Un llamado a ser real

"Y el premio a la mejor actriz va para..."

Hay algo intrigante en ver a un buen actor. Ellos parecen encarnar el papel tan bien que olvidamos que están actuando y nos perdemos en la historia. Aplaudimos a grandes actores y luego los enviamos a casa con un Oscar.

Pero actuar para recibir el aplauso de los hombres no es algo nuevo. De hecho, su origen se encuentra en el drama griego antiguo. Los actores griegos enmascaraban sus rostros mientras usaban tonos de voz bulliciosos con el propósito de dar vida a la historia del escritor. Estos teatros griegos eran medios populares de entretenimiento para la gente durante el día de Jesús.

Históricamente, el nombre formal dado a los actores griegos era "hipócrita", que significa literalmente portador de una máscara. La palabra hipócrita era un término de honor, bienvenido por los artistas de la época. Sin embargo, vemos a Jesús usar la palabra hipócrita en Mateo 23 como un puñetazo a los líderes religiosos conocidos como los fariseos. Jesús atraviesa la máscara de su religiosidad.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!  porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que, por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. "(v. 27).

Jesús etiqueta a los fariseos como hipócritas porque llevaban una máscara de religión y engañaban a muchos a pensar que vivían un nivel más alto de obediencia, todo para recibir el aplauso de los hombres. El desafío para ellos es también un desafío para nosotros.

Deja de hacer un espectáculo

¿Hay áreas en tu vida en las que inconscientemente has comenzado a montar un buen espectáculo? Es tan fácil jugar el papel de un "buen" cristiano. ¡Sé que es cierto en mi propia vida! Vamos a la iglesia, alzamos nuestras manos en la adoración, hablamos la jerga cristiana, y mientras tanto nuestros corazones no se rinden, sino que están distantes de Dios.

Entonces, ¿cómo podemos estar en guardia contra la hipocresía? Aquí hay tres ideas.

1. Sé real con Dios

Dios ya te conoce y ha elegido amar al verdadero TÚ, ¡no una niña detrás de una máscara! Hebreos 4:13 dice que "ninguna criatura se oculta de su vista, sino que todos están desnudos y expuestos a los ojos de Aquel a quien debemos dar cuenta".

Él ya ve a la verdadera tú. Cuando ores, sé honesta con Él acerca de tus pecados, preocupaciones, temores y dudas.

2. Sé real contigo misma

“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1: 9).

Una parte de ser real contigo misma es confesar tus pecados y admitir las áreas de tu vida donde necesitas la gracia de Dios.

3. Sé real con los demás

¡Esto es duro! Con el mensaje de las redes sociales a sólo un dedo de distancia, puede ser fácil compartir una versión enmascarada de nosotras mismas. La próxima vez que publiques, hazte esta pregunta: ¿Es esto una representación honesta de mí misma?

Dios nos llama, como Sus hijas, a quitarnos la máscara, dejar el guión y vivir para una audiencia de Uno. ¡Seamos auténticas!