¿Gira en torno a ti?

Recuerdo claramente junio del 2017… deseaba más que nunca caminar en la voluntad de Dios, pero por más que quería que todo estuviera en paz y en orden, solo parecía haber obstaculos en el proceso.

Mientras el tiempo avanzaba y quería desarrollarme en mi vida personal y relaciónes, me sentia incomoda interiormente. En mi corazón comenzaba a entender que algo estaba mal, mas no sabia que era, y aparte estaba aferrada a la idea de que ¡todos estaban mal, menos yo! Comencé entonces a pedirle a Dios que me mostrara en que área de mi vida estaba fallando o qué estaba haciendo mal para que las cosas no marcharan bien y no hubiera paz y orden como esperaba. Entonces fiel y amorosamente, Dios fue específico mostrándome mi pecado.

Resultaba que no había sido sincera con mis papás, había una secuencia de mentiras en cuanto a mi vida sentimental, las cuales había dicho, usado y movido a mi conveniencia. Obviamente, mis padres como líderes espirituales y terrenales, se habían dado cuenta de esto y yo no los podía «hacer tontos». Ellos directamente no me habían confrontado con este pecado, pero en ese momento Dios lo hizo. Me sentía muy mal, sentia culpa y terror de mi misma por haber actuado de esta manera. No asimilaba el hecho de lo sucedido, ni el no haber entendido antes el daño que me hacía a mí y a mi familia… entonces sabía que tenía que arrepentirme.

Cuando recordaba el dolor que había causado a mi padres, a mis hermanos y a mi misma decía «Señor perdóname, he hecho tanto daño a los que me rodean y ahora no puedo vivir en plenitud, perdóname». Con todo y eso, el sentido de culpa no se iba, y era porque aún había algo mucho más valioso que tenia que aprender.

Unos días después de haber estado procesando la situación, leí un articulo llamado «Arrepentimiento egocéntrico», y si creía que ya mi arrepentimiento estaba siendo completo, todo se vino abajo… leía:

«Cuando el arrepentimiento es egocéntrico, se llora por las consecuencias, por la vergüenza personal, por el daño hecho al nombre propio; ese arrepentimiento no es según Dios, no es el que viene como una manifestación de la gracia divina. (Ro. 2:4) El arrepentimiento que produce vida es teocéntrico, esta motivado y orientado hacia Dios, hacia su gloria, hacia su nombre, hacia su honra. Lo otro es falso, es de la carne, es sólo orgullo en forma de disfraz…»1

El Señor me hizo entender perfectamente que mi arrepentimiento no era genuino delante de Él. Lo que yo sentía era remordimiento por las consecuencias de mi pecado, por el daño que me habia hecho a mí misma y a los que me rodean y no por el pecado en sí. Lo que quiero decirte es que este «arrepentimiento» estaba centrado en todo menos en Dios.

En esos días, el Señor a través de una amiga me llevo al Salmo 51. Al leerlo me impacto la actitud de David cuando confesó «contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos» (Salmo 51:4). Él reconocía que su pecado era meramente contra Dios y si a alguien había ofendido era a Él. Esto amadas, era algo en lo que yo estaba equivocada, yo no entendía que mi pecado primeramente era una ofensa ante mi Padre, olvidé que lo que me separa de Dios es mi pecado y me enfoque en los que me rodeaban, y principalmente… me enfoque en mi. Sentía verguenza por lo que mis padres pensaran de mi en lugar de sentir verguenza por estar fingiendo ser alguien que no soy delante de Dios.

Es importante entender que un arrepentimiento genuino debe estar enfocado en la persona de Cristo. Obviamente nuestros errores traen consecuencias a los que nos rodean, pero, estando conscientes de nuestro pecado ante Dios y arrepintiéndonos principalmente delante de Él, la solución para las consecuencias que esto haya ocasionado, será suplida por su amor.

El orgullo nos hace sentir dolor por las consecuencias que el pecado nos trae, mas la obra del Espíritu Santo en nuestro corazón nos llevará a un arrepentimiento verdadero. Nos hará rechazar dicho pecado y no solo escapar de sus consecuencias. Él mismo obrará para que nuestro corazón gire en torno a Dios y no en torno a nosotras mismas, completando su obra hasta la venida de Cristo.

Reflexiona conmigo:

  • ¿Crees que el Señor te está dando convicción de algun pecado?
  • ¿Cómo estás enfocando tu arrepentimiento ante tal convicción?
  • ¿Te duele el cómo te afectan a ti las consecuencias (egocéntricamente) o entiendes que tu falta es primeramente contra Dios (teocéntricamente)?
1 Nelson Matus “Arrepentimiento egocéntrico”  http://sdejesucristo.org/arrepentimiento-egocentrico/

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Sobre el autor

Débora Cázares de Rivera

Débora es originaria de Coahuila, México, pero actualmente reside en Nuevo Mexico, junto a su esposo Jordan Rivera y sus dos hijos.

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