Una Gran Promesa cumplida

Cuando me gradué de la escuela secundaria, alguien me dio un libro delgado, morado, lleno de promesas de la Palabra de Dios para el recién graduado. Lo que no entendía, cuando puse ese libro en mi mesa de noche fue que, la Palabra de Dios no es sólo un “abre-y-ubica-diferentes-promesas--para-reclamar-en-tu-vida" tipo de libro. ¡Toda la Escritura es una gran promesa cumplida!

Permíteme mostrarte lo que quiero decir.

Abre tu Biblia en la primera página, y no te tomará mucho tiempo en encontrar la rebelión de la humanidad contra Dios. En la primera y segunda página, vemos a Dios creando todas las cosas. La humanidad es el pináculo de Su creación, hecha a su imagen para reflejarlo a Él y para reinar sobre todo lo que Él había hecho. Pero sólo en la página tres de la Biblia, Adán y Eva se rebelan contra Dios (Génesis 3:1-7), pasando su naturaleza pecaminosa a todos los que vendrían después.

Comprende esta primera y misteriosa promesa

El mismo día de su rebelión, Dios les reparte su castigo, porque Él es santo y debe juzgar todo pecado. Pero aun cuando Él entrega el juicio, Él también extiende la gracia. Encontramos el primer destello de la promesa de Dios de enviar a Jesús para deshacer el daño que habíamos hecho en Génesis 3:15. Dios dice a la serpiente:  

"Pondré enemistad entre ti y la mujer,    

Y entre tu descendencia y su descendencia;

Él te herirá en la cabeza,    

Y tú le herirás en el calcañar.

Suena bastante misterioso a nuestros oídos, así que permítanme llamar a un compañero escritor Starr Meade para ayudarnos a entender:

Génesis 3:15 nos da la primera promesa de Cristo en la Biblia. Jesucristo es el que nacería de una mujer y el que iba a deshacer lo que la Serpiente había hecho. Le costaría mucho a Cristo. Tendría que recibir el juicio que el pueblo de Dios merecía por su pecado al morir en su lugar. De esta manera, Satanás "heriría" el "talón" de Jesús, pero Jesús heriría la cabeza de la serpiente restaurando la relación de Dios con su pueblo.

Pasa algunas páginas más y verás a Dios reafirmando y expandiendo esta promesa a un hombre llamado Abram.

Escucha a Dios ratificar su promesa a un hombre viejo sin hijos

En Génesis 17, entre otras cosas, Dios promete:

  • Dar la tierra a los descendientes de Abram (piensa en la Tierra Prometida).
  • Hacer de Abram una gran nación (piensa en la nación de Israel).
  • Bendecir a todas las familias de la tierra a través de Abram (piensa en su descendiente, Jesús)

Toda la Escritura muestra que Dios mantiene estas promesas a pesar de los grandes obstáculos. Toma la segunda promesa, por ejemplo. Dios prometió hacer de Abram y su vieja e infeliz esposa Sara una gran nación. En aquel momento sonaba ridículo, pero cuando Abram tenía 100 años, Dios milagrosamente le dio a esta pareja un hijo, Isaac. Lentamente vemos que esta familia crece. Isaac da a luz a Jacob. Jacob tiene doce hijos. Uno de estos chicos es José.

Si eres como yo, vas a leer la historia de José como si fuera todo sobre. . . José. Pero esta historia en última instancia no es sobre José. Observa cómo Dios usa a José para cumplir su promesa a Abram de convertirlo en una gran nación.

Puedes leer la fascinante historia de José en Génesis 37-50. Para resumir, como hijo favorito de su padre, es odiado y abusado por sus hermanos. Lo venden en esclavitud y luego respiran hondo de alivio. Nunca más volverán a ver a José, o eso creen.

Pero años más tarde, debido a una fuerte hambruna, estos hermanos viajan hasta Egipto para buscar comida y se encuentran haciendo reverencia ante. . . José. Al principio ellos no saben que es él (él ha crecido, habla como egipcio, se viste como egipcio, camina como un egipcio, y él es el segundo hombre más poderoso en toda la tierra de Egipto).

Pero después de un par de interacciones dramáticas, José se revela a sus hermanos:

"¡Soy José! ¿Está vivo mi padre? . . . Acérquense a mí, por favor. . .  Yo soy su hermano, José, a quien vendieron en Egipto. Y ahora no os angustiéis ni os enojéis con vosotros mismos porque me habéis vendido, porque Dios me envió delante de vosotros para preservarles la vida. . .  Dios me envió delante de ustedes para preservarles un remanente en la tierra, y para mantener vivo a muchos sobrevivientes (45: 3-7, énfasis agregado).

¿Te diste cuenta? Si Dios no hubiera permitido providencialmente que José fuera vendido a esclavitud y luego subiera al poder, esta pequeña familia  en crecimiento habría sido exterminada. La promesa de Dios a Abraham habría fracasado. Pero en su lugar se salvan y continúan creciendo.

Observa esta pequeña familia crecer y convertirse en una gran nación

La familia de José (los descendientes de Abraham) se trasladó a Egipto, sobrevivió la hambruna y al final del libro -aunque todavía no era una gran nación- habían llegado a casi a 100 personas.

Voltea la página (Éxodo es sólo una continuación del primer libro de la Biblia), y ¿qué ves?

Pero los hijos de Israel fueron fecundos y se hicieron muy numerosos; se multiplicaron y llegaron a ser muy poderosos. Y la tierra estaba llena de ellos (1:7).

De hecho, cuando vamos a Números 1:46, nos dicen que había más de medio millón de hombres en este punto. ¡Dios lo hizo! Lo que parecían obstáculos, en realidad eran piezas del plan perfecto, Él hizo una gran nación de un solo hombre, una nación a través de la cual el mundo entero sería bendecido. . . A través de Jesús. El Nuevo Testamento comienza de esta manera:

El libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham (Mateo 1:1, énfasis agregado).

Dios siempre cumple Sus promesas. Si seguiste conmigo hasta aquí, viste cómo Dios fue fiel en hacer de un hombre una pequeña familia, y luego hacer de esta pequeña familia una gran nación. Hizo esto a pesar de muchos obstáculos, porque nada es demasiado difícil para Dios.

La próxima vez que abras tu Biblia, recuerda que toda su historia es una promesa gigante. Fue escrita para que conozcas y confíes en este Dios que hace promesas y siempre las mantiene.

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Sobre el autor

Paula Hendricks Marsteller

Paula se graduó del Instituto Bíblico Moody en 2005 con una licenciatura en Comunicación Impresa. Dos semanas más tarde, ella comenzó a trabajar en Revive Our Hearts, donde actualmente se desempeña como Directora de Redacción y Editorial. Su … leer más …

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