«Pero Él les dijo: “Soy Yo; no teman”». -Juan 6:20
Los discípulos habían subido a una barca, ya estaba oscuro y se encontraban en medio del mar agitado con fuertes vientos soplando a su alrededor. Entonces vieron a Jesús caminar sobre el mar y se asustaron pues no lo habían reconocido. Cuando Él les dice quién es, ellos tuvieron tranquilidad y de inmediato querían llegar a donde estaba, de hecho, Pedro intentó caminar hacia Él.
¡Qué seguridad trae al alma conocer a Jesús! ¿Has experimentado esta seguridad? Si vives en temor, desesperanza o incertidumbre, te invito a abrir la Biblia para saber quién dijo Jesús que era, de tal manera que puedas poner tu confianza en Él. Hoy quiero compartirte a través de esta publicación lo que recientemente medité sobre quién es Jesús a través del Evangelio de Juan y que ayudó a mi corazón a refugiarse en Él. ¡Acompáñame!
El Mesías
La mujer samaritana le dijo a Jesús que ellos estaban esperando un Mesías: este Salvador tan esperado que los libraría de toda opresión terrenal, porque tanto los judíos como los samaritanos, en su mayoría, realmente no buscaban un salvador de la esclavitud de sus pecados. Y cuando Jesús habló con ella, se reveló a Sí mismo y le dijo: «Yo soy, el que habla contigo» (Juan 4:26).
¿Has creído en Jesús como el Salvador de tu vida o tienes temor porque te ves perdida y alejada de Dios en tus luchas y pecados?
El Pan de vida
La gente se había beneficiado de los milagros de Jesús ta que Él había alimentado a multitudes. Jesús sabía que no lo buscaban con un interés genuino de conocerlo luego de haber hecho esos milagros, sino porque había saciado físicamente el hambre que tenían. Las multitudes no creían en Él, inclusive le pedían señales «más grandes», tales como el pan que sus padres habían comido cuando Dios mandó que el maná cayera del cielo (Éxodo 16). Entonces Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida; el que viene a Mí no tendrá hambre, y el que cree en Mí nunca tendrá sed» (Juan 6:35).
¿Has creído en Jesús como el Pan de vida que descendió del cielo enviado por el Padre para saciar tu vida o sigues buscando llenar el vacío de tu corazón con el alimento terrenal a través de los deseos carnales y mundanos?
La Luz del mundo
Los fariseos, los maestros de la ley que conocían las Escrituras, enfrentaban a Jesús por las enseñanzas que hablaba al pueblo que le seguía. Lo que ellos no se daban cuenta es que vivían en oscuridad, ¡todos ellos! Y lamentablemente, el pueblo también tenía los ojos cegados a la esperanza de la venida de Cristo. Jesús, entonces, los llama a dejar la oscuridad, a dejar las sombras de pecado en las que habían estado habitando por tanto tiempo. Jesús dijo de Sí mismo: «Yo soy la Luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida» (Juan 8:12).
¿Te has acercado a la Luz de este mundo para dejar atrás una vida cegada en tinieblas?
La Puerta
Jesús había sanado a un ciego de nacimiento y los fariseos investigaban arduamente para saber cómo era que Él podía hacer esos milagros, pues lo acusaban de tener poder del enemigo, inclusive lo calumniaron diciendo que tenía un demonio. Ellos se sentían superiores a todos, ya que, aparentemente, conocían la Ley y se refugiaban en su propia justicia y en la ascendencia que tenían en Moisés para creerse hijos de Dios y «guiar» al pueblo. Jesús una vez más los confronta y les dice que solo a través de Él es que una persona puede enseñar y guiar a otros. Si no es mediante Cristo mismo, entonces estos maestros solo son personas que engañan a los demás y los desvían del camino.
«Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de Mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; si alguno entra por Mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón solo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia». -Juan 10:7-9
¿En quién pones tu confianza para ser enseñada? ¿Es realmente Jesús quien guía tu vida?
El buen Pastor
Luego de afirmar que Él es la Puerta, Jesús también dijo: «Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida por las ovejas. Yo soy el buen pastor, y conozco Mis ovejasy ellas me conocen» (Juan 10:11, 14).
Me llama la atención que no es solo un pastor como cualquier otro, sino que añade que es bueno. Un pastor que no escatima el peligro, el dolor, el sufrimiento y el agravio, sino que está dispuesto a perderlo todo con tal de rescatar a la oveja que se ha perdido. Y, ¿no fue exactamente eso lo que Cristo hizo al dejar Su gloria y humanarse para venir a dar Su vida, y a través de ese hermoso sacrificio, traer de regreso a todas las ovejas que se habían descarriado? (Fil. 2:6-8, Is. 53:6).
Jesús te conoce, pero ¿conoces tú realmente a ese buen Pastor? ¿Identificas Su voz y la sigues? ¿Eres de esas ovejas que ya han sido rescatadas por el sacrificio de Cristo?
La Resurrección y la Vida
Lázaro había muerto y todos lloraban por él, no había nadie que pudiera hacer algo y el Maestro había llegado demasiado «tarde» para ayudarlo. Sin embargo, Jesús lo resucitó y lo llamó a salir de la tumba. De esta manera, los que presenciaron este milagro pudieron ver la gloria de Dios y algunos creyeron en Él. Aunque dudaban, Jesús pudo confirmarles: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque muera, vivirá» (Juan 11:25).
Cristo quiso mostrarles que quienes depositan su fe en Él, tienen la esperanza de ser resucitados un día en gloria para vivir por la eternidad con Él.
Yo te quiero repetir la pregunta que Jesús le hizo a Marta: «¿Crees esto?» (Juan 11:26). ¿Crees que es por Jesús que podrás resucitar un día para vida eterna y disfrutar de Él por siempre?
El Camino, la Verdad y la Vida
Una de las afirmaciones más conocidas de Jesús sobre quién es Él está en uno de los versículos más memorizados. Previo a esto, Cristo ya había comenzado a anunciar Su muerte y regreso al Padre, y Sus discípulos empezaban a turbarse y preguntarse cómo es que ellos podían también ir allá siguiéndolo, tenían temor de quedarse solos. Entonces Jesús les dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí» (Juan 14:6).
Por supuesto que sabemos que Jesús es el camino, pero ¿realmente andamos en él o nos desviamos constantemente? Sabemos que Él es la verdad, sin embargo ¿la creemos o es fácil ser arrastradas por las filosofías de este mundo? Sabemos que Él es la vida, pero ¿vivimos como si lo más disfrutable fuera lo que hacemos para sentirnos felices y tener «éxito»?
La Vid verdadera
Luego de explicarles a Sus discípulos que al irse al Padre enviaría un Consolador (el Espíritu Santo, que les enseñaría y recordaría Sus palabras), Jesús dijo algo muy importante que ellos no podían olvidar: «…separados de Mí nada pueden hacer» (Juan 15:5). Él les prometió que podían pedir y les sería hecho puesto que estarían unidos a Él y a Su voluntad, y que al guardar Sus mandamientos podrían permanecer en Su amor (Juan 15:4-10).
Y hay más, al estar unidos a Él, el Señor nos poda, nos limpia a través de la santificación de nuestras vidas para poder llevar más fruto para Él. ¡Gloria a Dios! Cristo lo dijo en estas palabras: «Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en Mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto» (Juan 15:1).
¿Qué consuelo trae a tu vida saber qué fue lo que dijo Jesús de Sí mismo al revelarse al mundo?
Después de este recorrido por el Evangelio de Juan, podemos darnos cuenta que el Salvador suple cada necesidad de nuestro hambriento y sediento corazón que se rebela buscando la plenitud tras otros dioses y tras los deseos mundanos y carnales.
Si aún no has confiado tu vida a Cristo y depositado tu fe en Él, acude al Mesías. Si tienes hambre y has buscado saciarte de diferentes maneras, el Pan de vida es el único que puede cubrir tu necesidad. Si te has dado cuenta que sigues caminando en la oscuridad, la Luz de este mundo puede abrir tus ojos; Él es la Puerta de las ovejas y el buen Pastor que necesitas conocer y escuchar para ser enseñada y guiada. Si tienes temor a lo que venga después de la muerte, la Resurrección y la Vida puede afirmar tu corazón porque al creer en Él, tienes la vida eterna. Él es el Camino a seguir cuando te encuentras sin rumbo en esta vida por tu pecado, solo la Verdad es quien te muestra el sendero correcto; y si te sientes tentada a apartarte de Dios, la Vid verdadera te recuerda que separada de Él nada puedes hacer.
Nuestra vida da evidencia de lo que creemos de Cristo. ¿Quién es Jesús para ti?
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