Estoy tan agradecida por el privilegio de casarme con David, mi prometido y mi mejor amigo.
Pero aún recuerdo nuestra primera cita como si fuera ayer: el clima cálido, las mariposas en mi estómago, los nervios nerviosos, el lindo restaurante y las increíbles conversaciones.
David y yo hemos compartido muchas conversaciones profundas desde esa primera cita. Pero el tema de vivir juntos antes del matrimonio nunca ha sido una de ellos.
Ni siquiera lo discutimos. Es simplemente una de esas cosas que ninguno de los dos consideramos como una opción para nuestra relación.
Creeme, no es por falta de sentimientos o por falta de entusiasmo por estar juntos. Estamos locos el uno por el otro. Sus ojos color avellana, brazos fuertes, corazón asombroso y liderazgo piadoso me hacen contar los minutos hasta que me case con él. Amo a este chico (como puedes darte cuenta) y estoy entusiasmada de nuestro futuro juntos.
Asi que...
- Si me gusta tanto y yo le gusto tanto, ¿por qué no probamos esto antes de?
- ¿Por qué no nos mudamos juntos para ver si somos realmente compatibles?
- ¿Por qué no vivimos juntos y vemos si nos satisfacemos sexualmente?
Estas son las preguntas que el mundo hace, y son las razones por las que muchas parejas viven juntas antes del matrimonio.
Pero he considerado que nosotras, como mujeres cristianas, debemos responderlas.
¿Un fundamento de sentimientos o fidelidad?
En lugar de ver las relaciones, el amor y el romance a través de un lente estrecho, «necesito saber si esta persona me hará verdaderamente feliz», retrocedamos un paso y observemos un panorama mas amplio.
La mayoría de las relaciones se construyen sobre una base de sentimientos. Si los sentimientos son buenos, la relación es fuerte. Si los sentimientos no son tan buenos, la relación es débil. El «amor» se basa a menudo en lo que la otra persona puede hacer por mí.
Ese tipo de «amor verdadero» rara vez es duradero.
En lugar de vivir juntos y dar al matrimonio un «periodo de prueba», David y yo estamos trabajando en construir el carácter que nos llevará a través de los tiempos difíciles. En lugar de confiar en nuestros sentimientos, queremos buscar la fidelidad para estar comprometidos mutuamente sin importar qué.
Estas son algunas de las perspectivas en las que David y yo continuamos trabajando en nuestra relación. Estas son las razones por las que decidimos no vivir juntos.
Por qué no necesitamos una prueba
- El matrimonio se trata de reflejar el gran amor de Dios hacia nosotros.
Sin la perspectiva de Dios, el matrimonio se convierte en una forma de alimentar nuestra felicidad, nuestros deseos románticos, nuestros apetitos sexuales y nuestros sueños para el futuro. Pero la verdad es que el matrimonio no está hecho para esas cosas.
En última instancia, el matrimonio se trata de reflejar el amor inquebrantable de Cristo por Su Novia, la Iglesia, y reflejar la profundidad de la intimidad que Él desea tener con todas y cada una de nosotras.
Cuando confiesa a Jesús como Salvador, entra en un pacto que nunca se puede romper.
Y cuando una pareja se casa, están entrando en un pacto, una promesa que no se puede romper.
El matrimonio está diseñado para dar a conocer mucho más que solo dos personas que se únen. Se trata de Cristo y su amor interminable por nosotros.
Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia (Ef. 5:31–32).
Al vivir juntos antes del matrimonio, podemos estar «probando» una relación matrimonial, pero no es lo real, la imagen real del evangelio que Dios diseñó. Porque...
- El matrimonio se trata de un compromiso a largo plazo, y no de un desempeño.
En el altar matrimonial, una pareja se compromete el uno con el otro en lo bueno y lo malo, para bien o para mal, en pobreza y en riqueza, en la enfermedad y en la salud.
Si el matrimonio es tan intenso, ¿por qué no deberíamos probarlo viviendo juntos? ¿No deberíamos ver si estamos preparados para esto?
Aquí está como Erin Davis responde esa pregunta:
El plan de Dios para el matrimonio es una fusión permanente. Es la combinación de dos personas en una nueva familia. Está destinado a durar. No hay manera de tener una «prueba gratuita» del compromiso que Dios diseñó para que fuera disfrutado por los esposos y esposas.
Las parejas eligen vivir juntas para obtener un anticipo de cómo será el matrimonio, pero las cosas que hacen que el matrimonio funcione no están presentes en esa situación. Específicamente, el compromiso que permite a las parejas aguantar las pruebas de la vida juntos. No hay manera de acelerar un compromiso de por vida.
Al vivir juntos, estamos diciendo: «voy a ver si cumples mis expectativas, y si no lo haces, ¡estoy fuera!»
Pero el matrimonio dice: «no me voy a ninguna parte».
Incluso cuando el matrimonio se vuelve súper difícil, estás en él a largo plazo. Quieres que tu esposo sepa que lo amarás sin importar lo que pase. No debería tener que ganarse tu amor a través de su desempeño. El matrimonio no se trata de actuar o ser «lo suficientemente bueno» para mantener a la otra persona cerca. Se trata de un hombre y una mujer que se comprometen hasta que la muerte los separe.
y los dos serán una sola carne; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe (Marcos 10:8–9).
Por cierto, tu amor no debe basarse en lo bien que te ama tu chico. Eso no es amor verdadero, eso es un intercambio. «Haz esto por mí, yo haré esto por ti».
Jesús es el ejemplo perfecto de amor verdadero, sacrificial. Él elige amarnos completa e incondicionalmente. No pongas condiciones a tu amor. Elige amar al 100 por ciento.
- El matrimonio no debe incluir la opción de abandonar.
¿De qué servirían los votos matrimoniales si se les tirara por la ventana tan pronto como los tiempos se ponen difíciles? Serían buenos para nada. Lamentablemente, este es el enfoque que las parejas suelen tomar cuando viven juntas.
«Si esta relación se vuelve realmente difícil, podemos simplemente dejarla».
¿Por qué consideramos que el matrimonio necesita ser fácil? Si el amor no viene fácilmente, no debe ser amor verdadero. Esa no es la definición de amor que encontramos en la Palabra de Dios.
Todo en la vida conlleva trabajo. Trabajo duro. ¿Por qué debería ser diferente el matrimonio? Si quieres un trabajo increíble, esperas y te esfuerzas para lograrlo. Si quieres ser un atleta fuerte, trabajas duro. Si quieres buenas calificaciones, trabajas duro para ganarlas. Nunca entres en el matrimonio con la idea de que simplemente puedes «renunciar» cuando se ponga difícil.
No deberíamos estar entrenandonos para dejar de lado las relaciones, sino para soportar los desafíos.
Los matrimonios fuertes requieren trabajo duro, ¡pero esa inversión siempre vale la pena!
No pierdas de vista el panorama más amplio
Cuando mantenemos el panorama más amplio del matrimonio a la vista, nuestra perspectiva cambia completamente. Cuando acudimos a la Palabra de Dios en búsqueda del patrón de cómo deberían ser las relaciones y el matrimonio, ¡nos damos cuenta de que sus planes son más grandes y mejores que nuestros propios deseos!
Me encantaría saber de ti.
- ¿Qué piensas sobre el vivir juntos antes del matrimonio?
- ¿Cómo defenderías tu respuesta desde una perspectiva bíblica?
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