¡No abras los regalos antes de tiempo!

Desde un doble arcoíris contra un cielo oscuro hasta el innegable placer de una bola de helado de chocolate, nuestro Padre sí que sabe cómo hacernos sonreír. ¡Le encanta darnos buenos regalos (Lucas 11:13)! Y como el mejor  dador en el universo, Él también conoce el valor del suspenso. Y yo lo aprendí también, una Navidad.

Era la noche antes de la Navidad en la casa Jewett, y todo se agitaba. . . porque realmente nos emocionamos con la Navidad en nuestra casa. Las medias fueron colgadas, las luces colocadas y los regalos estaban en una pila de bajo de nuestro árbol de navidad decorado. Mamá trajo nuestro tradicional aperitivo de Nochebuena: salchichas en rodajas, queso y potica (un pan dulce esloveno), todo enviado con amor de parte de su familia en Wisconsin. Todo estaba listo, y había llegado el momento.

Solo uno más

Nuestra familia tenía una tradición para abrir los regalos el día de Nochebuena, y mi hermana y yo habíamos estado observando la gran cantidad de regalos, cuidadosamente envueltos, por semanas tratando de decidir cuál nos gustaría abrir primero. Fuimos alrededor del círculo de regalos, elegimos un regalo y lo abrimos.

Y luego, como siempre lo hacíamos, fuimos donde papá y le pedimos: "Por favor, ¿podemos abrir uno más? ¿Por favoooor? " Yo no sé por qué lo pedimos. Nunca había cedido, y no había ninguna pista de que esta vez sería diferente. Pero contrario a toda razón, ¡esta vez nos dijo que sí!

En total alegría, volvimos al árbol de Navidad y elegimos otro regalo para abrirlo. Entonces, debido a que el primer intento había funcionado, lo intentamos de nuevo. "Por favor, papá ¿Solo uno más?"

Para nuestra sorpresa, ¡aceptó de nuevo! Así que nos fuimos de nuevo, cada una a elegir un regalo y a abrirlo. Ciertamente, la tercera vez no iba a funcionar, pero no pudimos evitar preguntar. Y fue como si el universo se estuviera deshaciendo me dijo que sí de nuevo. . . y de nuevo . . . y de nuevo . . . hasta que todos los presentes estaban sin envolver, y nos sentamos mirando con incredulidad la una a la otra bajo una pila de papel de envolver. ¿Habíamos acabado de abrir todos nuestros regalos en Nochebuena? Lo absurdo de esto nos hizo sentir un poco excitadas, eufóricas, incluso.

Luego llegó la mañana de Navidad.

Vale la pena esperar

En todos mis años de Navidades, este se destaca como el más oscuro y el más deprimente de todos. No habían pasos emocionados por el pasillo para despertar a nuestros padres antes del amanecer. De hecho, creo que todos nos dormimos. ¡No había nada por lo que levantarse! La emoción de la noche anterior fue sustituida por la decepción pura y absoluta en la mañana de Navidad, cuando no había regalos por abrir.

Dios sabe que un regalo es mejor debido a la espera. Cuando engañamos al sistema abriendo uno de sus perfectos regalos antes de tiempo, este deja de ser perfecto. Es por eso que los mejores regalos que Dios nos da por lo general tienen una etiqueta firmada:  “Espera para abrirlo. Confía en mí, ¡que va a ser bueno! Con amor, papá".

Dios nos ha dado un increíble regalo que es el sexo, y él también sabe la sorpresa en "la mañana de Navidad" (la noche de bodas) que hará el regalo más dulce. Si no te das por vencida en abrir el regalo en la víspera de Navidad,  no serás decepcionada.

Y para aquellas de ustedes que ya han conocido la decepción de una Navidad prematura, sé que las vacaciones pueden provocar sentimientos extra de vergüenza y arrepentimiento. Una de las cosas que más amo de la historia de mi desastrosa Nochebuena es que no quitó mi disfrute de todas las Navidades por siempre. La razón por la que Jesús nació en este mundo desordenado era para  llevar esperanza y sanación a aquellos que lo necesitaban. ¿Amén? Así que vamos a saborear Su gracia y la belleza de las segundas oportunidades en esta Navidad.

¡Y por el amor de Dios, no le preguntes a tu papá si puedes abrir "uno más" en la víspera de Navidad! Nunca se sabe cuando en realidad podría decir que sí.

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