¡No soy suficientemente bella!

Nuestra sociedad por todos los medios alienta a las jóvenes a cultivar una belleza superficial. En cambio, Dios nos dice que persigamos una belleza interior de valor eterno.

«…Que el adorno de ustedes no sea el externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea lo que procede de lo íntimo del corazón, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios». -1 Pedro 3:3-4

La realidad es que vivimos en un mundo que promueve combatir nuestras inseguridades con una verdad distorsionada. Recientemente una amiga me compartió su rutina de la mañana: «Me levanto de la cama y me paro frente al espejo, siento que comienzo a inquietarme con los brotes de acné, piel flácida, el cabello con nudos y un sinfín de imperfecciones. Me alisto para mi día, me pongo capas de maquillaje, busco las últimas tendencias de productos con los blogueros en tendencia para sentirme bella, consentirme y encontrar un poco de alivio. Entonces me percato que he subido unos kilos de más, así que ni la dieta me funciona. Por mi mente pasan muchos pensamientos: “No quiero salir. ¿Qué pensarán de mí? ¡Nada me queda bien! ¿Quién se fijará en mí? ¿Por qué Dios no me dio aquel cuerpo, esa cinturita, ese cabello, esa cara…? Nada es suficiente, porque no soy suficientemente bella”». 

¿Has estado allí? En algún momento podemos decir que todas hemos luchado con una o varias de estas ideas distorsionadas.

La obsesión por la belleza tiene sus raíces en nuestro corazón. Estamos permeadas en la actualidad por la necesidad imperante de cambiar nuestra imagen al cuerpo perfecto para ser la mujer ideal, una «superwoman». Las redes sociales a través de las imágenes y los blogueros promueven ideas que crean una obsesión que nos aleja de la verdad, generando pensamientos distorsionados, más inseguridad, tristeza profunda, ansiedad y desorganización en el orden de prioridades.

La revista Pedagogía Crítica presentó en el 2018 el artículo de investigación llamado «Afectación en la autoestima de las adolescentes a causa de los estereotipos de belleza como falsa respuesta a una imagen estructurada colectiva» y concluyeron que los estereotipos de belleza sí son un factor determinante en el desempeño académico de las mujeres de nivel bachillerato debido a que invierten mucho tiempo preocupadas sobre su apariencia física por la opinión que se tiene de ellas o por el cuidado de una imagen comercial poco atractiva.

Entonces, ¿qué puedo hacer cuando lucho con la inseguridad, tristeza, enojo, vergüenza o la obsesión por un yo ideal perfecto y rechazo como he sido creada bella por Dios? ¿Qué puedo hacer si no me siento suficientemente bella?

Dios nos creó con el deseo de apreciar lo hermoso en nosotras y en nuestro entorno. La belleza no debe ser tachada de «mala o pecado» si está puesta en la perspectiva correcta. Examinemos a profundidad, como hacen los cirujanos, con el propósito de revisar nuestra motivación y discernir nuestros pensamientos.

Primero, respondamos algunas preguntas de este pequeño examen:

  1. ¿Paso más tiempo diariamente viendo la belleza ideal en las redes sociales que el tiempo que paso en la Palabra de Dios y en la oración?
  2. ¿Estoy celosa de la apariencia de otras chicas?
  3. ¿Gasto dinero en ropa, peinado y maquillaje que no necesito?
  4. ¿Codicio el guardarropa de otras chicas o me comparo pecaminosamente con ellas?
  5. ¿Deseo perder peso para «sentirme mejor conmigo misma» o para impresionar?

Si has respondido afirmativamente a estas preguntas, acompáñame a ver cómo Dios tiene respuestas y verdades para luchar contra estas tendencias pecaminosas.

  1. Somos creadas completamente hermosas. La primera gran verdad es que Dios es hermoso y nosotras somos Sus criaturas, hechas a Su imagen. «Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó». Génesis 1:27
  2. Adornamos el evangelio de Cristo con nuestro diseño. En Tito 2 podemos recordar el llamado de Dios para las mujeres en todas las etapas de la vida. Vivimos nuestro diseño cuando somos prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, ejemplo de buenas obras; al mostrar integridad, seriedad,palabras sanas e irreprochables (Tito 2:4-10). 
  3. La belleza interna prevalece. Cuando dejamos que nuestro Dios, el Gran Diseñador, nos moldee de adentro hacia afuera, podemos mostrar una belleza atractiva y eterna que resplandece a causa de Cristo. «Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada» (Prov. 31:30).
  4. La verdadera belleza radica en el orden de prioridades. Otra gran verdad es que cuando Dios es el centro de nuestras vidas, el impulso de nuestros anhelos y motivaciones, toda nuestra apariencia interna y externa, tendrá un valor hermoso y permanente porque no radica en las circunstancias o el estereotipo del mundo que es pasajero, sino en aquello que permanece, aquella prioridad que tiene un valor eterno. «Fuerza y dignidad son su vestidura, y sonríe al futuro...Muchas mujeres han obrado con nobleza, pero tú las superas a todas» Proverbios 31:25, 29.

En conclusión, aunque en ningún lugar de la Biblia se condena la belleza física o se muestra como un aspecto sin importancia, Dios nos habla de la atención excesiva al aspecto físico cuando descuidamos nuestras prioridades. Nosotras somos hijas del Rey de reyes, así que, nuestra apariencia y conducta deben reflejar nuestro llamado. Dios nos llama a permanecer en nuestro entorno, pero a vivir a contracorriente evitando que la presión de este mundo nos adopte a su molde. Somos la marca distinta que refleja la belleza, el orden y la gracia de Dios en la apariencia interna y apariencia externa.

Anímate a vivir tu diseño a través de las buenas nuevas del evangelio y a compartir con tus amigas la hermosura de Cristo en ti.

Referencia:

Revista_de_Pedagogía_Critica_V2_N4_1.pdf (ecorfan.org)

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Sobre el autor

Natalie Mariel Castillo Franco

Natalie está casada con Jordano y juntos tienen a Elena, el milagro que Dios les entregó. Ellos están comprometidos en ser una familia que glorifique el nombre de Dios.

Natalie ha abrazado el diseño de Dios en su vida, en … leer más …

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