«¿Cuándo es tu próximo evento para mujeres?». Es una pregunta que me hacen a menudo. Y, sinceramente, es una pregunta que me hace estremecerme un poco. Estoy encantada de ver cómo aumenta el entusiasmo y la expectativa por nuestros eventos bianuales para mujeres (te diré por qué en un momento), pero no puedo dejar de notar que estas son las preguntas que me hacen con menos frecuencia:
- ¿Cómo van tus estudios bíblicos para mujeres?
- ¿Qué estudios estás preparando para dirigir en el futuro?
- ¿Cómo puedo participar en la enseñanza de la Palabra de Dios a las mujeres?
Sé en lo más profundo de mis entrañas que quiero que el ministerio de mujeres de mi iglesia se centre en la Palabra, sin embargo, parece haber una atracción gravitacional hacia la prioridad de los eventos. Las razones de esta tendencia pueden variar de un grupo a otro y de una iglesia a otra, pero he aquí algunas posibilidades:
- A las mujeres les encanta estar juntas. Hay algo en nuestro ADN femenino que nos hace desear la interacción con otras mujeres. Por eso, los eventos que nos dan la oportunidad de reunirnos con otras mujeres son algo que disfrutamos y esperamos.
- Los eventos son una tarea fácil. Es fácil pedirle a una amiga o a una compañera de trabajo que se una a ti en un desayuno o conferencia para mujeres. Casi siempre hay buena comida, regalos divertidos y una expositora agradable que hace que incluir a las mujeres en nuestro mundo sea algo natural y divertido. Invitar a otras, especialmente a las mujeres que aún no conocen a Cristo (o no estamos seguras de si lo conocen o no), a unirse a nosotras para el estudio de la Biblia, puede ser una petición más intimidante. Por eso sigo siendo una gran fan de los eventos del ministerio de mujeres. Me gusta pensar en ellos como el pozo de agua alrededor del cual nos reunimos. Ya no tenemos que tomar nuestras cubetas y dirigirnos al pozo literalmente (¡Gracias a Dios!). Pero seguimos necesitando lugares para que mujeres de diferentes orígenes y profesiones de fe se reúnan y encuentren un terreno común.
- Los eventos son de alto perfil. Por su propia naturaleza, los eventos son de alto perfil. Requieren un mercadeo tanto para la iglesia como para la comunidad. Por ello, pueden servir como grandes referentes para alertar a quienes no pertenecen al ministerio de mujeres de que algo bueno está ocurriendo entre las mujeres de nuestras iglesias. Sin embargo, no deben contar toda la historia.
Debido a que los eventos requieren una gran inversión de tiempo, energía y fondos, pueden tender a eclipsar el ministerio «más pequeño» que está ocurriendo en las salas de estar de los hogares de las hermanas y las aulas de la escuela dominical cuando las mujeres se reúnen para estudiar la Palabra de Dios. ¿Cómo podemos luchar contra esa tendencia y asegurarnos de que nuestros ministerios sigan centrados en la Palabra y no en los eventos? Aquí algunas ideas.
4 ideas para un ministerio centrado en la Palabra
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Define quién eres.
Dedica tiempo a definir los objetivos y parámetros de tu ministerio de mujeres. Ya sea a través de la marca de tu ministerio de mujeres, una declaración de misión o una serie de objetivos bien definidos. Encuentra una manera de declarar: «Esto es lo que somos».
Creé un documento detallado que describe el marco bíblico y la filosofía del ministerio de mujeres en mi iglesia. Como alguien que le gusta ser creativa, dedicar tiempo a definir el ministerio y establecer objetivos no es necesariamente algo que me entusiasme, pero es algo que me alegra haber hecho. He compartido este documento tanto con el liderazgo de la iglesia (equipo pastoral y ancianos) como con las líderes del ministerio de mujeres. Nos referimos a este documento a menudo como el punto de partida para lo que hacemos y nos obligamos a luchar con la pregunta: «¿Encaja el evento o estudio que estamos planeando dentro de este marco?». Esto nos ayuda a evitar la desviación de la misión.
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Dilo, no lo supongas.
No supongas que por el hecho de ser un ministerio de mujeres dentro de una iglesia, se asume un enfoque en la Palabra de Dios. De hecho, mi experiencia es que la mayoría de las mujeres asumen que el ministerio de mujeres será algo fácil o que se basará en eventos. El mensaje de que las mujeres necesitan la Palabra de Dios debe ser difundido por ti. ¡Repítelo con fuerza!
Aquí hay algunas maneras de hacerlo.
- En cada evento de mujeres que organizamos en nuestra iglesia, me propongo decir desde el escenario: «Somos un ministerio basado en la Biblia, no en eventos». Entonces aprovecho la oportunidad para decirles cómo pueden involucrarse en el estudio de la Biblia. Nunca, nunca, nunca organizamos un evento de mujeres en el que no haya una oportunidad para inscribirse en el estudio de la Biblia.
- A las maestras de mi equipo me gusta decirles: «Vamos a darle a las mujeres lo que necesitan, incluso cuando no es lo que quieren». Esto nos ayuda a recordar que nuestro trabajo es dar a las mujeres el Agua Viva, no sólo un café con las amigas.
- Considera acompañar a tus hermanas y/o al equipo de maestras de tu ministerio a través de «Caminando juntas por la vida». Solidifica la meta de ser mujeres que buscan a Dios a través de Su Palabra, no sólo a través de pasar tiempo entre ellas.
- Pídele a todas las maestras de tu equipo en el ministerio de mujeres que firmen un compromiso. Asegúrate de que el compromiso que hagas defina claramente el objetivo de elevar la Palabra de Dios. Esto ayuda a impulsar a las maestras a mantener lo principal como lo principal. Los compromisos pueden ser renovados anualmente o con cada nuevo estudio o evento.
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Hazlo sencillo.
Muchas mujeres quieren estudiar más la Palabra de Dios (o más profundamente) pero se paralizan porque no están seguras de cómo empezar. ¡Hazlo sencillo! Designa un área en tu iglesia para poner a disposición de tus mujeres estudios bíblicos sustanciosos. Puede ser una sola mesa de libros o una sala entera, dependiendo de lo que haya disponible. Tu trabajo es examinar los estudios e invertir los recursos de la iglesia sabiamente. Luego, dile a las damas de tu iglesia que los recursos están ahí para que los tomen prestados o para que los lleven. No podemos esperar que las mujeres inviertan valiosos recursos financieros en estudios y material de estudio si estamos invirtiendo la mayor parte de nuestro presupuesto en la planificación de eventos. Inviértelo donde valga la pena.
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Vívelo.
Como coordinadoras del ministerio de las mujeres, somos las primeras en actuar. Eso significa:
- No podemos esperar que las mujeres a las que servimos se aferren a la Palabra de Dios con más fuerza que nosotras.
- No podemos esperar que las maestras prioricen el estudio de la Biblia si nosotras mismas estamos demasiado ocupadas para priorizar el estudio.
- No podemos esperar que las mujeres inviertan un tiempo precioso en el estudio de la Palabra de Dios con otras personas si nosotras estamos demasiado ocupadas planificando el evento para hacer lo mismo.
¡Vaya!
Estas verdades pueden no ser fáciles de digerir, pero son innegablemente ciertas. Somos las guardianas de la misión. Y la misión es esta:
«En la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por Su manifestación y por Su reino, te encargo solemnemente: Predica la palabra. Insiste a tiempo y fuera de tiempo. Amonesta, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción» (2 Ti. 4:1–2).
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