¡Hola Jóvenes Verdaderas! El día de hoy tenemos una publicación especial porque se celebra el día de la Biblia. Y aunque la Biblia la debemos apreciar, valorar, leer, meditar y practicar todos los días, hoy quisimos compartir con ustedes algo especial para que puedan recordar la importancia de tener la Palabra de Dios en nuestras manos.
Quiero comenzar diciéndoles que la Biblia no fue algo al hombre se le ocurrió un día porque se puso a meditar cómo era Dios o porque alguien quiso inventar otra religión; la Biblia era el plan de Dios. Dios quiso revelarnos Su Palabra y habló a través de hombres para escribir lo que tenía que decirnos. Así lo dice 2 Pedro 2:21: «Pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios».
Estas palabras quedaron registradas en manuscritos que escribieron los hombres que Dios utilizó en un periodo de 1600 años (del 1500 A.C. al 100 D.C.). Fueron escritas por 40 autores diferentes. Por cierto, el Señor eligió a personas muy diferentes, los llamó según los contextos en los que se encontraban, eran de distintas clases sociales, y muchos de ellos ni se conocieron debido a los distintos tiempos de revelación. Entre ellos encontramos: reyes, sacerdotes, pastores, pescadores, fariseos, recaudadores de impuestos, médicos, etc.
Y aunque se dice que la Biblia es un libro (de hecho, el más leído, más vendido, más copiado y más perseguido), realmente está formada por 66 libros: 39 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento se escribió en hebreo y arameo (Daniel 2-6 y Esdras escritos en arameo) y el Nuevo Testamento se escribió en griego.
Ahora bien, ¿por qué, como hijas de Dios, hacemos tanto énfasis en la Biblia?
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Porque la Palabra de Dios es el cimiento de nuestra vida cristiana.
La Palabra de Dios es el acto a través del cual Él declara al hombre lo que antes se encontraba oculto. Como humanidad no podemos conocer plenamente a Dios, ya que Él es un Dios infinito y perfecto, y nosotras solo somos criaturas finitas e imperfectas. La revelación de Dios es la verdad que ha decidido comunicar de Sí mismo a la humanidad y le revela al hombre la mente, la justicia, los caminos y la forma en que puede agradar a Dios.
«Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por Su Hijo, a quien constituyó heredero». -Hebreos 1:1–2
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Porque es la única que puede cambiar y transformar nuestro corazón y pensamientos.
Mira lo que dicen los siguientes versículos:
«Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra». -2 Timoteo 3:16-17
«Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón». -Hebreos 4:12
Y uno de los capítulos de la Biblia que más habla sobre la Biblia y cómo nos transforma, es el salmo 119. De hecho, el lema de Joven Verdadera fue tomado de este capítulo, el versículo 9: «¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando Tu Palabra». -Salmos 119:9
Te animo a leer y escudriñar continuamente el capítulo completo porque cada versículo es una expresión de admiración y gratitud por la guía y la sabiduría que encontramos en la Palabra. Nos anima a ver la Palabra de Dios no solo como un libro, sino como un tesoro invaluable que transforma nuestras vidas.
Charles Spurgeon, reconocido predicador y escritor, dejó un legado notable con su obra «El Tesoro de David», un extenso comentario sobre los Salmos. Este volumen contiene todos los salmos, dedicando incluso 350 páginas exclusivamente al Salmo 119. Spurgeon demostró así la profunda riqueza espiritual que encontró en este salmo y su deseo de compartirla con otros.Estos ejemplos destacan solo una pequeña parte de la influencia y el impacto que el Salmo 119 ha tenido a lo largo de la historia.
El Salmo 119 consta de 176 versículos distribuidos en 22 secciones, cada una asociada a una letra del alfabeto hebreo. Cada versículo dentro de cada sección comienza con la misma letra, creando así una estructura acróstica distintiva. Esta técnica poética no solo exhibe habilidad literaria, sino que también enfatiza la plenitud y la exhaustividad del tema tratado: la Palabra de Dios. El salmista quiere meditar cuidadosamente en cada uno de los aspectos de la Palabra de Dios «de la A a la Z».
Así que, aquí queremos compartirte un resumen:
Características de la Palabra de Dios:
- Permanece:
«Para siempre, oh Señor, Tu Palabra está firme en los cielos» (v. 89).
- Ilumina tu caminar:
«Lámpara es a mis pies Tu Palabra, y luz para mi camino» (v. 105).
- Te provee discernimiento:
«Has rechazado a todos los que se desvían de Tus estatutos, porque su engaño es en vano» (v. 118).
- Te ayuda a practicar justicia:
«He practicado el juicio y la justicia; no me abandones a mis opresores» (v. 121).
- Te da entendimiento:
«La exposición de Tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos» (v. 130).
- Te ayuda a orar:
«He clamado con todo mi corazón ¡respóndeme, Señor! Guardaré Tus estatutos» (v. 145).
- Te vivifica en el sufrimiento:
«Mira mi aflicción y líbrame, porque no me olvido de Tu ley» (v. 153).
Beneficios de leer, meditar y practicar la Palabra de Dios.
- Bendición y gozo (vv. 1–2).
- Búsqueda de la santidad (vv. 9, 37, 80)
- Ayuda para evitar el pecado (vv. 11, 29, 36, 101-102, 120, 128, 133, 176)
- Sostén para soportar el sufrimiento (vv. 25, 28, 50, 52, 54, 69, 71, 76, 92, 107, 114, 140, 147, 153, 165)
- Consuelo en el dolor (vv. 28, 50).
- Libertad que nada en este mundo puede ofrecer (v. 45).
- Esperanza (v. 49).
- Firmeza (vv. 5, 33, 40, 149)
- Conocimiento de Dios (vv. 10, 12, 26, 68, 75, 137-38)
- Razones para cultivar un corazón agradecido (v. 62).
- Instrucciones y sabiduría (v. 24).
- Alegría (vv. 14, 16, 35, 47, 56, 97, 111, 127, 143, 162, 174)
- Entendimiento (vv. 18, 24, 27, 99-100, 104, 125, 130, 144, 169)
- Satisfacción (vv. 19, 57, 72, 81, 103, 123, 131)
- Discernimiento de la verdad (vv. 29, 43, 73, 105, 160)
- Vindicación (vv. 21-22, 31-32, 39, 51, 53, 82-88, 134, 154)
- Obediencia a Dios (vv. 34, 44, 55, 59-60, 62, 66-67)
- Ánimo para compartir la Palabra de Dios (vv. 46, 74, 78-79, 136).
Sin importar los cambios en este mundo, algo es seguro: la Palabra de Dios permanece para siempre para nuestro consuelo y edificación, y es la verdad que nos hace libres para obedecer a Dios hasta que Cristo regrese.
¿Es la Palabra de Dios tu gozo? ¿Es tu deleite? ¿Cómo puedes crecer en amar más a Dios y obedecer Su Palabra?
¿De qué manera has sido confrontada y animada por medio de este salmo? ¿Cómo te ayuda a cultivar una vida de oración?
¡Nos encantaría leerte en los comentarios!
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