Qué refleja mi lista de deseos: preparándonos para el futuro en la voluntad de Dios

Hay un programa cristiano que a mi hija de 2 años le gusta ver. En algún episodio de este programa hablaron del pasaje en Mateo 7:7–8 en el cual Jesús dice:

«Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá».

La protagonista del programa, quien tiene quizá unos 8 años, tenía que estudiar para un examen que debía presentar en su escuela. Ella no estaba muy emocionada por estudiar y recordó lo que le habían enseñado sobre Mateo 7, así que en su ingenuidad y poco conocimiento de la Palabra de Dios, ora pidiendo a Dios no solamente aprobar el examen que tenía esa semana sin tener que estudiar, sino que también lo pudiera aprobar con una calificación mayor a un 90 (A). Ella termina su oración feliz y se pone a hacer algo más que sí la entusiasma.

¿Te sentiste identificada? ¿A cuántas no les gustaría poder orar de esta manera? Piensa por un momento, ¿tus peticiones al Señor en cuanto a tu futuro lucen de esta manera? ¿Qué refleja tu lista de deseos? ¿Es egoísta, centrada en ti? 

Pienso en otro versículo que muchas veces también usamos mal y nos quedamos con medias verdades: «Pon tu delicia en el Señor, y Él te dará las peticiones de tu corazón». –Salmos 37:4

¿Cuántas no nos hemos enfocado solo en la segunda parte de este versículo? ¿La parte en la que Él nos da las peticiones de nuestro corazón? Yo sin duda estuve ahí. Leía ese versículo una y otra vez y solo me enfocaba en que Él cumpliría mis deseos, entonces pedía sin cesar a Dios muchas cosas, pero ignoraba totalmente la parte de deleitarme en Él.

Cuando quitamos los ojos de nosotras mismas y buscamos deleitarnos en el Señor, Él nos da más de Él. Y entonces comienza a darnos una perspectiva diferente de nosotras mismas. Comenzamos a ver cuán hermoso es Su Nombre, cuán Santo es y cuán horrible es nuestro pecado y abundante Su gracia. Cuando aprendemos a deleitarnos en el Señor, los deseos que antes teníamos en nuestra carne comienzan a ser sustituidos por los deseos de nuestro buen Padre. Y cuando esto ocurre, amada joven, entonces el Señor cumple nuestras peticiones porque estas han sido alineadas con el corazón de nuestro buen Padre. 

A continuación quiero compartirte 2 preguntas que puedes hacerte mientras piensas en tu «futuro ideal»:

¿Mi lista de deseos refleja que busco darle la gloria a Dios?

«Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios». –1 Corintios 10:31

Me resulta muy retador pensar en las palabras de Pablo en este pasaje. Si somos llamadas a darle la gloria a Dios desde cosas cotidianas como comida o bebida, ¿cuánto más no deberíamos buscar Su gloria en lo que perseguimos para nuestro futuro? Te invito a ser intencional en considerar este pasaje en oración mientras piensas también en lo que tu corazón anhela. Ora también las palabras del salmista y pide al Señor que examine las motivaciones de tu corazón al planear para el futuro y que alinee tu corazón con el Suyo (Salmos 139:23–24, 19:12–13).

¿Mi lista de deseos refleja que busco primeramente el reino de Dios y Su justicia?

«Por tanto, no se preocupen, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?”. Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que el Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas». –Mateo 6:31–33

Las redes sociales hoy en día pueden llegar a influenciar mucho nuestra lista de deseos. Puede que seamos cuidadosas con las personas a las cuales seguimos si sabemos que somos fácilmente influenciables, sin embargo, muchas veces el algoritmo gana y nos aparecen perfiles de personas que atraen fácilmente nuestra atención, y para cuando te das cuenta, ya has comenzado a compararte con lo que otras personas tienen y tú no, o con lo que otras personas no tienen y tú sí y sobre la base de esto, tener expectativas en cuanto a tu futuro.

Amada joven, muchas cosas van a preocuparte mientras sigues creciendo: qué carrera estudiar, dónde la vas a estudiar, salir o no con el chico que te ha invitado a ir por un café, con quién te irás a casar, o si siquiera te vas a casar; y probablemente pienses en todas estas cosas mientras te comparas con quienes te rodean. Pero recuerda, si has entregado tu vida a tu único y suficiente Salvador, Él sabe qué necesitas, y en Su gracia ha suplido cada una de tus necesidades desde antes de la fundación del mundo. Por lo tanto, sé animada a buscar Su reino y Su justicia. Puedes hacerlo a través de conocerle intencionalmente a través de Su Palabra. Busca el consejo de mujeres maduras en la fe y con testimonio de una vida en Cristo.

Entonces… ¿qué refleja tu lista de deseos? ¿Refleja que amas a Cristo o que te amas mucho a ti?

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Sobre el autor

Débora Cázares de Rivera

Débora es originaria de Coahuila, México, pero actualmente reside en Nuevo Mexico, junto a su esposo Jordan Rivera y sus dos hijos.

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