Por Sarah Garrett
Cuando alguien menciona el término idolatría, pudieras imaginar estatuas dorados descritas del Antiguo Testamento. Tal vez imagines a los Israelitas dando su espalda repetidamente a Dios para adorar otras cosas.
En Éxodo 20:3, Dios da los primeros de los Diez Mandamientos y declara, “No tendrás otros dioses delante de mí”.
Pero no pasó mucho antes de que los Israelitas fueran sorprendidos adorando un becerro de oro (Ex. 32). Ya que frecuentemente aprendemos todo esto en una sola lección de Escuela Dominical, podemos asumir fácilmente que la idolatría es un problema del Antiguo Testamento con el que los Cristianos modernos no batallan.
No es así.
Una nueva definición
Toma un diccionario y hojea (o desplázate) hacia la palabra idolatría, y encontrarás una doble definición. La idolatría es:
- La adoración de un objeto físico tal como un dios.
- Apego inmoderado o devoción hacia algo.
La adoración al becerro de oro cae bajo la primera definición. La idolatría moderna usualmente se ve más como la segunda definición. Adoramos un ídolo cuando nuestra devoción a una persona, objeto o idea es mayor que nuestra devoción a Dios. A diferencia de los Israelitas en el Antiguo Testamento, no tenemos que crear una estatua de oro para que la idolatría se apodere de nuestros corazones. Si no somos cuidadosas, podemos cometer idolatría en nuestros corazones sin siquiera saberlo.
La idolatría siempre es el resultado de no creer la verdad de Dios sobre tu vida y situación. No estamos seguras que Él vaya a obrar, así que damos nuestro amor y afecto a algo o alguien más.
Romanos 1:25 declara, “porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén”.
Practicamos idolatría cuando cambiamos la verdad de Dios por una mentira y comenzamos a dedicarnos a nosotras mismas a la mentira. Permíteme explicar lo que quiero decir.
Tres ídolos modernos
Seguro, probablemente no tienes una imagen de un becerro de oro en tu recamara, ¿pero si tienes un teléfono? ¿Un espejo? ¿Un novio/enamorado? Todo esto puede llegar a ser un ídolo si no tenemos cuidado. Así es como.
Ídolo Moderno #1: Tu Teléfono
Un teléfono inteligente puede rápidamente llegar a ser un ídolo cuando creemos las siguientes mentiras:
- Pudiera perderme de algo.
- Alguien está hablando de mí.
- Tengo que ver lo que alguien más está haciendo.
Para alimentar las mentiras, comenzamos a dedicarnos a la adoración de nuestros teléfonos desplazándonos constantemente por nuestras redes sociales.
¿Quieres saber si hay algún ídolo en tu vida? Haz a ti misma las siguientes preguntas:
- ¿Eres capaz de desconectarte sin sentirte ansiosa?
- Si tuvieras la opción de desplazarte por tus redes sociales otra vez o poner atención en la iglesia o tener tu lectura diaria de la Biblia ¿cuál escogerías?
- ¿Eres capaz de poner atención en clase o durante una actividad con otros, o estás sacando constantemente tu teléfono y pretendes como que estás poniendo atención?
Tus respuestas a estas preguntas pudieran revelar que tu teléfono tiene un estatus de ídolo en tu corazón. Pudiera ser tiempo de tomar un descanso y reenfocar tus ojos en Dios.
Ídolo Moderno #2: El Espejo
El ídolo del espejo puede manifestarse con dos mentiras diferentes. La primera es no eres suficientemente bonita. La segunda es tu eres extremadamente bonita y tu belleza te define. Independientemente de cual mentira creas, te dedicas a ti misma al espejo al perseguir o mantener obsesivamente el punto de vista moderno irreal de la belleza.
¿Es el espejo un ídolo para ti? Considera lo siguiente:
- ¿Te obsesionas con tu apariencia?
- ¿Estás preocupándote constantemente si otros te estás viendo?
- ¿Te sientes juzgada por tu apariencia?
Salmo 139:13–14 nos recuerda, “Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre. Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien”.
La Palabra de Dios define nuestro valor, no los estándares arbitrarios y siempre cambiantes del mundo.
Ídolo Moderno #3: Un novio/Enamorado
¿Alguna vez un joven ha llegado a ser un ídolo en tu vida?
¡Yo sí soy culpable!
Creí la mentira de que mi felicidad estaría completa si tuviera un novio y me dedicará demasiado a nuestra relación. Olvidé la verdad de que un ser humano jamás va a satisfacer mi anhelo más profundo de ser conocida. Lo que estaba buscando era el gozo que solo vienen de una relación genuina con Dios.
¿Puede un novio/enamorado ser tu ídolo? Piensa en tus respuestas a las siguientes preguntas:
- ¿Crees que no puedes tener gozo sin él?
- ¿La relación hace que pongas tu relación con Dios en segundo plano?
- ¿Te sientes incompleta sin un novio o enamorado en quién pensar?
Este ídolo puede tomar control fácilmente de tu vida si no tienes cuidado. Siempre ten en mente que un ser humano jamás va a satisfacer tus más profundos deseos. Solo Dios puede hacer eso.
Es hora de cambiar
La idolatría no es solo un concepto del Antiguo Testamento que involucra estatuas de oro. Es una tentación actual que nos obstaculiza a muchas de nosotras en nuestra relación con Dios. Si te das cuenta que tienes un ídolo en tu vida, ora y pide a Dios que te muestre como dejar los ídolos y adorarle únicamente a Él.
¿Luchas con algunos de estos ídolos? ¿Crees que puedes agregar algunos a nuestra lista? Dínoslo en la sección de comentarios.
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