Hace unos días presenté tres guías bíblicas para lidiar con padrastros. Aquí hay tres principios más que vienen directo de la Palabra de Dios para ayudarnos a navegar las dificultades de una familia mezclada.
Eres llamada a ser pacificadora
En Mateo 5:9, Jesús dice, “Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios”.
Santiago 3:18 dice, “Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz.
¿Qué puedes hacer para crear más paz en tu hogar? ¿Cómo puedes cambiar tu actitud y comportamiento para poder tener una relación pacífica con tu padrastro? Solo tú puedes contestar esas preguntas, y tú serás quien coseche los beneficios si haces el difícil trabajo necesario para vivir en paz con tu madrastra o padrastro.
Compromete a tu familia a la oración
En Mateo 5:44, Jesús dice, “Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen”.
Dudo que él haya estado pensando específicamente en los padrastros cuando hizo esta declaración, pero sin duda aplica. Claro que los padrastros pueden sentirse como si fueran el enemigo. Yo estuve en guerra con mis padrastros por años. Los culpaba de cosas que ni siquiera eran su culpa. Tenía resentimiento porque tenían reglas que según yo eran extrañas y terribles. Estaba enojada con ellos por hacer que una situación familiar que ya era difícil fuera aún peor. Pero yo nunca ore por ellos. Ni una sola vez.
Debí haberlo hecho. La oración es una herramienta poderosa que tenemos y que muy frecuentemente fallamos en usar. Filipenses 4:6 nos insta, “Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios”.
La oración tiene el poder de cambiar el corazón de tu padrastro si fuera necesario. Pero aún más importante, tiene el poder para cambiar tu corazón.
Confía en Dios
Puedes confiar a Dios cada esquina de tu vida. Puedes confiarle con el dolor causado por el divorcio de tus padres. Puedes confiarle la ansiedad causada por sus segundas nupcias. Puedes confiar que Él conoce la mejor forma en la que puedes relacionarte con otros incluso si no se siente natural o justo. En última instancia, puedes confiar en Su Soberanía incluso cuando tu vida familiar sea todo un caos.
Salmo 62:8 dice, “Confiad en Él en todo tiempo, oh pueblo; derramad vuestro corazón delante de Él; Dios es nuestro refugio”.
En Juan 14:1, Jesús dijo, “No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí”.
Salmo 19:7 dice, “La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo”.
Proverbios 3:5-6 dice, “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas”.
El enojo y la rebeldía son lo opuesto a la confianza. No eres responsable por lo que ha pasado en tu familia en el pasado, y no estas a cargo de lo que va a pasar en el futuro. Pero Dios puede lidiar con todo esto. Esfuérzate en seguir Su guía para tus relaciones, y confía en Él con los resultados.
¿Podrías agregar alguna otra guía bíblica a esta lista? Compártela en la sección de comentarios.
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