Un hermoso llamado

Del equipo de Joven Verdadera: Estamos cambiando un poco las cosas aquí en el blog de Joven Verdadera. En lugar de publicaciones, las estamos guiando a través de un estudio Bíblico en línea. El estudio viene del libro más reciente de Erin, Una Historia Hermosa y Encuentros Hermosos (disponibles solo en inglés).  No necesitan copias de los libros para participar. Toma tu Biblia (y tal vez tu diario y una pluma), y únete a nosotras mientras miramos a Jesús a través de los ojos de cuatro mujeres del Antiguo Testamento.

Después de viajar por semanas, finalmente estaba camino a casa. En todo lo que podía pensar era en ver a mi familia y dormir en mi propia cama. Entonces golpeó una tormenta, causando que mi vuelo fuera cancelado. Luche contra las lágrimas mientras me formaba en la fila esperando información de mi nuevo vuelo.

Guarde la calma hasta que me acerqué al mostrador y me encontré con la ruda mujer trabajando en recepción. ¡Su actitud apestaba! Después de unos pocos minutos de su irritable conducta, mi disfraz de calma se rompió. Señale con mi dedo y dije (fuertemente), “¡Tú no tienes el derecho de ser ruda conmigo!” Después me di la vuelta y marche en la dirección opuesta. Tan pronto como doble la esquina, me derrumbe en un montón de lágrimas. ¿Qué tiene la rudeza que nos desconcierta tanto?

Al recordar ese encuentro en el aeropuerto, no estoy orgullosa de mi respuesta. Si pudiera volver a vivir ese momento, escogería responder con humildad y bondad en lugar de enojo y frustración. Me gustaría haber sido más como Abigail.

Antes de mirar los detalles de la vida de Abigail, examinemos la historia de fondo. David fue ungido por el profeta Samuel como el siguiente rey de Israel (1 Sam. 16:1–13). Esas eran buenas noticias para David, pero no tan buenas noticias para Saúl, el actual rey de Israel. Al saber que David algún día tomaría su trono, Saúl se llenó de rabia y celos, y se propuso matar a David (1 Sam. 23:15). En cambio, David tuvo una oportunidad de matar a Saúl, pero él no la tomo. Él escogió honrar a Saúl y su autoridad. (1 Sam. 24:1–15).

David y sus hombres estaban huyendo y viviendo en el desierto cuando conocieron a Abigail y su esposo, Nabal.

Humilde y bondadosa

Lee 1 Samuel 25:2–11. Abigail es descrita como “inteligente y de hermosa apariencia”. Su esposo, por otro lado era “áspero y malo en sus tratos”. ¡Qué diferencia!

Avanza a 1 Samuel 25:23–24. Yo describiría la reacción de Abigail como humilde y bondadosa. La palabra de Dios nos anima a tener la misma actitud que Abigail. La humildad puede ser un concepto un poco difícil de entender (y vivir). Quiere decir cambiar nuestros deseos y necesidades por los deseos y necesidades de otros.

Lee Colosenses 3:12. Este versículo enlista cinco virtudes con las cuales debemos “revestirnos” como escogidas de Dios.

  1. Tierna compasión
  2. Bondad
  3. Humildad
  4. Mansedumbre
  5. Paciencia

Vivan como hijas del Rey

La diferencia principal entre Nabal y Abigail no era en sus palabras y actitudes, sino en sus corazones.

Lee Lucas 6:45.

Nuestras palabras y acciones revelan la verdadera condición de nuestros corazones. Toma tu Biblia y una pluma, y te voy a mostrar a que es lo que me refiero.

Regresa a 1 Samuel 25, y subraya cada vez que veas la palabra señor con minúscula. Circula cada vez que veas la palabra Señor con mayúscula. (La palabra elegante para escribir en nuestras Biblias es “anotación”, una abreviación de “agregar notas a”. Es mi forma favorita de entender la Escritura).

Abigail se refiere a David como señor, mostrándole honor como el futuro rey. Pero ella se refiere a Dios como Señor, demostrando su confianza y rendición a Él.

Si las palabras de Abigail revelaban lo que había en su corazón, ella era una mujer completamente entregada a Dios como su Rey verdadero y a David como su futuro rey. Eventualmente, Abigail llegó a la realeza, casándose con David y acompañándolo al palacio donde él reinó por cuarenta años (1 Sam. 25:39–42). Pero primero, Abigail era una hija del Rey verdadero. Ella fue capaz de responder a un rudo esposo y a un enojado futuro rey con bondad y humildad porque ella confiaba en el Señor.

Habla al respecto

No podemos enfrentar personas difíciles con gracia por nosotras mismas. El orgullo parece venirnos más naturalmente que la humildad. Hay momentos cuando cada una de nosotras quiere responder con enojo o amargura en lugar de bondad. La historia de Abigail nos recuerda que es únicamente por nuestra relación con el Señor que podemos responder correctamente a otros.

Lee Juan 14:26. Considera como se le describe al Espíritu Santo en este versículo.

¿Cómo necesitas que el Espíritu Santo te ayude hoy? Déjanos un comentario con tu respuesta.

Asegúrate de regresar al blog el lunes. Vamos a comenzar con la parte dos de nuestro estudio Bíblico, enfocándonos en los encuentros de Jesús con mujeres en el Nuevo Testamento.

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Sobre el autor

Erin Davis

Erin Davis es una autora, bloguera y oradora a la que le encanta ver a mujeres de todas las edades correr hacia el pozo profundo de la Palabra de Dios. Es autora de muchos libros y estudios bíblicos, incluidos Beautiful … leer más …

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