Si alguna vez has dirigido un grupo pequeño, sabes que puede ser complicado. Grupos pequeños se componen de todos los tipos de personalidad representando la diversidad y belleza del cuerpo de Cristo.
Uno de los mayores retos a los que se enfrenta una maestra de grupo pequeño es encontrar la manera de equilibrar la discusión entre los miembros: desde la amiga reservada y callada, hasta la hermana excesivamente parlanchina.
Como maestra del ministerio, tu primera y mejor estrategia es la oración. Ora para tener palabras de gracia, sensibilidad y creatividad mientras diriges. Ora para que el Espíritu Santo obre en cada miembro de modo que haya una actitud de amabilidad, humildad y unión. ¡Necesitamos Su ayuda!
Además, aquí hay algunas técnicas prácticas que puedes intentar la próxima vez que te enfrentes con un dilema para coordinar a los miembros más callados o más platicadores.
5 consejos para dirigir al miembro callado
- Anímale a compartir temas más sencillos. Una manera cómoda de involucrar al miembro callado es preguntarle si quiere añadir algunos comentarios a la discusión. Inténtalo diciendo: «Me gustaría saber lo que piensas, María», o «No queremos perdernos de lo que estás pensando, Paty».
- Intenta conectar con ella de una manera significativa fuera del grupo para fortalecer tu relación. Escúchala atentamente para descubrir lo que le entusiasma aprender, y pídele que lo comparta en la reunión.
- Pídele a los miembros del grupo que escojan una o dos preguntas favoritas del estudio y que se ofrezcan de manera voluntaria para responderlas durante el tiempo de compartir en el grupo.
- Evalúa positivamente la participación de los miembros. La afirmación genuina animará a los miembros a compartir con más facilidad.
- Aprovecha las oportunidades naturales para invitar a la conversación a las mujeres calladas sin forzar la situación. Por ejemplo, si estás hablando acerca de la educación, y ella es una maestra, invítala a que comparta lo que su experiencia le ha enseñado.
5 consejos para dirigir al miembro platicador
- Esta mujer extrovertida generalmente no suele necesitar que la inciten a compartir, así que evita pedirle que contribuya.
- Entablar contacto visual puede animar a este miembro a hablar, minimiza el contacto visual haciendo que se siente a tu lado.
- Si es necesario, durante una conversación privada, pídele que se detenga de compartir demasiado para que las mujeres más calladas tengan más oportunidades de participar. Déjale saber tu deseo de que el grupo comparta por igual y pídele que te ayude a animar a otras.
- Interrumpe con amabilidad y delicadeza cuando un miembro platicador monopolice la discusión. Cuando haga una pausa para respirar, puedes decirle: «Agradezco tus ideas, Rut, pero también quisiera escuchar las de las demás. ¿Quién más quisiera compartir?».
- Para ampliar la conversación, considera decir: «Me gustaría escuchar de alguien que aún no ha compartido. ¡Ahora es un buen momento para participar!».
Las maestras efectivas establecerán una atmósfera de inclusión para que cada miembro se sienta valorado y apreciado de igual manera. Esto requiere una combinación de delicadeza y fortaleza a la vez que estableces guías que faciliten discusiones significativas centradas en la verdad bíblica.
¿Cuál de estos consejos pondrás en práctica para mejorar la dinámica de tu grupo?
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