¿Y si lo que crees no es verdad? Descubre la única verdad que no cambia

«Vive tu verdad». Esa frase está por todas partes. Nos dicen que sigamos lo que sentimos, que nadie más tiene derecho a decirnos qué es cierto para nuestras vidas. Nos venden la idea de que la verdad no es algo fijo, sino algo fluido, lleno de matices. Suena liberador, ¿verdad? Pero, seamos realistas… ¿realmente es tan genial?

Al ver o escuchar esa idea de «vivir tu verdad» me da ganas de gritar, porque sé que nos vende una falsa libertad. Es como una manta suave que promete darnos todo lo que necesitamos, pero cuando la miramos bien, solo es una ilusión. Aquí van cinco razones por las que este concepto no es lo que realmente necesitamos en nuestras vidas. ¡Sigue leyendo para saber más!

  • Mientes

Sé que suena duro, pero a veces hay que ser directas. Cuando se trata de decir la verdad, simplemente no podemos confiar en nosotras mismas. Y lo digo por experiencia, porque tampoco confío en mí siempre. Aquí te cuento por qué:

«Más engañoso que todo es el corazón, y sin remedio; ¿Quién lo conocerá?». - Jeremías 17:9

Nuestros corazones no son confiables, y es que están deformados por el pecado. Tienen un largo historial de mentirnos sobre lo que es bueno y lo que es malo, lo que es verdad y lo que no.

Seguro que puedes recordar alguna vez en la que deseaste algo (o a alguien) con todo tu corazón, pensando que si no lo conseguías, te ibas a deshacer. Pero, al mirar atrás, te das cuenta de que ese deseo estaba totalmente equivocado. Si Dios te hubiera dado lo que querías, el final habría sido un desastre. Aunque a veces nuestros corazones coinciden con el de Dios, no siempre es así. Si dejas que tu corazón defina «tu verdad», las probabilidades de que eso termine en un desastre son altas.

  • Navegas sin GPS

Proverbios 14:12 nos da una advertencia: «Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte». La imagen es ésta: empezamos a andar por un camino, y parece que vamos en la dirección correcta, todas las «señales» parecen confirmar que es lo correcto para nosotras, pero al final es un camino que no lleva a ninguna parte; peor aún, es un camino que lleva a nuestra destrucción. «Tu verdad» no puede llevarte a la vida para la que estás hecha, esa es la mala noticia; pero la verdad de Dios sí puede, esa es la buena noticia.

  • El fruto prohibido: ¿caemos en la misma trampa?

Cambiar de la verdad de Dios a nuestra verdad es tan sutil como peligroso. Lo vemos en la historia de Eva.

Dios habló verdad en Génesis 2:16-17 cuando dijo: «Y el Señor Dios ordenó al hombre: “de todo el árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás”».

Sin embargo, Eva eligió vivir «su verdad». Fue así:

«La mujer respondió a la serpiente: “del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, Dios nos ha dicho: “no comerán de él, ni lo tocará, para que no mueran”» (Gn. 3:2-3).

La verdad de Dios: no lo comas; la verdad de Eva: no lo toques. Suena como si estuvieran en dos mundos diferentes, ¿cierto? Pero, en realidad, todo comenzó cuando Eva se enfocó más en lo que ella pensaba, sentía y entendía, en lugar de escuchar lo que Dios decía. Ahí fue cuando su «verdad» cambió. Creyó que podía desobedecer a Dios sin que pasara nada, o que un Dios bueno no le negaría lo que quería. Mordió, y entonces, todo se derrumbó.

Como hijas de Eva, seguimos mordiendo esa idea tóxica de que podemos ignorar o reescribir la verdad de Dios. Aunque las consecuencias no son tan grandes como las que vivió Eva (como la caída de la humanidad), seguimos haciendo un desastre en nuestras vidas cuando elegimos seguir «nuestra verdad» en lugar de la verdad de Dios.

  • Tenemos que crecer

Cuando estaba en séptimo grado, pensaba que iba a ser rica y famosa, que un chico me prestara atención era lo único que necesitaba para sentirme bien conmigo misma, y que no tenía nada de belleza real porque no me veía como una supermodelo. Suena un poco loco ahora, ¿verdad? Pero esas eran «mis verdades». Eran las cosas que más creía en ese momento. ¿Te imaginas si esas ideas hubieran definido mi vida? ¡Qué miedo! Pero cuando decidimos hacer de la Palabra de Dios nuestra fuente de verdad, es como echar raíces en tierra firme. Crecemos desde ahí. En lugar de estar cambiando constantemente lo que creemos que es la verdad, ganamos sabiduría poco a poco. Me encanta lo que dice 2 Pedro 3:17-18, y oro por ti mientras te resistes a seguir «tu verdad».

«Por tanto, amados, sabiendo esto de antemano, estén en guardia, no sea que arrastrados por el error de hombres libertinos, caigan de su firmeza. Antes bien, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén».

  • Solo hay una fuente de verdad

Que no haya confusión: No existe tu verdad o mi verdad. Solo existe la Verdad, y tiene una única fuente.

«Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad». -Juan 17:17

La Biblia nos dice que la Verdad se puede conocer (Jn. 8:32). No tienes que adivinar lo que es verdad en el mundo que te rodea o dejarte llevar por lo que te digan tus sentimientos.

Me encanta cómo lo dice Jen Wilkin: «Que Dios me libre cada día de la maldición devoradora de almas de vivir mi verdad». Y lo puedes hacer, a través de la voz de Su Espíritu y el poder de Su Palabra. Así que, ¿qué dices? Es hora de hacer que el péndulo se mueva de vuelta en la dirección opuesta, lejos de la idea de que podemos crear nuestra propia verdad. En su lugar, encontraremos nuestros pies firmes y nuestros corazones sanados por esta verdad:

«Jesús le dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mi”». -Juan 14:6

Hoy aprendimos algo tan poderoso: ¡la verdad de Dios es lo que realmente nos define! En un mundo lleno de opiniones y voces que nos dicen qué pensar, qué sentir y qué hacer, es esencial que volvamos a las Escrituras para encontrar nuestra identidad y propósito. La verdad de Dios no cambia, y cuando la guardamos en nuestros corazones, nos da paz, dirección y fortaleza.

Una excelente manera de mantenernos firmes en la verdad de Dios es memorizar Su Palabra. Al hacerlo, podemos meditar constantemente en las promesas y enseñanzas que Él tiene para nosotras, lo que nos ayuda a tomar decisiones sabias y a vivir con confianza en Él.

Para ayudarte a memorizar las Escrituras más fácilmente, ¡hemos creado una infografía super útil que puedes descargar y usar! No dejes pasar esta oportunidad de hacer de la Palabra de Dios una parte fundamental de tu vida diaria.

Haz clic aquí para obtener la infografía gratuita:Memoriza La Biblia - Infografía.

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Sobre el autor

Erin Davis

Erin Davis es una autora, bloguera y oradora a la que le encanta ver a mujeres de todas las edades correr hacia el pozo profundo de la Palabra de Dios. Es autora de muchos libros y estudios bíblicos, incluidos Beautiful … leer más …

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