Del equipo de Joven Verdadera: Estamos cambiando un poco las cosas aquí en el blog de Joven Verdadera. En lugar de publicaciones, las estamos guiando a través de un estudio Bíblico en línea. El estudio viene del libro más reciente de Erin, Una Historia Hermosa y Encuentros Hermosos (disponibles solo en inglés). No necesitan copias de los libros para participar. Toma tu Biblia (y tal vez tu diario y una pluma), y únete a nosotras mientras miramos a Jesús a través de los ojos de cuatro mujeres del Antiguo Testamento.
¡Examen sorpresa! ¿Cuál de los siguientes misterios médicos realmente ocurrió? (¡No se vale buscar en Google!)
Un caso de hipo que duró más de dos años.
Un trastorno que hace que la piel de las personas se ponga azul.
Un síndrome que le da a las personas la apariencia de hombre lobo debido al crecimiento excesivo de cabello. (¡Auuu!)
Una condición que impide que las personas sientan dolor físico de cualquier tipo.
¿Respuesta?
Todas las anteriores.
Imagina como sería la vida si tuvieras cualquiera de esos problemas. ¡O todos! “¡Disculpe, doctor, parezco ser un hombre lobo azul con un grave caso de hipo y un cuchillo en mi pie!”
Las condiciones médicas extrañas pueden hacernos reír, pero cuando nuestros cuerpos no funcionan apropiadamente, aunque sea por un día, rápidamente podemos sentirnos desanimadas, desesperadas, débiles y necesitadas. Así es como probablemente se sentían las dos mujeres que conocemos en Lucas 8. Una era un misterio médico. Su condición dejó perplejos a los médicos por más de una década. La segunda chica podría haber sido solo un poco más joven que tú, y ella estaba a punto de morir.
Pero entonces llegó la esperanza.
Desesperada
Toma tu Biblia o utiliza algún sitio en línea como biblegateway.com, y lee Lucas 8:40–42.
Porque tenía una hija única, como de doce años, que estaba al borde de la muerte. (v. 42).
No necesitamos saber mucho más que esto, ¿no es así? Jairo era un hombre de poder e influencia; probablemente también era rico. Nada de eso equivalía a una montaña de frijoles porque él no podía evitar que la muerte se llevara su hija. ¡Pero Jesús podía! Y Él lo haría. Pero primero…
Interrumpida
Lee Lucas 8:42–48.
Esta mujer había sufrido por más de una década. Me imagino que se sentía bastante desesperada. Me hace preguntarme…
¿Hay alguna situación o problema en tu vida con la que has estado lidiando por largo tiempo? ¿Cómo te sientes cuando no puedes encontrar alivio? El hilo que une a estas dos mujeres se extiende a ti: Su necesidad trazó un camino para el poder de Cristo.
Las vidas de la hija de Jairo y la mujer con el problema de sangre se unieron cuando su desesperación las llevo a Jesús. Una estaba demasiado débil para pedir ayuda por sí misma. Ella murió de su enfermedad mientras Jesús aun iba en camino. Y sin embargo ni siquiera la muerte estaba más allá del toque de sanidad de Jesús. La otra había estado enferma por todo el tiempo que la hija de Jairo había estado viva. Ella busco sanidad y encontró decepción una y otra vez hasta que tuvo un encuentro con Jesús. (Para leer el resto de la historia puedes ir a Lucas 8:49–56.)
Más allá del milagro
Estoy segura que hay cosas en tu vida que quieres que Dios sane justo ahora. ¡Yo también! Pero es importante que veamos más allá de la necesidad.
Adelantemos el día que Jesús sanó a la hija de Jairo y a la mujer con flujo de sangre.
¿Cómo crees que fueron sus vidas el siguiente día?
¿Un año después?
¿Cinco años después?
¿Diez años después?
La verdad es que estas dos mujeres enfrentaron desafíos después de su encuentro con Jesús. Probablemente se volvieron a enfermar. Eventualmente la hija de Jairo enfrentó la muerte una segunda vez. La mujer con el flujo de sangre pudo haber enfrentado otra condición crónica. Eventualmente ella también murió por debilidad en su cuerpo.
Así que, ¿por qué se molestó Jesús en sanarlas? Él sanó sus cuerpos para que Él pudiera sanar sus corazones.
Los milagros captan nuestra atención, pero la sanidad física no es en última instancia la obra más poderosa de Dios en nuestras vidas. La razón por la que Él muestra Su poder al sanar es para incrementar nuestra fe en Él y mostrarnos cuán grande Él es.
Piensa en las áreas de tu vida donde te gustaría ver a Jesús obrar. ¿Solamente quieres que Él solucione el problema o quieres que Su Gloria sea mostrada en tus circunstancias? Déjanos un comentario con tu respuesta.
¡No te pierdas el estudio de mañana! Vamos a conocer una mujer que tuvo un encuentro radical con la compasión.
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