No sé a ti pero a mí me encanta la Navidad. Recuerdo que hace unos años cuando estaba en el colegio y luego en la universidad deseaba que llegara esta época no solo por la comida, el tiempo de compartir en familia o las casas hermosamente decoradas, sino también porque el tiempo de Navidad implicaba ¡vacaciones!, ese tiempo de descanso tan esperado al fin llegaba.
Lamentablemente así como tomaba vacaciones de mis responsabilidades escolares o de la universidad, muchas veces también me encontraba tomando "vacaciones" de mi tiempo con el Señor, ¿te ha pasado a ti también?
Llegaba la época de Navidad y mi tiempo con el Señor, en Su Palabra y en oración, disminuía considerablemente. Entendía erróneamente que ese tiempo de vacaciones me daba la excusa de no tener que levantarme tan temprano a tener mi tiempo en la Palabra, o tenía tantas actividades que al final el tiempo de cada día con el Señor terminaba quedando para mañana.
Buscándole en todo tiempo
Si eres creyente, el tiempo que pasas en la Palabra y en oración cada día es vital para tu caminar cristiano. Por eso quiero compartir contigo 4 razones por las que no debes perderte de este tiempo en Navidad.
1. La Biblia no es cualquier libro.
La Palabra de Dios es la mente y el corazón de Dios revelados a nosotras. 2 Timoteo 3:16 nos dice que la Palabra es inspirada por Él. El Dios que creó y sustenta todo lo que existe decidió revelarse a sí mismo para que tú y yo pudiéramos conocerle. Nuestro propósito al ir a las Escrituras es conocerle a Él porque la Biblia se trata completamente de Él, y ¿sabes qué? esto no cambia en Navidad. Nosotras no necesitamos conocerle menos, todo lo contrario, mientras más le conocemos deberíamos anhelar crecer más y más en nuestro conocimiento de Él y para conocer a ese extraordinario Dios, debemos pasar tiempo en la Palabra y buscarle en oración continuamente.
2. Jesús es la razón de la Navidad.
Muchas de las cosas que la Navidad trae consigo son buenas y disfrutables pero no debemos olvidar que el verdadero motivo, lo que el creyente celebra, o por lo menos debiera celebrar, es el nacimiento de nuestro precioso Salvador.
"Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso,
Padre Eterno, Príncipe de Paz", Isaías 9:6.
El tiempo de Navidad debe celebrar el nacimiento de nuestro salvador, ese Jesús que vino al mundo, como la gran muestra de amor de parte de Dios, para salvarnos de nuestro pecado, porque nadie más podía hacerlo, solo Él, el único justo y recto. Una de las formas en las que puedes celebrarlo a Él en esta época es buscando conocer más de Su vida y de Su obra a través de Su Palabra.
Él, que es poderoso, ha hecho algo extraordinario, vino en la carne, conquistó la muerte y disipó las tinieblas de nuestras vidas. ¡Nuestro glorioso Salvador es digno de ser conocido!
3. Su Palabra nos guarda de pecar.
Aunque a veces quisiéramos que fuera así, nuestro pecado no toma vacaciones, nuestra carne sigue en pie buscando cualquier oportunidad en la que pueda ser fortalecida y cuando no estamos alimentando el Espíritu, de alguna manera estamos alimentando la carne.
"En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti", Salmo 119:11.
El ir a Su Palabra continuamente, meditar en ella y obedecerla nos guarda de pecar contra Él. No tomes vacaciones de aquello que te guarda de pecar ¡porque tu pecado no lo hará!
4. Necesitas de Él cada día.
Nuestra vida espiritual no es como el tanque de gasolina de un automóvil. No podemos pretender "llenarnos" en un momento y creer que no necesitaremos más de Él por un tiempo.
Me encanta pensar en nuestro tiempo con el Señor como la provisión del maná que el Señor le daba cada día al pueblo de Israel. No sé si conoces la historia pero Dios le proveía de alimento caído del cielo a Su pueblo, de manera diaria, ellos no debían guardar para el día siguiente sino solo tomar la porción necesitada para cada día porque al otro día Dios proveería una vez más. (Puedes leer sobre esto en Éxodo 16)
Nuestro tiempo con Él es nuestro maná de cada día, no busques guardar para mañana, ¡toma cada día tu porción!
"Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer", Juan 15:5.
La relación más importante
En esta época donde muchos se esfuerzan por cultivar aún más sus diferentes relaciones, no olvides la relación más importante, la relación con tu Señor.
Pasa tiempo con Él continuamente, búscale con afán, procura conocerle cada día más y de esa manera celebra el gran y mejor regalo de todos los tiempos, ¡el nacimiento de nuestro Salvador!
"Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados", Mateo 1:21
Para reflexionar:
1. ¿Qué crees que es lo que a veces te lleva a no pasar tiempo con el Señor?
2. ¿Qué puedes hacer en esta época para procurar no descuidar tu relación más importante?
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