Controla la lista de tareas pendientes: descanso para maestras cansadas

En camino a otra reunión, echamos un vistazo rápido a nuestra aplicación de recordatorios para comprobar qué es lo siguiente. Enviar correos electrónicos, llamadas, reuniones, decisiones, delegar… son los mensajes que pueden alimentar sentimientos de ansiedad y temor. Estas tareas están marcadas por la urgente bandera roja del temor al fracaso y del temor al hombre. Abrumadas, reconocemos que en realidad nuestra lista de tareas pendientes es verdaderamente una lista de cosas que no podemos desempeñar.

Pero Jesús ofrece una lista de tareas superior que alivia el alma cansada:

«Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar. Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mi, que Yo soy manso y humilde de corazón, y hallaran descanso para sus almas» (Mt. 11:28–29).

Tarea pendiente #1: Venir

La invitación de venir contrasta con estos deberes. Ven exhausta, herida, cansada, desanimada. Ven, maestra del ministerio de mujeres que lucha. Ven con tus pruebas, luchas y conflictos con los demás. Ven ahora, y lo que es más importante, ven a Él. El escritor de himnos, Joseph Hart, escribió en “Venid Pobres Pecadores y Necesitados:”

Venid cansados y cargados.

Perdidos y arruinados por la caída.

Si esperáis a estar mejor,

Nunca vendréis.

Si Jesús ya sabe que estamos cansadas y cargadas, entonces ¿por qué no venimos? Las excusas, justificaciones y la tiranía de lo urgente son barricadas que nos impiden venir. Mateo 11:28–29 pinta el retrato de un peregrino. El peregrino se desploma a medida que sus fuerzas se reducen con cada nueva tarea, cada inversión en una vida o pequeño paso adelante. El pecado, la vergüenza, la culpa, y el orgullo son también pesados lastres que nos mantienen alejadas. 

Conforme depositamos nuestras cargas en el trono de la gracia, nuestras manos se abren y somos capaces de recibir el regalo del descanso. El descanso es más que una siesta por el domingo en la tarde. El profundo descanso contiene la promesa de shalom, paz con Dios, paz con los demás, y paz interior. Es un oasis rebosante de refrigerio espiritual, gracia vigorizante y restauración para tu alma. 

Tarea pendiente #2: Unirte

La unión es el momento de mayor libertad de un líder. Conforme descansamos en Él, estamos libres para renunciar a nuestras listas de tareas pendientes, agendas, y ansias de control. Al unirnos con Cristo, sometemos nuestra voluntad para alinearse con la Suya.

Un yugo no es una imagen de esclavitud o carga. Más bien, es un instrumento de bendición el ser atados a Aquel que es capaz de alcanzar la perfección y lograr lo imposible. El yugo de Jesús es fácil y Su carga es ligera debido a Su perfecta obediencia aplicada a nosotros en la cruz. Él llevó la carga que nosotros nunca debimos llevar. A medida que nos unimos a Jesús, el trabajo en el ministerio se vuelve ligero, porque en realidad todo está siendo apoyado y sostenido por Él. 

Tarea pendiente #3: Aprender

Como maestras del ministerio, somos llamadas a aprender durante toda la vida. Siempre hay nuevos conceptos para explorar y habilidades que perfeccionar. Cristo mismo es el núcleo de nuestro currículo. Estamos llamadas a aprender de Él.

En la escuela de Cristo, las maestras suelen aprender las lecciones más duras. La autosuficiencia es una prueba que siempre estará latente, y es un camino que conduce a la soledad, desesperación y la muerte espiritual. La mansedumbre y la humildad son las posturas receptivas de una persona que aprende durante toda la vida. Estas virtudes son la encrucijada en la que Pablo nos recuerda en 2 Corintios 12:9 que Su poder se perfecciona y Su gracia es siempre suficiente. 

Para casi todas nosotras, siempre habrá más tareas que horas en el día. Pero la próxima vez que repases tu lista, en vez de sentirte abrumada y ansiosa, elige hacer algo diferente. Escribe tus verdaderas tareas pendientes en la parte superior: Venir a Dios, Unirte a Él y Aprender, y pídele a Dios que te dé descanso para tu alma cansada.