La vasija y la toalla

“Bienvenidos a nuestro establecimiento, nuestra propuesta para usted es el servicio sin medida y nuestra disposición de trabajo para cubrir todas sus necesidades, aquí las mismas serán resueltas con una garantía de por vida. Estamos para servirle, esa es nuestra misión”.

¿Te has tropezado con un letrero así? Te aseguro que si lo ves te gustaría saber más sobre este lugar. ¿A quién no le gusta que le brinden un buen servicio?

El diccionario define servicio como: el trabajo hecho hacia otra persona. Servimos en las escuelas, trabajos, iglesia, comunidad; prácticamente en todos los lugares donde nos movemos ofrecemos algún tipo de ayuda a las personas a nuestro alrededor.

La Palabra de Dios, nos muestra la vida de hombres y mujeres como ejemplo de servicio hacia otros, pero hay uno en particular quien se humilló y dejó absolutamente todo para darnos una lección sobre este tema: Jesucristo.

Todo creyente en Cristo está llamado a servir, es un indicativo no una sugerencia.

1 Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. 2 Y durante la cena, como ya el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, el que lo entregara, 3 Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos, y que de Dios había salido y a Dios volvía, 4 se levantó de la cena y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. 5 Luego echó agua en una vasija, y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía ceñida. Juan 13

Veamos algunas cualidades que como siervas  de Cristo debemos cultivar:

Despójate de ti misma

El tiempo  de nuestro Señor Jesucristo en la tierra había llegado a su final, Él sabía por todas las vicisitudes que atravesaría, quien le iba entregar, quién le iba a negar, y quienes le darían la espalda. No se concentró en las circunstancias, ¡Él amó a sus discípulos les sirvió! (Juan 13:1 y 2)

“sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres”. Filipenses 2:7

En el contexto del verso 7, implica que se vació a sí mismo, renunció voluntaria temporalmente a sus privilegios. Es decir, pongamos a un lado nuestros intereses y deseos. Desvistámonos de nuestro yo caído considerando que las fuerzas solo provienen de Dios. El fin de todo servicio a la obra  es que Su nombre sea Glorificado y mi yo muerto.

Vístete de humildad y obediencia

Si mi servicio está enfocado en mí, por el que pensaran, por los elogios de las personas, tarde o temprano la altivez llenará mi corazón de amargura y nos cansaremos del trabajo porque está orientado a lo perecedero no a lo eterno, y el único eterno es Dios.

Un muestra de ejemplo de la humildad de nuestro Señor Jesús fue lavarles los pies a sus discípulos, ¿te imaginas tu haciendo lo mismo? en esa época las personas recorrían largos caminos polvorientos a pie y usaban sandalias como calzado, sus pies se cubrían de polvo y al ser invitados, un siervo de “última categoría” debía lavar sus pies. En este caso El Rey de reyes decide arrodillarse para lavarles, nuevamente tomó forma de siervo.

La obediencia y  la constante más importante en nuestras vidas de servicio, es  el amor a Dios. Cualquier situación o circunstancia que pase me afectará mínimamente, porque sirvo a mi Señor y no a los hombres.  

Servimos con nuestra mirada puesta en Él, porque solo en Él está la real  aprobación.

Disponte a pagar el precio

12 Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó su manto, y sentándose[d] a la mesa otra vez, les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? 13 Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y tenéis razón, porque lo soy. 14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros

15 Porque os he dado ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 16 En verdad, en verdad os digo: un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió. Juan 13

El servicio al que estamos llamadas, nos fue modelado por Cristo (que es nuestro estándar, nuestro supremo llamado, a quien debemos imitar) en la mayoría de las ocasiones tendrá un gran precio:  nuestra comodidad, nuestros sueños,… en fin nos costará.

La pregunta que me hago y que quiero que tú también te hagas: ¿Estoy dispuesta a servir a este nivel? ¿Es mi anhelo seguir las pisadas del maestro?

Espero amada que las respuestas a las preguntas anteriores sean sí, porque la recompensa del servir es mayor que el sacrificio, considera los versículos del 9 al 11 de Filipenses 2:

9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.        

¡Así es amada! por ese servicio hoy tu y yo estamos reconciliadas, somos hijas. ¡Gracias Cristo por tu servicio!.

PD: En su artículo “Mujeres valientes en un mundo de oportunidades”, el pastor John Piper  ofrece  una lista de ministerios a considerar para el servicio, aquí te menciono algunos. Te exhorto a orar para que el Espíritu Santo te dirija hacia  donde  puedes involucrarte en servicio.

Ministerios para los discapacitados:

  •      Personas con discapacidad
  •      Discapacitados mentales
  •      Ministerios para los enfermos

Ministerios para los marginados:

  •      Personas con trastornos emocionales
  •      Drogadictos en recuperación
  •      Personas que escapan de una red de tráfico sexual
  •      Niños y mujeres víctimas de abuso

Ministerios carcelarios: ¡Cárceles de mujeres!

Ministerios de jóvenes

Consejería terapéutica

Ministerios audiovisuales

Ministerios de enseñanza

Ministerios de música

Ministerios evangelísticos

Ministerios de audiovisuales

Ministerios de teatro

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Sobre el autor

Yanoret Genao

Yanoret Genao

Hija redimida, sierva por amor. Esposa y madre de tres tesoros hermosos. Con una pasión por enseñar y guiar a las adolescentes y jóvenes a atender el llamado de Dios para el cual fueron creadas.

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