Cuando la oración no funciona. Parte 1

Si orar es la vía a través de la cual nos comunicamos con Dios, ¿alguna vez has sentido que tus conductos están bloqueados? ¿Alguna vez has sentido que cuando oras tus palabras se estancan en algún lugar entre tu boca y el corazón de Dios? ¿Alguna vez has tenido la sensación de que orar simplemente no funciona?
Yo también.

Creo que la mayoría de los cristianos se enfrentan a temporadas en las que sus oraciones se sienten bloqueadas. La respuesta estándar que escucho a otras dar para este problema es: «A veces Dios responde “si”, a veces dice “no” y a veces dice “todavía no”».

Hay algo de verdad en esa afirmación. El hecho de que Dios no responda a mis oraciones como yo quiero no significa que no esté recibiendo el mensaje, pero la respuesta a una vida de oración obstruida puede no ser tan simple como una respuesta inesperada.


¿Sabías que la Biblia da al menos ocho razones específicas por las que se bloquea nuestra conexión con Dios?

Échales un vistazo:

1. Pecado (Is. 59:1-2)
2. Ignorar la ley de Dios (Prov. 28:9)
3. Falta de compasión por los necesitados (Prov. 21:13)
4. Orgullo (Stg. 4:6)
5. Desobediencia (Dt. 1:45)
6. Motivaciones equivocadas (Stg. 4:1-3)
7. Duda (Stg. 1:5-7)
8. Relaciones rotas (Mt. 5:23-26)

Una gran lista, ¿cierto? Cuando recientemente empecé a escudriñar en la Palabra de Dios en busca de respuestas para mi propia vida de oración débil, me sorprendió encontrar todas las razones que la Biblia da para explicar por qué mis oraciones pueden no estar funcionando. Cuando pienso en los 15 años que llevo conociendo a Jesús como mi Salvador, se me ocurren muchísimas ocasiones en las que me he sentido desconectada de Dios, pero no tenía el remedio espiritual para eliminar la obstrucción. Me encantó descubrir que la Palabra de Dios describe las razones específicas por las que nuestras oraciones no siempre funcionan. En lugar de ver la lista de bloqueadores a la oración como un campo minado que puede descarrilar mis oraciones, la veo como un plan de acción para volver a encarrilarme cada vez que mi vida de oración parece chocar contra un muro.

Es por eso que espero que se queden conmigo por un par de blogs mientras analizamos más de cerca cada uno de estos bloqueadores de la oración. Aquí vamos...

Pecado

Isaías 59:2 describe claramente esta verdad. «Pero las iniquidades de ustedes han hecho separación entre ustedes y su Dios, y los pecados le han hecho esconder su rostro para no escucharlos».

Si bien es cierto que Dios nunca nos abandonará (2 Cor. 4:9), tampoco tolerará nuestro pecado. Eso no significa que Él nos abandonará o decidirá que ya no nos quiere como Sus hijos, pero sí significa que continuar pecando nos separa de Él.

Salmo 66:16-20 dice: «Vengan y oigan, todos los que temen a Dios, y contaré lo que Él ha hecho por mi alma. Con mi boca clamé a Él, y ensalzado fue con mi lengua. Si observo iniquidad en mi corazón, el Señor no me escuchará. Pero ciertamente Dios me ha oído; Él atendió a la voz de mi oración. Bendito sea Dios, que no ha desechado mi oración, ni apartado de mí Su misericordia».

Este salmo no fue escrito por alguien que experimentaba una vida de oración bloqueada. Es evidente que David rebosa de entusiasmo por un Dios que responde a sus oraciones, pero a David no se le pasó por alto el potencial del pecado para obstruir su conexión. En el versículo 18 dice: «Si observo iniquidad en mi corazón, el Señor no me escuchará». David nos da ejemplos del poder del pecado confesado una y otra vez a lo largo de los Salmos. Si el pecado es como un bloqueo en las tuberías de la oración, la confesión es como dinamita con el poder de abrirse paso.

Es cierto que puedes confesar tu pecado directamente a Dios y Él te perdonará de inmediato (1 Jn. 1:9), pero la Biblia también nos insta a confesar nuestros pecados unos a otros.

Santiago 5:16 dice: «Por tanto, confiésense sus pecados unos a otros, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho».

¿Notaste la conexión aquí entre confesar tu pecado y la fuerza de tus oraciones? Este versículo nos llama claramente a confesarnos unos a otros y a orar unos por otros. ¿Cómo describe las oraciones de los que dan estos pasos? ¡Poderosas y eficaces! Eso es lo contrario de una vida de oración bloqueada.

Desobediencia

¿Alguna vez has sentido que el Señor te pedía que hicieras algo, pero decidiste no hacerlo? Eso se llama desobediencia y la Escritura lo llama un bloqueador de oración.

Los israelitas aprendieron esta lección por las malas. En Deuteronomio 1:40-46, Dios ordenó a Su pueblo que se trasladara a la tierra prometida; sin embargo, desobedecieron y su conexión con Dios quedó bloqueada.

«Sin embargo, ustedes no quisieron subir, y se rebelaron contra el mandato del Señor su Dios…Entonces volvieron y lloraron delante del Señor, pero el Señor no escuchó su voz, ni les hizo caso» (vv. 26, 45).

Cuando se dieron cuenta del costo de su desobediencia, los israelitas clamaron a Dios, pero este pasaje nos dice que Él «no les hizo caso». En otras palabras, sus oraciones fueron bloqueadas.

Santiago 4:17 lo dice de esta manera: «A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado». Cuando Dios te pide que hagas algo y tú eliges desobedecer, estás pecando. Uno de los resultados de ese pecado es una vida de oración debilitada.

Ignorar la ley de Dios

Qué tal esta advertencia:

«Al que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominación». -Proverbios 28:9

Dios usa un lenguaje fuerte aquí para describir cómo se siente cuando desobedecemos Su ley. Nuestras oraciones le resultan detestables. ¿Cómo podemos saber cuál es Su instrucción? Él nos la ha dado a través de Su Palabra.

Estos tres bloqueadores de la oración parecen ir de la mano. Cuando conocemos la Palabra de Dios, comprendemos mejor el pecado; cuando nos comprometemos a librar nuestras vidas del pecado, trabajamos duro para obedecer a Dios en todas las áreas; cuando formamos el hábito de confesar nuestro pecado a otros cristianos, esa rendición de cuentas nos ayuda a huir del pecado y obedecerle más y más.

¿Está tu vida de oración bloqueada? ¿Es posible que la obstrucción haya sido causada por uno de estos tres bloqueadores de la oración?

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Sobre el autor

Erin Davis

Erin Davis es una autora, bloguera y oradora a la que le encanta ver a mujeres de todas las edades correr hacia el pozo profundo de la Palabra de Dios. Es autora de muchos libros y estudios bíblicos, incluidos Beautiful … leer más …

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