente hacia la semejanza de Cristo.

Años después, llegó a mis manos el libro «Capacitado para orientar» del autor Jay Adams, quien es considerado el padre de la consejería bíblica. Fue escrito en respuesta al incremento de la psicología en las enseñanzas de la iglesia cristiana y consejería. Su libro tiene el propósito de llevarnos a buscar en la Palabra el consejo de Dios para los problemas del alma de los creyentes, nos enseña que Dios ha provisto respuestas verdaderas y a Su Espíritu para ayudarnos. 

Amada hermana, Dios primero me enseñó que Su Palabra era suficiente para todo lo que me inquietaba, pensaba y regía mi corazón, de manera que pudiera vivir en Su sabiduría y caminos. Es decir, ver la vida como Dios la ve, con una cosmovisión cristiana para ayudar a otras hermanas, puesto que no podemos dar lo que no conocemos ni enseñarlas a amar lo que nosotras no amamos en verdad.

Entonces, ¿cómo dar palabras de aliento cuando no he atravesado por lo que otra hermana está pasando o experimentado el dolor, la injusticia, el rechazo y muchas cosas más que en este mundo roto afrontamos? Las mujeres hemos sido creadas como seres relacionales que reflejamos a Dios. Él nos buscó, porque nadie busca al Señor sin que Él antes obre en sus corazones. Cuando las mujeres se reúnen, conversan y ríen, pero también comparten sus experiencias, y al final, nos terminamos aconsejando unas a otras. Imagino que te has visto ahí más de una vez. ¡Gloria a Dios por eso!

La Palabra hace un énfasis enorme en «los unos a los otros» para vivir la vida cristiana. Dios nos ha colocado en una familia de fe para hablarnos con el lenguaje del cielo: la Biblia. Tenemos la mente de Cristo quién está en nosotras por Su Espíritu. En Su Palabra encontramos la sabiduría que necesitamos para compadecernos y dar aliento unas a las otras; ya que nuestros consejos apuntan al Señor, a Aquel que es el Consejero Admirable y Príncipe de Paz: Cristo; Él es Su ayuda. Y esta es la misión que cada una de nosotras está llamada a hacer dentro de la iglesia. 

Entonces, ¿debería prepararme como consejera?

Primero, definamos qué es la consejería bíblica. Es la consejería que está centrada en Dios y en su Palabra. «Las Escrituras son suficientes para conocer sobre Dios, el hombre, y cómo el creyente se puede relacionar con Dios en su diario vivir de manera que glorifique Su Nombre», dice John MacArthur. Sin embargo, esta verdad que observamos en toda la Biblia no elimina otra verdad: necesitamos pastores, ancianas y hermanos en la fe que nos acompañen, y el poder del Espíritu Santo para vivir conforme a la voluntad de Dios. Pues es el Espíritu Santo quien cambia corazones, nosotras solo somos mensajeras de Su Palabra. 

En este proceso de transformación que toda hermana atraviesa, es imprescindible la ayuda del Espíritu Santo, quien le ilumina y da entendimiento cuando ayuda a otra hermana para crecer en obediencia y gloria al Señor. La Palabra de Dios nos enseña que vivimos en un mundo caído debido al pecado y que Cristo está redimiendo todas las cosas para hacernos más como Él y amar lo que Él ama. Esa es la base para poder aconsejarnos las unas a las otras dentro de la iglesia local y también para aconsejar nuestra propia alma. 

Como consejera, debes llevar siempre a la hermana a contemplar la cruz, a reconocer su pecado y a vestirse de la obra de Cristo para que reciba arrepentimiento y perdón en Él que le permita vivir en santidad cada día. Ese es el centro de toda consejería, y es lo que la iglesia de Cristo hizo por siglos, miles de años antes de la entrada de la psicología. 

Aconsejar a las hermanas en la iglesia es parte del diseño de Dios para nosotras. ¡Es ser iglesia! En Gálatas 6:2 se nos llama a llevar las cargas las unas de las otras y cumplir así la ley de Cristo. En Tito 2:3-5 se nos exhorta a enseñar lo que es bueno que nos lleva a glorificar a nuestro Dios. Ahora bien, esto sucede en el contexto de la iglesia local, caminando juntas, como un discipulado intensivo, hasta que esta hermana pueda caminar sola con el Señor, y ella camine con otra que lo necesita. Y déjame decirte que, al hacer esto, amas y descargas la labor de tus pastores, y vivimos como una familia. Muchas veces una hermana solamente necesita ser escuchada con paciencia, amor y comprensión, y que ores con ella.

Este es el diseño de Dios en la familia de fe. Además, Él dio dones a Su pueblo. El consejero es una persona con un don de enseñanza, discernimiento y sabiduría para explicar la Palabra y guiar a otros hacia la voluntad de Dios, bajo el poder del Espíritu Santo. ¡Amada hermana, todas estamos llamadas a hacerlo! Me gusta ilustrar esto con la acción de ofrendar. Todos debemos hacerlo, pero además, a algunos Dios les ha dado el don de hacerlo con mayor generosidad. 

¿Algunos recursos para prepararse y aconsejar bíblicamente?

Quiero recomendarte algunos libros que te pueden ayudar a ver la perspectiva de Dios sobre los problemas humanos. El libro «Transformados a su imagen» es un recurso que te recomiendo para aprender sobre la consejería bíblica. Sus autores han sido mis pastores y profesores, a quienes les estoy enormemente agradecida por sus enseñanzas. Ellos brindan el fundamento bíblico, así como la práctica de la Palabra de Dios en tu vida diaria, pues definen la consejería como el proceso a través del cual un creyente maduro contribuye al crecimiento emocional y espiritual de un hijo de Dios por medio del poder del Espíritu Santo, bajo la autoridad de la Palabra y en el contexto de una comunidad cristiana; para que a través de las circunstancias permitidas por Dios, esa persona pueda glorificar a Dios y crecer a la imagen de Cristo.

Si Dios ha puesto en ti el deseo de prepararte más para estudiar en un instituto o seminario, puedo recomendarte dos que han sido de enorme bendición en mi vida. El Instituto Integridad y Sabiduría (https://institutois.org/), y el Seminario Bautista Teológico del Sur (https://hispanos.sbts.edu/), ambos con programas en línea y clases en español.

Sin embargo, si no puedes participar de un programa de formación, además de estar en la Palabra, utiliza los recursos que tienes disponibles. Te comparto algunos que considero debes de leer.

«100 claves o temas de consejería», de June Hunt. Este es un recurso que toda Iglesia debería tener. Otro es «Instrumentos en las manos del Redentor», de Paul David Tripp. Un libro que todos en la iglesia pueden leer para ser usados por Dios. El último que deseo recomendar es «Mujeres ayudando Mujeres» de Elyse Fitzpatrick, este es una compilación de diferentes temas sobre las etapas y experiencias en la vida de las mujeres.

Espero que Dios mueva tu corazón a equiparte más para servirle a Él, ya sea de manera formal o personalmente, ya que esto es muy necesario para la vida de la iglesia y la santidad de los creyentes. Amada hermana, deseo que Su Espíritu esté contigo y te guíe a hacer Su voluntad.

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Sobre el autor

Elba Ordeix de Reyes

Esposa de Roby y madre de tres hijos adultos: Gabriel, Anna Gabriela y Andrés. Abuela de Noël, Lucas, Olivia, Vera y Julia Ann.

Anhela vivir una vida Coram Deo o en Su presencia cada día. Tiene pasión porque las mujeres … leer más …


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