DÍA 3

Hace unos meses visitamos Estados Unidos en un viaje familiar, aprovechando nuestra estancia quisimos visitar algunos lugares que estaban relativamente cerca de donde nos encontrábamos, pero aun así representaban recorridos largos en automóvil.

Las carreteras en ese país están en muy buenas condiciones y hay señalizaciones durante todo el trayecto que van indicándote el camino en el que vas; pero lo primero que hacíamos al montarnos al carro era activar la aplicación de GPS en el celular. Si ingresas el destino, esta va guiándote automáticamente durante todo el trayecto; provee direcciones audibles y a través de un mapa donde puedes ver todo el recorrido. No sé qué habría pasado si no hubiéramos tenido esta aplicación, es como si tú pudieras caminar tomado de la mano de alguien que conoce el camino a la perfección y solo tienes que seguir las instrucciones seguro de que llegarás a tu destino. 

Estoy segura de que siempre que viajemos nos aseguraremos de tenerla a mano para aprovecharla. Y eso me hace pensar en este viaje que estoy llevando a cabo en esta tierra desconocida, yo soy una peregrina que no conoce el camino, y necesito un GPS que dirija mi andar.

Cada vez que yo me acerco a mi Biblia, es como si activara ese dispositivo que trae luz a mi vida. En ella encuentro todo lo que necesito saber sobre mi verdadera identidad. Me muestra a mi Rey y Señor, en todas sus páginas está Cristo, porque toda la historia se trata de Él.

Cuanto más le conozco, más entiendo porque no pertenezco aquí. Ella es la única que te ayudará a vivir honrando y glorificando al Señor. La Palabra de Dios te llenará de esperanza para que tus ojos permanezcan enfocados en lo eterno, y para que encuentres tu deleite en Jesús en medio de este peregrinaje que muchas veces estará lleno de aflicción y dolor.

Busca los siguientes versículos y medita en cómo la Palabra te guía y en lo que tu necesitas hacer para ser guiada por ella:

• Salmo 119:105
• Salmo 27: 4 – 8

¿Pasas un tiempo consistente alimentándote de las verdades de la palabra del Señor? ¿Anhelas conocerle más o sientes que el estudiar su Palabra es una tarea aburrida?

Si has dejado que los días pasen sin compartir un tiempo con el Señor, examina tu motivos, arrepiéntete y se transparente con tu Padre. Recuerda que en Cristo eres amada completa e incondicionalmente. Pídele que te conceda el arrepentimiento por no buscarle y que te bendiga con un apetito nuevo por su Palabra. Que el exponerte a Cristo, Él vaya capturando tu corazón y afirmando tu nueva identidad y tu vida le honre cada día más al ser dirigida por Él. 

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