Vive lo que crees (Primera parte) | Leamos la Biblia juntas | 2 Pedro 1:5-7

Cuando era adolescente participé en un concurso de esos que salían publicados en el periódico, llené los datos con toda la información de mi madre y entré el boleto en las urnas. No me van a creer si les digo que un mes después mientras llegábamos a casa, los vecinos nos recibieron con algarabía diciéndonos que nos habíamos ganado un carro, estábamos sorprendidas y no cabíamos de la emoción. Cuando cumplí la edad requerida para manejar, mi mamá me entregó el carro… ¡Finalmente podía usarlo! Pero había un ligero problema, aún no había aprendido a manejar. Nunca me había esforzado en aprender, pero cuando vi que el carro realmente era mío no me faltaron las ganas, puse todo mi empeño y lo logré en una semana. ¡Lo único que hizo la diferencia es que el carro estaba a mi disposición! ¡Necesitaba entender que en realidad era mío!

Así inicia 2 Pedro, recordándonos lo que nosotras hemos recibido: ¡la fe en la obra perfecta de Jesús para salvarnos! También nos ha concedido absolutamente todo lo que necesitamos a través de Su Palabra para vivir conforme a Su voluntad. Hemos recibido todo lo que nos hace falta para vivir para Dios y tan solo al creer las maravillosas promesas encontradas en su Palabra también tenemos el privilegio de participar en Su naturaleza divina y escapar de toda corrupción.

Y ahora que sabes que has recibido tan grandioso regalo, algo para lo que no participaste, algo que no estabas esperando, totalmente inmerecido pero que es tuyo, ¿qué debes hacer? Los siguientes versículos nos lo dicen claramente: #leamoslaBibliajuntas

5 Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud, y a la virtud, conocimiento;

6 al conocimiento, dominio propio, al dominio propio, perseverancia, y a la perseverancia, piedad,

7 a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor.

--2 Pedro 1:5-7—

Si alguna vez pensaste que el hecho de que la fe sea un regalo de Dios quiere decir que ahora no necesitas hacer absolutamente nada al respecto y que Dios es el único que trabaja en la fórmula de la vida cristiana, pues quiero decirte que estás muy equivocada. De manera soberana Dios cada día nos va conformando a la imagen de Su Hijo pero nos ha dado una responsabilidad muy clara de esforzarnos. De hecho, nuestra amor por Su Palabra y nuestra disposición de obedecerla es lo que en realidad prueba si nuestra fe es genuina. Y si tú eres una hija de Dios tú sabes a lo que me refiero, es ese deseo en tu interior por crecer espiritualmente y ese dolor que te produce el pecado en tu vida lo que confirman que hemos nacido de nuevo. Ahora tenemos una nueva naturaleza que necesitamos alimentar con las promesas de Dios como vimos en el pasaje anterior.

Esfuérzate al máximo

Así que Pedro nos dice “en vista de todo esto que has recibido” entonces obra con toda diligencia; en otras palabras “esfuérzate al máximo”. Y podemos preguntarle “¿en qué debo esforzarme?”, la respuesta está ahí mismo: en añadir a tu fe virtudes que adornen tu caminar con Dios. Nunca podremos añadir a lo que Jesús hizo por nosotras en la cruz, su obra completa está, pero sí podemos trabajar muy duro para vivir de una forma que honre la Buena Noticia que hemos creído. A ese tipo de esfuerzo es que Pedro se refiere, es el que dice: “estoy tan agradecida por mi salvación y la nueva vida en Cristo, que ahora voy a esforzarme diligentemente para vivir a la altura de mi llamado, voy a probar con hechos lo que creo”.

Y si tú eres una de esas jóvenes que anhela dedicarse por completo a crecer en la piedad, entonces presta atención a esta lista las cualidades en las que debes esforzarte para proveer abundantemente a tu fe.

Virtud

En toda la Biblia encontramos hombres y mujeres que se caracterizaron por su virtud, por la excelencia con la que vivían y por el testimonio de integridad que mostraban a quienes le observaban. Rut fue considerada como una mujer virtuosa y en Proverbios encontramos las excelencias de la mujer virtuosa, en ambos casos vemos a mujeres que demostraban su piedad con hechos visibles.

La virtud es uno de los más hermosos adornos en el carácter de una joven y a veces uno de los más difíciles de encontrar. Una joven que se esfuerza por añadir virtud a su fe es diligente en mostrar excelencia en cada aspecto de su vida. Sus relaciones se distinguen por la pureza, su servicio a los demás es desinteresado y tiene un alto sentido de responsabilidad en aquellas cosas que emprende. Ella no solo muestra excelencia moral hacia fuera sino que también se encarga de entrenar su mente y emociones a alimentarse de todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable (Fil. 4:8).

Una joven virtuosa es aquella que pone su fe en acción de la forma más excelente posible. Es aquella que vive lo que cree y lo hace al máximo.

Conocimiento

Si hay una cualidad que debe distinguir a una hija de Dios es su esfuerzo en crecer en el conocimiento de la Palabra de Dios. Este tipo de conocimiento tiene una meta muy clara: Jesús y  tiene un propósito muy definido: aplicar lo aprendido en la vida diaria.

No se trata de almacenar datos bíblicos y versículos como si tu cerebro fuera una despensa de artículos de colección, se trata de llenar tu mente de la verdad que va a transformar tu vida y que le dará forma a tus días.

Una joven que se esfuerza en añadir conocimiento a su fe, busca como resultado ser llena del conocimiento de la voluntad de Dios en toda sabiduría y comprensión espiritual, con el fin de andar como es digno del Señor, agradándole en todo, dando fruto en toda buena obra y creciendo cada día más en el conocimiento de Dios y ser fortalecida con todo poder para perseverar con paciencia y gozo. (Col. 1:9-12)

*La próxima semana continuaremos con las demás cualidades. Cuéntame en la sección de comentarios lo que Dios está tratando contigo mientras lees estos versículos.

Reflexionemos

¿Es tu vida cristiana caracterizada por una actitud activa y diligente por crecer o por la pasividad?

¿Te esfuerzas por la excelencia en cada cosa que haces?

Describe cómo estás creciendo en el conocimiento de Dios y Su Palabra.
¿Cómo estos versículos pueden convertirse en un motivo de arrepentimiento y oración?

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Sobre el autor

Betsy Gómez

Betsy Gómez tiene una gran pasión por inspirar a otras mujeres a atesorar a Cristo en lo ordinario de la vida. Nació en la República Dominicana, y ahora vive en Irving, Texas, donde su esposo, Moisés, sirve como pastor hispano … leer más …

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