Caminando juntas por la vida | Semana 3

Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta: no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, que enseñen lo bueno, que enseñena las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. -Tito 2:3-5

Mantén un balance

Seamos realistas, la vida puede ser un poco loca con todas las responsabilidades normales que tenemos. ¿Cómo encontrar tiempo para invertir en una persona más y al mismo tiempo balancear todo esto con el tiempo de familia, trabajo y todo lo demás que ocurre al mismo tiempo?

Una buena idea antes de iniciar una relación de Tito 2 es establecer una lista de prioridades—Primero Dios, tu familia en segundo lugar, y todo lo demás después. Cuando separes un tiempo para reunirte con una mujer, hazlo de manera que honre tus prioridades y no las comprometa. Sin embargo, debes estar preparada para ser flexible si la necesidad lo amerita. Mantén cierto margen en tu agenda de manera intencional.  El ministerio raramente ocurre de forma sistemática y calendarizada. Debes tener un margen de tiempo para que puedas estar presta para servir, enseñar u orar cuando la vida así lo demande.

También pudieras invitar a tu amiga a unirse a ti en tus actividades cotidianas. Por ejemplo, pudiera venir cuando estés preparando la cena, llevarla contigo de compras, o reunirse mientras tus hijos participan de alguna actividad en la iglesia, en alguna práctica de deporte o clases de música.

Si no puedes determinar en qué momento hacer la reunión, ofrece tu vida “ocupada” a Dios y permite que Él cree el espacio. Ora confiando que Él te permitirá llevar a cabo este llamado en tu vida. A final de cuentas, lo único que te corresponde hacer es ser una amiga en medio de la vida cotidiana.

Sugerencias para generar conexión

• Reunirse los sábados en la mañana temprano antes que inicien las actividades familiares.
• Usa textos o llamadas de teléfono como una forma de conectar y comunicarse.
• Si tu iglesia tiene más de un servicio, reúnanse durante uno de los dos cultos. O quizás justo antes o después del servicio de tu iglesia mientras tu esposo vigila los niños.

Cuando surgen retos

Una relación de mentoría está diseñada para ser una cercana. Se comparten las luchas, los temores, los éxitos… comparten sus corazones. Y como estás ahí para proveer perspectiva desde tu propia vida, será normal para ella ir a ti cuando necesite sabiduría. Pero tú no debes ser la primera persona a la que ella vaya cuando deba hacer decisiones—su dependencia debe estar mayormente en Dios. De manera que asegúrate de que ella vaya a Él primero antes de correr a tí en busca de consejo.

Otro peligro común es cuando tu amiga se apega mucho y se torna posesiva en la relación. Es importante animarla a ser parte de la comunidad de la iglesia en general y a que desarrolle relaciones con otras mujeres que puedan estar ahí como una red de apoyo. Esto también le ayudará a poner límites desde el principio en cuanto a tu disponibilidad hacia ella.

Por otro lado, en ocasiones las mujeres se invierten en este tipo de relaciones llenas de entusiasmo, pero al poco tiempo lo pierden. Si alguien constantemente falla las citas, no hace las asignaciones o continuamente tiene una excusa de porqué no puede hacer lo acordado, esto es motivo de tener una conversación gentil, pero firme con ella. Sugiere hacer un alto en la amistad/mentoreo por un tiempo. No continues cayéndole atrás a alguien con quien es difícil conectar; trata de establecer una relación con otra mujer que Dios ponga en tu camino.

En ocasiones quizás percibas que tu amiga se está alejando de ti. Ora a través de esta situación y busca la guia de Dios. Es posible necesites dejarla ir, darle el espacio que necesita y encomendar su vida al Señor.