Su pregunta me intrigó. Estaba en una cafetería llena de gente, en una ciudad universitaria con una amiga, poniéndonos al corriente mientras tomábamos caliente té Earl Grey, cuando escuche una conversación que venía de la mesa junto a nosotras.
“¿Qué significa poner tus ojos en Jesús? Decimos esa frase, ¿pero en realidad sabemos lo que significa mirar a Jesús?”
Aunque soy introvertida, me fue difícil no mover mi silla hacia donde estaban ellos y unirme a la conversación. He escuchado las frases, “mira a Jesús” y “pon tus ojos en Jesús” muchas veces. Estoy segura que tú también, pero hasta ese momento, nunca me había detenido a considerar lo que significaban. ¿Qué significa el “mirar a Jesús”?
No es una adivinanza
En realidad esta frase viene de un versículo en Hebreos 12, un pasaje que ofrece esperanza en medio de dificultades. Como los hombres y mujeres mencionados en Hebreos 11 quienes soportaron tortura, persecución, y muerte, nosotras también podemos “despojémonos también de todo peso” y “corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”.
Imagina esto: Estás en una carrera de relevos mientras una masiva multitud de campeones Olímpicos te están animando. Ellos ya han estado allí. Ellos conocen la tensión de entrenar y trabajar duro. Ellos pueden sentir empatía cuando tropiezas o se te cae la batuta. Ellos conocen la emoción y alivio de cruzar la meta.
Mientras que estos precursores son una maravillosa fuente de ánimo para nosotras en nuestra propia carrera, ellos no son realmente el enfoque del pasaje. El versículo 2 dice que miremos a Jesús.
Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Esto nos lleva de regreso a la pregunta original hecha por ese estudiante universitario y lo que quiero explicar aquí: ¿Cómo hacemos esto?
Deshazte de las distracciones
Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante (v. 1)
¿Qué te está hacienda peso? ¿En dónde te sientes tentada a desviarte? Examínate al hacerte preguntas como:
- ¿Qué me está impidiendo pasar tiempo en la Palabra de Dios? ¿En oración?
- ¿Hay alguna persona o habito que está consumiendo mis pensamientos y mi tiempo?
- ¿Tengo una dependencia nociva a mi celular, mis amistades, mi novio, mi líder de jóvenes?
- ¿Me preocupo más por mi promedio, mi peso o conseguir un nuevo trabajo que por conocer y amar más a Jesús?
Quita tus ojos de la tormenta
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios (v. 2).
Una mañana en el trabajo, estaba caminando por el estacionamiento hacia la oficina y me di cuenta de algo inusual. A mi derecha estaban unas oscuras nubes de tormenta amenazando detrás del edificio. A mi izquierda estaba un cielo claro, celeste con solo unas pocas esponjosas nubes blancas aquí y allá.
La vida es como ese horizonte, ¿no es así? Las feroces tormentas llegan a nosotras sin aviso. Estas pudieran ser las tormentas de dolor, soledad o tentación. En lugar de dar un paso hacia atrás y ver el panorama completo – ver que Dios aún está en control, nos enredamos en la oscura y sombría realidad que nos amenaza y completamente fallamos en ver que el sol está en efecto brillando.
Así que ¿qué o a quién estás mirando? Si no ves a Jesús, inevitablemente estás mirando hacia el lado incorrecto.
Considera esto
Considerad, pues, a aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra sí mismo, para que no os canséis ni os desaniméis en vuestro corazón (v. 3).
¿Recuerdas aquellos hombres y mujeres de la historia que mencione anteriormente? Ellos soportaron muchas dificultades y sufrimientos en sus vidas, aun así no perdieron la esperanza. Ellos permanecieron en el camino y terminaron la carrera. ¿Cómo? Considerando los sufrimientos de Cristo.
Jesús nos dio un ejemplo cuando Él soportó una cruz real y física y sufrió terriblemente por nosotras. Sin embargo Él jamás dudó o desertó a Su Padre. Primera de Pedro 2 nos dice que los creyentes son llamados a sufrir “pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas” (v.21). Si estas batallando en encontrar propósito en medio de tu situación, mira a Jesús. Eso quiere decir recordar la obra redentora en la cruz que El sufrió por ti.
Retira, reenfoca, recuerda
Esto es lo que significa poner tus ojos en Jesús. No necesitar un poster de la escuela dominical de Jesús en tu pared. No tienes que llevar tu Biblia a donde sea que vayas. No tienes que pretender que la vida no es difícil cuando en realidad si lo es. Miras a Jesús al:
- Retirar cualquier cosa que se interponga entre tú y tu relación con Él.
- Reenfocar tu atención de la “tormenta” y ponerla en el Hijo.
- Recordar la sangre derramada en la cruz y el ejemplo de sufrimiento que dejó para ti.
¿Cómo responderías la pregunta de ese estudiante universitario? Cuéntamelo en la sección de comentarios.
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