9 maneras de responder cuando un cristiano te decepciona

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Quizá es tu pastor o tu mentora.

Quizá es alguien en tu estudio bíblico.

Quizá es un cristiano famoso en las noticias.

Ellos han pecado. Han dicho que creen una cosa, pero viven como si creyeran otra. Sus vidas están más desordenadas de lo que puedes imaginar y tú te sientes decepcionada, enojada, confundida, desilusionada, triste…

¿Cómo se supone que nos debemos sentir cuando otros cristianos se apartan de Dios? ¿Cómo podemos lidiar con el caos que el pecado de otras personas crea? ¿Qué deberíamos decir (si hay algo que podamos decir)?

Aquí hay nueve cosas para tener en cuenta cuando un cristiano te decepciona.

1. Todos han pecado

Romanos 3:23 es un golpe al ego que todos necesitamos de vez en cuando: «Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios».

Todos han pecado. Cada uno de nosotros.

El hecho de que cada persona en la tierra es un pecador que necesita urgentemente de un Salvador, nunca deja de impresionarnos, porque es un constante recordatorio de cuán desesperadamente necesitamos la gracia de Dios.

2. El pecado expuesto es algo bueno

Efesios 5:11-14 dice: «Y no participéis en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascaradlas; porque es vergonzoso aun hablar de las cosas que ellos hacen en secreto. Pero todas las cosas se hacen visibles cuando son expuestas por la luz, pues todo lo que se hace visible es luz. Por esta razón dice:

Despierta, tú que duermes,

y levántate de entre los muertos,

y te alumbrará Cristo».

Aunque es doloroso, es un regalo cuando el pecado sale a la luz. Jesús es la luz del mundo (Jn. 8:12). Él nos llama para vivir como ciudades luminosas en una colina (Mt. 5:14-16). No vale la pena mantener partes de nuestra vida en tinieblas. Cuando Dios expone las partes oscuras de la vida o del corazón de una persona, es un acto de misericordia y una oportunidad para que agradezcamos por su inagotable gracia.

3. La cruz fue creada para cargas pesadas

«Y Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados» (1 Pd. 2:24).

De vez en cuando, necesitamos recordar qué es lo que nos hace cristianos. No es porque tengamos una «vida perfecta». No es que escuchemos la música cristiana correcta o que digamos «no» a ciertos libros o películas. Somos cristianos porque hemos puesto nuestra fe en Jesús y en su trabajo de redención en la cruz. 

La crueldad de la cruz fue necesaria por nuestro pecado. Jesús no tenía que permanecer más tiempo colgado en la cruz por tu pastor, sino por ti. La cruz es lo suficientemente grande para llevar cualquier pecado «grande» o «pequeño», porque no hay pecado lo suficientemente grande que la cruz no pueda llevar. 

4. Habla la verdad (en amor)

«Para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error; sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo» (Efesios 4:14-15).

La intención de Dios no es que vivamos nuestras vidas en un constante tira y afloja; sino que nos protejamos y guiemos los unos a los otros hablando la verdad en amor. Una vez escuché a alguien decir «Lo que sea que “hablar la verdad en amor” signifique, hace referencia a hablar la verdad»; pero, ¿qué es la verdad exactamente?

Juan 17:17 dice: «Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad».

Siempre necesitamos recordarnos unos a otros lo que la Palabra de Dios dice. Eso no significa destruir a alguien en tu muro de Facebook o Twitter. Lo cual me lleva al punto número cinco.

5. El chisme sobre pecadores es pecado

Romanos 1:29 lista a los chismosos dentro de los asesinos, calumniadores y los que odian a Dios. Efesios 4:29 dice que si lo que hablas no edifica, no lo digas.

Tito 3:2 nos insta: «que no injurien a nadie, que no sean contenciosos, sino amables, mostrando toda consideración para con todos los hombres».

Hablar con otros sobre el pecado de alguien más, no hace nada para restaurar su relación con Dios y con otros.

6. Ten cuidado con el «síndrome de la paja en el ojo»

Mateo 7:3-5 dice: «¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” ¿O cómo dirás a tu hermano: “Déjame sacar la paja de tu ojo”, cuando tienes la viga en el tuyo?¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano».

Responder ante el pecado de otras personas con disgusto o con sentimientos de justicia propia es como preocuparse por una pequeña paja en el ojo de un amigo, mientras nosotros tenemos un poste de madera en el ojo. Eso es lo que hace el pecado. Nos enceguece cuando quitamos la mirada de Jesús y nos vuelve hipersensibles a las caídas de otros.

Si bien la Biblia nos enseña a recordarle amorosamente a otros cristianos la forma en que Dios nos llama a vivir, esa no es nuestra primera misión. Debemos estar más preocupados por el pecado en nuestras propias vidas. 

Cuando ves el impacto del pecado en la vida de alguien más, toma eso como una oportunidad para evaluar tu propia vida y repite la oración del rey David, pidiéndole al Señor que elimine todo pecado de tu corazón.

«Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;

pruébame y conoce mis inquietudes.

Y ve si hay en mí camino malo,

y guíame en el camino eterno» (Sal. 139:23–24).

7. Perdona, en serio

Como resultado del terrible tiroteo en Charleston en 2015, el periódico USA Today publicó un artículo que afirmaba:

«Cuando los cristianos están en las noticias es usualmente porque han hecho algo malo: han tomado una postura incorrecta en una guerra cultural, han engañado a su esposa o cosas peores. Sin embargo, lo que el mundo raramente ve es la poderosa gracia que fluye de una fe profunda arraigada en la creencia de que todos somos pecadores que necesitan perdón».

El artículo continuó contando una historia de un hombre cuya esposa e hija habían sido brutalmente asesinadas. Cuando le preguntaron sobre lo que le diría al asesino si tuviera la oportunidad, él respondió: «Yo le diría: “Te perdono”. Y si él me besara en la mejilla, yo le devolvería el beso».

Estas son ilustraciones del perdón. El perdón es a menudo tan desgarrador que queremos correr en la dirección opuesta; pero la Biblia nos recuerda que podemos extender perdón porque hemos sido perdonados de mucho.

«Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo» (Ef. 4:32).

8. El mundo está observando

El artículo citado arriba es prueba de que el mundo está observando. Sí, ellos observan cuando caemos, pero también observan cuando respondemos al pecado como Dios nos ha llamado a hacerlo.

«Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra» (Hch. 1:8).

Somos el instrumento que Dios quiere usar para contarle al mundo acerca de Él. ¿Qué historia estás contando con la forma en que respondes al pecado en tu propia vida y en la vida de los demás?

9. La oración es un arma que funciona

Cuando alguien peca, nosotros queremos hacer algo, pero Dios nos ha dado un plan de ataque doble.

«Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho» (Stg. 5:16).

Primero, ve y batalla con el pecado en tu propia vida.

Segundo, ora por otros.

Si alguien en tu mundo es hallado en pecado, ora fervientemente por él. Así de simple.

El lado positivo

Como cristianos seguiremos decepcionándonos unos a otros, continuaremos pecando en público y en privado, arruinaremos nuestras vidas y nos lastimaremos mutuamente. Todos estamos por debajo del estándar de santidad que Dios ha establecido para nosotros. Esa es la realidad y la fase oscura, pero hay un lado positivo.

Jesús murió por los pecadores.

«Pero Dios muestra su amor por nosotros en que mientras aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros» (Ro. 5: 8).

Todo pecado nos recuerda nuestra gran necesidad y su gran sacrificio. ¿Cómo puedes responder a los demás a la luz de esta verdad fundamental?

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Sobre el autor

Erin Davis

Erin Davis es una autora, bloguera y oradora a la que le encanta ver a mujeres de todas las edades correr hacia el pozo profundo de la Palabra de Dios. Es autora de muchos libros y estudios bíblicos, incluidos Beautiful … leer más …

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