Más allá de mi maquillaje

¿Alguna vez has visto una bahía bioluminiscente? Solo hay cinco en el mundo y de adolescente visité una de ellas. Es mágica la experiencia de agitar el agua del mar en la noche y ver cómo se ilumina de color neón. Mis hijos adolescentes me han pedido que los lleve a ver este acto asombroso de la naturaleza porque nunca han visto nada parecido a lo que su mamá vio.

Recordando esto, pensaba que así como mis hijos pueden decir: «Mi mamá ha visto el agua del océano de una forma que yo no la he visto», hay personajes de la Biblia que vieron la belleza Dios de una manera en la que lo más probable es que muy pocas de nosotras la hemos visto.

Belleza suprema y su efecto

La hermosura de Dios refleja Su santidad. Por ejemplo, en una de esas veces que el Señor pasó delante de Moisés, tuvo que esconderlo detrás de una piedra para que no muriera cuando viera Su rostro. Isaías vio la hermosura de Dios y sintió terror santo. Y el apóstol Pablo quedó ciego después de ver a Cristo resucitado. Dios posee una hermosura que si fueras a contemplarla directamente, morirías.

No obstante, Dios ha provisto un medio para que tú interactúes con Su belleza sin exhalar por última vez. Así como Dios escondió a Moisés en una peña, Él esconde a Sus hijos en Cristo. Y si estás escondida en Cristo, todo lo que necesitas para ver la belleza de Dios es la revelación de la obra completa de Cristo a través del Espíritu Santo.

¿Y qué tiene que ver la belleza de Dios con tu apariencia? Es que la belleza bíblica comienza en Él. Si Dios es el ser más hermoso y tú quieres verte hermosa, entonces la fórmula para eso es pareciéndote más a Él. 

Belleza vacía y su efecto

La realidad lamentable es que parecerte a Cristo no es el único régimen de belleza que existe. El mundo te presenta una gama extensa de alternativas que prometen felicidad, pero no cumplen. 

Te des cuenta o no, el estándar de belleza del mundo ya ha tenido sus efectos nocivos en tu visión de lo que es verdaderamente hermoso. La belleza vacía del mundo ha hecho borrosa tu vista. 

Si eres cristiana, no puedes tener una visión híbrida. O sea, no puedes tener una visión borrosa y una visión clara al mismo tiempo. Tú definición del término «belleza» no puede ser una mezcla de lo que la Biblia dice y lo que la sociedad dice. No puedes pensar: «la Biblia dice que busquemos la belleza interior y el mundo dice que lo que importa es lo exterior, así que yo mejor algunos días soy bella por dentro y otros días bella por fuera». Cristo dijo que nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o apreciará a uno y despreciará al otro. No te engañes, o tus gustos tienen una cosmovisión bíblica de la belleza o una mundana.

Belleza bíblica y su efecto

Así como los anteojos que te pones en el cine para poder ver películas 3-D, necesitas ponerte los anteojos de la Palabra, porque es la que te muestra la belleza de Cristo y la que te instruye en qué consiste la verdadera belleza. Quizás tú crees que te ves atractiva, pero si te pusieras los anteojos de la Biblia, verías que el egocentrismo es lo que se refleja en el espejo de tu casa. O quizás tú piensas que eres poco atractiva, pero cuando te pones los lentes 3-D de la Palabra, ves que irradias una luz brillante porque tú has puesto tu confianza en Dios. 

Resalta tu belleza con la Biblia y no con YouTube, TikTok o Instagram. Convéncete de que Cristo es mejor que la belleza que el mundo presenta. Ve de compras recordando que la belleza del mundo es pasajera.

Belleza Cristocéntrica

Considera a Cristo para situarte y orientarte cuando eliges estar hermosa.

• Cristo dejó Su trono de gloria para venir a humillarse a sí mismo por amor a los escogidos. ¿Estás tú dispuesta a dejar estilos de belleza que no convienen ni edifican a tu prójimo?
• Cristo fue 100 % puro en su corazón. ¿Reflejas tú pureza en tu apariencia, hablar, o actuar? ¿Buscas la pureza en tu corazón antes de salir de tu casa? 
• Puestos Sus ojos en la gloria venidera, Cristo enfrentó valientemente el más aterrador enemigo, la muerte. ¿Necesitas valentía para pensar diferente al mundo? ¿Están tus ojos puestos en las cosas de arriba, en Cristo?
• Por el poder asombroso del Espíritu Santo, Cristo venció lo invencible, la muerte. Ese poder que levantó a Cristo de la tumba, está en ti.

• Toda la creación está bajo el reinado de Cristo. ¿Cristo domina en tu corazón y en tu guardarropa? 

Si tú no has desarrollado un gusto por contemplar y reflejar la belleza de Cristo, pídeselo a Dios en oración. Sé humilde y confiesa que la belleza como la define la sociedad compite en tu corazón con el deseo de agradar a Dios. Pide perdón al Señor por tu falta de asombro por Su belleza y arrepiéntete de querer que la gente te encuentre hermosa sin que te importe más lo que Dios piense. Dios te dará gracia.