Reseña: Manso y Humilde

«…soy manso y humilde de corazón…». -Mateo 11:29

De todas las descripciones que pudo escoger el Rey del universo hecho carne; «el Alto y Sublime, el que habita en la eternidad y cuyo nombre es el Santo» (Isaías 57:15 RV60), y quien es el Todopoderoso (Apocalipsis 1:8), para hablar de Sí mismo cuando caminó en esta tierra, escogió estas hermosas cualidades para describirse: manso y humilde. ¡Oh qué gracia que el Dios que se humanó es manso y humilde! ¡Qué seguridad al alma da saber que el que a Él viene, Él no le echa fuera porque Él es accesible! (Juan 6:37). Es por esta verdad, por el precioso corazón de Cristo, que podemos acercarnos. 

Y es que, a decir verdad, cuando somos conscientes, y me refiero a verdaderamente conscientes de lo que somos por dentro, de cuán rotas y descompuestas estamos, y de nuestro deplorable estado por nuestro pecado, ¿cómo podríamos esperar que Jesucristo sea accesible? Pero, ¡qué consuelo tan más hermoso que Su corazón se deleita en salvar pecadores, y es por ello que se acerca a nosotras en medio de nuestro pecado, llamándonos para ser lavadas en Su sangre y vestidas con Su abundante gracia!

Jesucristo el Justo es a quién toda autoridad sobre el cielo y la tierra le ha sido dada, y quien juzgará a las naciones (1 Juan 2:1; Mateo 28:18; Juan 5:22). Su justicia y rectitud no están separadas de Su bondad. Cristo no es 80% amor y 20% justicia, Él es 100% justicia y 100% amor. Es por ello que, cuando entendemos la suma de las cualidades del carácter de Jesucristo, tiene un mayor peso en nuestros corazones el entender Su accesibilidad, Su disposición y prontitud para acercarse a nosotras pecadoras indignas.

Su corazón se deleita en misericordia, Él es «…fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado…» (Éxodo 34:6-7 RV 60).

Conocer quién es Cristo excede nuestra capacidad humana porque no podemos entender completamente cómo puede Él ser santo, justo y apartado de los pecadores, y al mismo tiempo decidir acercarse a nosotras. Por Su muerte en la cruz, Su justicia y misericordia fueron mostradas a nosotras. Dane Ortlund, en su libro «Manso y Humilde», nos dice que: «la finalidad de señalar que Jesús es humilde es decir que Él es accesible. Con toda Su gloria resplandeciente y Su santidad deslumbrante, Su suprema singularidad y otredad, nadie en la historia de la humanidad ha sido tan accesible como Jesucristo» (p. 19).

Cuando piensas en acercarte a Jesucristo en el momento en que has pecado, ¿tiendes a pensar que tienes que arreglártelas tú sola en tus propios términos? ¿Crees que Él está decepcionado o enojado, y que no puedes acercarte? Nuestra respuesta a esta pregunta es vital porque muestra lo que creemos acerca de Cristo y marca la manera en que nos acercamos a Él diariamente. Dane nos anima a acercarnos a Cristo y deshacernos de nuestras ideas preconcebidas de quién es Él, para que Él nos enseñe quién es en verdad y qué significa que Su corazón es manso y humilde.

El autor nos alienta a que la comprensión del corazón de Cristo nos lleve a atesorarlo y experimentar una profunda adoración por tener un Salvador, su deseo es exponer quién es Cristo y Su sentir para con nosotras, pecadoras en necesidad de un Salvador tan tierno como Él.

Esta es la única manera de amar: acercándonos y atesorando a Jesucristo, quien no es una idea para ser estudiada, sino una persona para ser amada. Y a medida que estudiemos las Escrituras, descubriremos las hermosas profundidades del corazón de Cristo y entenderemos Su disposición para que vengamos a Él y descansemos en Su justicia (Mateo 11:28-29). También nos maravillaremos ante la realidad de que el corazón de Cristo para con nosotras, pecadoras redimidas por Su gracia, es mucho más dulce y accesible de lo que jamás pudiéramos imaginar

De manera práctica, este libro nos ayudará a pensar correctamente de Cristo y de nuestras constantes faltas, y definitivamente afectará la manera en que nos acercamos a Él.

El autor de este libro nos dice: «Por eso necesitamos una Biblia. Nuestra inclinación natural solo puede darnos un Dios semejante a nosotros. El Dios revelado en la Escritura deconstruye nuestras predilecciones y nos sorprende con una persona cuya infinitud de perfecciones corresponde con su infinitud de gentileza» (p. 25). Jesucristo, nuestro Salvador, es quien puede compadecerse y quien, de hecho, se hizo hombre para encontrarnos en medio de nuestro pecado y rescatarnos de él.

¡Todo por gracia, todo por Su maravillosa misericordia, todo por el amor con que nos amó!

«Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestrosdelitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados)». -Efesios 2:4-5

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Sobre el autor

Vania Anderson

Vania es originaria de Tlaxcala, México, pero actualmente reside en California. Se graduó en Estudios Teológicos en la Universidad The Masters.

Su más grande pasión es compartir el evangelio y ayudar a los creyentes a equiparse para compartir su fe, … leer más …

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