Cuando escucho a las mujeres, siempre estoy en la búsqueda de temas. Me pregunto: ¿A qué problemas se enfrentan algunas mujeres? ¿Qué heridas o inquietudes escucho una y otra vez? Hace varios meses, me di cuenta de uno de esos patrones. Lo oí decir de esta manera:
- No puedo unirme a un estudio bíblico de mujeres. Me preocupa decir algo incorrecto.
- Cuando llegué al evento y vi a tantas mujeres, quise darme la vuelta y volver corriendo a mi vehículo.
- Los grupos grandes de mujeres me dan miedo.
En conversaciones tranquilas e individuales en cafeterías y en mi oficina, estas mujeres confesaron que les resultaba difícil comunicarse con otras mujeres, especialmente con muchas otras mujeres a la vez. Dado que la mayoría de los esfuerzos del ministerio de mujeres se basan en la conexión de las mujeres con otras mujeres, este silencioso grupo de mujeres introvertidas tenía problemas para encontrar su lugar.
¿Te importa si interrumpo por un momento para hacer una confesión? Yo también soy introvertida. Nunca lo sabrías si conocieras la versión de Erin que habla en eventos de mujeres o dirige el ministerio de mujeres en mi propia iglesia, pero todo eso está muy fuera de mi zona de confort (los grupos grandes de mujeres también me aterrorizan).
Me gustan mucho más los grupos tranquilos y los ambientes íntimos. Me siento más cómoda cuando mis relaciones con otras mujeres son de tú a tú. No veo nada de esto como un defecto de mi carácter. Es parte del hilo que Dios tejió cuando me cosió en el vientre de mi madre. Las introvertidas en mi iglesia y comunidad tampoco son imperfectas; simplemente son diferentes y a veces los métodos de ministerio para incluirlas también necesitan ser diferentes.
3 Estrategias para utilizar
Aquí hay tres estrategias que utilizo para discipular a mis compañeras introvertidas.
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Diversifica a tus maestras.
A pesar de mi temperamento introvertido, soy una maestra muy extrovertida. Hago muchas preguntas al grupo. Hablo fuerte. Soy ruidosa y tengo mucha energía. Tampoco soy del agrado de todas. No pasa nada. No me lo tomo de forma personal (de verdad). En cambio, busco activamente otras maestras que utilicen un estilo diferente.
Maestras tales como Sharon, que tiene una voz tan suave que hay que escuchar atentamente cada palabra, le asusta enseñar a grupos grandes, pero florece cuando enseña a un grupo pequeño de mujeres. Las introvertidas la adoran. Me encanta enviárselas.
Es estupendo tener en tu lista de maestras a Erins que puedan dirigir un grupo de cualquier tamaño, pero también necesitas Sharons que enseñen tranquilamente a grupos más pequeños, de esta manera puedes guiar a las mujeres hacia una maestra que se adapte a su forma de aprender.
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Diversifica tu forma de trabajo.
El pan de cada día de nuestro ministerio de mujeres son los estudios bíblicos, la mayoría de los cuales se llevan a cabo en hogares. Esto funciona muy bien para la mayoría de las mujeres, ya que proporciona un sentido de conexión que todas estamos hechas para anhelar. Pero para las mujeres verdaderamente introvertidas o las que han sido profundamente heridas por otras mujeres, reunirse en la casa de alguien que no conocen, con mujeres en las que aún no han aprendido a confiar, es aterrador.
En lugar de luchar contra esa marea, decidí surfearla. Además de nuestros grupos en casa, este próximo semestre pondremos en marcha un formato de estudio bíblico diferente, más adecuado para las mujeres introvertidas de entre nosotras. El contenido es el mismo que el de los otros grupos, pero el formato ha sido modificado.
Nos reuniremos en la iglesia en un aula de estudio con un ambiente académico (piensa en cualquier clase de nivel introductorio que tomaste como estudiante de primer año de la universidad). Los asientos estarán en filas, y el compromiso de mujer a mujer será minimizado. También transmitiremos este estudio a través de Facebook LIVE cada semana. Esta idea vino de una joven madre de tres niños menores de tres años que me dijo que simplemente no puede asistir a un estudio bíblico en esta temporada. No quiero que se quede al margen, así que empecé a buscar una manera de enseñarle justo donde está.
¿Crees que estas mujeres necesitan conectarse con otras mujeres? Por supuesto.
¿Crees que estudiar la Biblia físicamente en grupo es mejor que hacerlo a través de la web? Por supuesto.
Pero nuestro trabajo es hacer que las mujeres abran sus Biblias y Dios transformará sus corazones. Si reunirse en una casa es un obstáculo para ellas o la posibilidad de que tengan que hablar en un grupo o la realidad de que siempre tienen un bebé amamantando y un niño pequeño gritando cerca... es nuestro trabajo eliminar los obstáculos y animarlas a correr hacia la Palabra de Dios.
Piensa en la estructura y el formato de tu ministerio de mujeres. ¿Atiende principalmente a las que se sienten cómodas con otras personas? Si es así, ¿qué ajustes puedes hacer para acoger a las que no se sienten cómodas?
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Construye tus propios equipos invisibles.
Reclutar voluntarias es algo normal en el ministerio de mujeres, y tendemos a concentrar nuestros esfuerzos en las necesidades más importantes. Sí, necesito mujeres que puedan enseñar y ser anfitrionas y hacer la decoración del escenario, pero también tengo un millón de necesidades tras bastidores a las que debo prestar más atención.
En mi iglesia hay muchas mujeres (estoy segura de que tú también las tienes en la tuya) que están encantadas de ayudar mientras nadie sepa que lo están haciendo. Estas voluntarias prefieren ser invisibles, y yo quiero defender mejor su humildad y su corazón de servicio. Aquí tienes algunas preguntas para ayudarte a hacer lo mismo.
- ¿Buscas activamente a las mujeres reservadas para que se ofrezcan como voluntarias o solo a las que son más notorias y expresivas?
- ¿Creas oportunidades de voluntariado para aquellas mujeres que quieren permanecer detrás de los bastidores? ¿Cuáles son?
- ¿Resistirás la tentación de reconocer a estas voluntarias públicamente y, en cambio, buscarás la manera de animarlas en silencio?
Más allá de las palabras de moda
«Comunidad» y «conexión» son las palabras de moda en el ministerio de las mujeres, pero no son el estandarte que la Palabra de Dios nos llama a mantener en lo más alto. Debemos elevar el evangelio y la Palabra de Dios por encima de cualquier otro mensaje. Si el miedo a la comunidad y a la conexión impide que las mujeres corran hacia la Palabra de Dios y vivan el evangelio, hemos errado nuestro objetivo como líderes del ministerio de mujeres.
Me gustaría construir un ministerio de mujeres que atraiga a todo tipo de temperamento y personalidad. ¿Y tú?
Pidamos al Señor que nos ayude a llevar Su imagen atrayendo a todas las mujeres hacia Él.
«El Espíritu y la esposa dicen: “Ven”. Y el que oye, diga: “Ven”. Y el que tiene sed, venga; y el que desee, que tome gratuitamente del agua de la vida» (Ap. 22:17).
A las introvertidas y extrovertidas, les decimos: «Ven».
A la persona que es una mariposa social y a la que no lo es, le decimos: «Ven».
A las personas ruidosas y a las calladas, les decimos: «Ven».
A las maestras y a sus aprendices, les decimos: «Ven».
A las personas cómodas e inconformes, les decimos: «Ven».
A todas las mujeres, sean quienes sean y estén donde estén, les decimos: «Ven». Hay un lugar para todas en nuestra mesa mientras nos deleitamos con la Palabra de Dios.
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