Escrito por Jean Wilund
Cuando mi papá hablaba, yo siempre escuchaba, excepto cuando estaba embelesada en el programa de televisión. Lo miraba directamente a los ojos y decía: «Sí, señor», y después sentía pánico cuando se iba porque no tenía ni idea qué le había prometido hacer mientras él no estaba.
Mi papá era un hombre bondadoso, pero él demandaba respeto y obediencia. Cuando hablaba, él no quería decir: «Escucha mis palabras, pero haz lo que quieras». ¡No! Quería decir más bien: «Escucha mis palabras, entiende lo que estoy diciendo y responde con la debida obediencia».
Nuestro bondadoso Padre celestial nos llama al mismo nivel de atención, si es que no es a uno mayor (Lucas 11:28; Mateo 7:24; 1 Juan 2:3-6). Llamo a esto la manera de escuchar shema, basado en la hermosa palabra hebrea shema que implica escuchar atentamente cuando escuchamos la palabra del Señor, entendemos su significado y respondemos con la debida obediencia.
Justo antes de que Dios diera los Diez Mandamientos a los israelitas, Él les exigió su completa atención, diciendo: «Shema, Israel».
«Escucha, oh Israel [Shema, Israel]: el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón» (Deuteronomio 6:4-6).
Escucha, oh cristiano
Al igual que a los israelitas en Deuteronomio 6, Dios llama a los cristianos a escuchar, entender y respondera la verdad que Él es Señor y no hay nadie como Él. Él es el Dios Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y debemos amarlo con todo nuestro ser, corazón, alma, mente y fuerza. Debemos fijar nuestro corazón en su palabra para que continuamente mantenga nuestra atención y así dirija todas nuestras decisiones (Marcos 12:29-31).
Este es el centro del estudio de la Biblia y del Método de estudio bíblico El Carácter de Dios (el cual explicaré en un momento): escuchar a Dios por medio de su palabra, entender quién es Él y lo que ha dicho, y responder con corazones agradecidos en humilde obediencia a lo que Él nos ha mostrado acerca de Él mismo y lo que está haciendo.
Mientras permanecemos en las páginas de la Biblia y practicamos escuchar de manera shema, el Espíritu Santo abrirá nuestros ojos para ver a Dios como realmente es. Después de esto, nunca seremos las mismas.
Método de estudio bíblico El Carácter de Dios
Un método de estudio bíblico no es un milagro de tres pasos para una vida cristiana victoriosa. Los métodos no transforman, Dios lo hace. Él es nuestro regalo de gran valor. Cualquier transformación que experimentemos mientras usamos este método es el resultado de escuchar, entender y responderal Dios de la Palabra por medio de la Palabra de Dios. ¡Shema!
Cuando leas la Biblia, mantén estas tres preguntas en mente:
- Escucha: ¿Qué le está diciendo Dios a la audiencia original?
Los autores de la Biblia escribieron para personas de su tiempo; sin embargo, Dios también lo decía para nosotros (1 Cor. 10:11; Rom. 15:4). Los autores escribieron de manera que su audiencia contemporánea entendiera, pero esto no siempre es muy claro hoy en día. Si vamos directamente a lo que el mensaje significa para nosotros el día de hoy con nuestra forma de pensar del siglo XXI, es probable que hagamos que signifique algo a lo que Dios nunca se refirió.
Si recordamos el contexto histórico, cultural y literario, evitaremos insertar nuestra moderna cosmovisión a un texto antiguo.
Considera estas preguntas mientras lees:
- ¿Qué estaba pasando en la historia en el momento en el que el libro fue escrito? (¿Israel estaba cautivo? ¿Qué clase de rey estaba en el trono?)
- ¿Qué elementos culturales de ese tiempo necesitan ser considerados en el pasaje? (¿Cómo veía la cultura antigua a los extraños y a la hospitalidad? ¿Cuáles eran las reglas de la guerra en sus días?)
- ¿Cómo el tipo de literatura que usa el escritor afecta el significado del pasaje? (¿El autor usó simbolismos poéticos e imágenes? ¿Es un libro histórico que da detalles literales?)
Si aún no sabes la respuesta a estas preguntas, no te preocupes. Una buena Biblia de estudio (como la Biblia de Estudio Herencia Reformada, la Biblia de Estudio de MacArthur o la Biblia de Estudio de las Américas) o sitio web (como BlueLetterBible.com solo disponible en inglés) nos pueden dar una perspectiva de la cultura antigua y del contexto. Mientras aprendes, sigue leyendo la Biblia y recuérdate a ti misma (para que nunca lo olvides) que estás leyendo un texto antiguo con los lentes del siglo XXI.
- Entiende: ¿Qué revela este pasaje acerca de la naturaleza, el carácter y la forma de obrar del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo?
Entre más veamos y aprendamos del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, más se inclinarán nuestros corazones hacia las cosas de Dios. Responderemos con convicción, arrepentimiento y verdadera adoración, especialmente cuando la luz de la Biblia nos muestra lo poco que nos parecemos a Dios.
Mientras lees un pasaje, escribe lo que Dios te revela de sí mismo, de su carácter o de sus caminos.
- ¿Qué le enseña Dios a la audiencia original (y a nosotros) acerca del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en este pasaje?
- ¿Cómo vemos la presencia o la obra de Jesús en este pasaje?
- ¿De qué manera se muestra la obra del Espíritu Santo?
- ¿Qué verdad expone Dios acerca del hombre y de nuestra verdadera naturaleza?
- Responde: Pregúntate: Si en verdad creo y actuóde acuerdo a lo que Dios ha revelado, ¿cómo cambiará mi corazón y cómo será mi vida diferente mañana?
Creer exige una respuesta. O como enseña Santiago: «la fe sin obras está muerta» (Santiago 2:26). Por eso, creer verdaderamente no sólo exige una respuesta, sino que no hay otra opción más que responder. Y como resultado, podemos tener paz y gozo independientemente de nuestras circunstancias. Esto nos mantiene firmes en el cimiento del Dios Todopoderoso.
- ¿A qué tipo de respuesta nos llevan las Escrituras en este pasaje? ¿Convicción? ¿Arrepentimiento? ¿Alabanza?
- ¿Hay promesas que debo recordar o confiar que Dios cumplirá?
- ¿Este pasaje ha revelado un área de pecado en mi vida? ¿O de incredulidad en mi corazón acerca de Dios?
- ¿Hay algo que debo confesar? ¿Debo pedir perdón?
- ¿Hay maneras en las que he enfocado la Biblia hacia mí y no hacia Dios y su gloria? La Biblia es para nosotros, no sobre nosotros. Se trata sólo de Cristo.
Fija tus ojos en Jesús
En el pasado leía un pasaje de la Biblia e inmediatamente me hacía preguntas de aplicación, en vez de buscar primero a Dios en el pasaje. En vez de responder lo que aprendí de Dios, enfocaba el texto en mí y en cómo debía vivir. Sin querer, había convertido mi vida cristiana en una vida de «lee esto, haz esto y serás feliz», pero no era feliz. Estaba exhausta.
Una vez que dejé de aplicar las verdades como lecciones bien aprendidas y fijé mis ojos en el único Dios Trino, no pude apartar la vista. La verdad de quien Él es se impregnó en mi alma, y mi corazón empezó a amar lo que Él ama y a odiar lo que Él odia. Su Palabra empezó a guiar mis interacciones y pensamientos como un río que se desborda, y esto ocurría de forma natural, en vez de ser un esfuerzo agotador. Dios fue glorificado y yo me llené de gozo y energía.
El milagro de la Palabra de Dios
Le dije a mi hijo luego del nacimiento de sus gemelos que lo más peligroso que podría hacer como padre o esposo era dejar de leer la Biblia. Es fácil ser abrumado por la vida y las responsabilidades, ser consumido por las cosas maravillosas de la vida como el nacimiento de tus hijos, especialmente si son gemelos; pero si dejamos que algo nos aleje de la Palabra de Dios, nos estamos separando del Pan de Vida que alimenta nuestra alma. Nos tendemos una trampa a nosotras mismas donde el desánimo, la frustración y la impotencia, impacta cada área de nuestras vidas y las de los que más amamos.
Mientras mi hijo cría a sus hijos hasta la adultez, él espera que ellos escuchen lo que él dice, entiendan a lo que se refiere y respondan en obediencia, aunque estén concentrados en un programa de televisión. Él exige esto porque los ama. Dios nos envió su amor. Oh, si tuviéramos corazones dispuestos a separar un tiempo para permanecer en la Palabra y buscar al que más nos ama. ¡Shema!
Cuando pienso en esos días pasados y años difíciles cuando el cristianismo parecía tedioso y estudiar la Biblia era aburrido, me asombro con el milagro que la Palabra de Dios ha hecho en mi corazón y en mi mente.
¿Qué hay de ti? ¿El cristianismo te parece tedioso y el estudio bíblico te aburre?
Busca al Dios de la Palabra usando la Palabra de Dios. Descubre las verdades gloriosas que ha revelado de sí mismo en cada página y deja que te transformen. ¿Empezamos?
«En el principio (...)».
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