Estabilidad en medio del caos de mis emociones, parte 1

«Estén firmes en el Señor». -Filipenses 4:1

¿Te ha pasado que pareciera que vives en una montaña rusa de emociones? Puede que luches con todas tus fuerzas, pero pareces nunca alcanzar la estabilidad. O simplemente te has dado por vencida, creyendo que es imposible vivir con aquello llamado «estabilidad». Parece que cada prueba, por pequeña que sea, te derrumba. ¿Te sientes derrotada o a punto de darte por vencida? ¿Te sientes azotada por tus emociones bajo todo tipo de circunstancias? Querida joven verdadera, independientemente de donde te encuentres, espero animarte a encontrar gracia en Cristo para seguir creciendo en estabilidad en tu caminar con Él.

Con certeza puedo decir que muy pocas jóvenes atraviesan su juventud con el tipo de estabilidad que parece fuera de este mundo. Nuestra generación de jóvenes, está luchando particularmente con la estabilidad emocional en un grado inimaginable. Y no nos sorprende, pues lo que gobierna nuestra cultura es el subjetivismo: cada quien tiene y vive conforme a su propia verdad.

Con más frecuencia encuentro esta misma lucha entre jóvenes creyentes. Particularmente nosotras como chicas, ya sean nuestras hormonas, el día del mes en que nos encontramos, cuestiones de salud y demás. Justificamos nuestro vivir en una constante inconstancia; en una montaña rusa de emociones. Y es verdad que los problemas de salud y nuestras hormonas juegan un papel en nuestras emociones constantemente, pero por la gracia divina quiero animarte hoy a recordar que no eres víctima de tus emociones. 

Mi anhelo es llamar tu atención a tu caminar espiritual primero que nada, dado que nuestra estabilidad emocional depende de nuestra estabilidad espiritual. Por lo tanto, debemos entender qué es la estabilidad espiritual y cómo podemos crecer en esta. Me temo que quizás no le prestamos la atención suficiente a este problema; quizás ni siquiera lo consideramos como un problema.

Muy probablemente piensas que la inestabilidad es parte de quién eres, o simplemente se debe a la maldición del pecado y que luchar contra ella está fuera de tu alcance; pero lo que en realidad me pregunto es si creemos en lo que el Señor puede hacer en nosotras. Aún más allá, me pregunto si conocemos lo que Su Palabra dice de lo que el Señor puede y desea hacer en nosotras. 

¿Qué dice la Biblia?

Por favor toma tiempo de leer los siguientes pasajes: 2 Pedro 1:3- 9; Colosenses 2:5-7; y Efesios 4:1-16. Al leer estos pasajes, podrás ver cómo el tema del crecimiento en piedad y santidad, la madurez y el crecimiento en semejanza a Cristo son un tema constante. Es este crecimiento en piedad y santidad, en madurez y en semejanza a Cristo a lo que me refiero cuando hablo de estabilidad espiritual. Efesios 4, nos habla de lo que el Señor ha hecho para capacitar a Sus hijos a crecer en Él «hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe, y del pleno conocimiento del Hijo de Dios a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo»(Ef. 4:13).

En los versículos que prosiguen, 14-16, nos dicen: «Entonces ya no seremos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina…». ¿Te das cuenta del contraste entre las palabras: «niños» y «hombre maduro»? (ver Ef. 4:12-16). El tema de la estabilidad espiritual es un tema central en la vida del creyente de acuerdo a las Escrituras. Como lo mencionaba anteriormente, lo encontramos como ese crecimiento en madurez.

Volvamos nuestra atención hacia las circunstancias de Pablo en Filipenses 4:1, quien estaba encarcelado por su fe en el momento que le escribe a los filipenses. En la epístola y a lo largo de su vida encontramos a un Pablo gozoso, firme en el Señor, no movido por sus circunstancias. Lo encontramos de igual manera siempre animando a otros a estar firmes en el Señor. Dejando en claro no solo en letra, sino marcado en su testimonio, que las circunstancias no determinan la estabilidad de un creyente. 

No en ti, ni en tus circunstancias, sino en tu Dios

Mi querida joven, es tan necesario que entendamos de dónde viene la estabilidad espiritual de un creyente. ¡Cristo! Él es la vida (Jn. 15:1), la fuente (Rom. 3:24), la razón (Ef. 2:8-9) y la provisión (1 Pd. 3:18). Las pruebas, las luchas y los problemas son parte de nuestra vida. Jesús mismo nos dijo: «Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo» (Jn. 16:33). Sí, nuestras emociones estarán presentes a medida que atravesamos las pruebas y luchas de esta vida, pero de igual manera la gracia y el poder de Dios. 

Tu estabilidad espiritual no se basa en tus circunstancias, en gozar pleno solaz, en no tener que lidiar con ningún problema. Ni siquiera se basa en tus méritos propios o en tu búsqueda de Dios; claro que esta búsqueda es una parte activa, pero no lo que determina tu estado delante de Dios. Por lo tanto, si tú estás en Cristo, joven verdadera, tu estabilidad espiritual está basada en Cristo, en Su obra terminada en la cruz para tu redención, para comprarte y traerte a Dios (1 Pd. 3:18). Es tu posición de redimida, justificada y santa que nada ni nadie te puede quitar.

Tu llamado es a crecer, ocupándote de tu «salvación con temor y temblor» (Flp. 2:12), recordando que es Dios «quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su buena intención» (Flp. 2:13). Pero si no tú no estás en Cristo, amada joven, esta no es la realidad de tu alma y no hay seguridad para ti. 

Pero, ¿cómo? Espero que a medida que hayas leído los versículos mencionados, tu pregunta sea: «¿Cómo? ¿Cómo puede esto ser verdad en mi vida? ¿Cómo puedo crecer de esta manera?». Acompáñame a la segunda parte de «estabilidad espiritual» para estudiar principios bíblicos que podemos aplicar a nuestra vida diaria para poder caminar en estabilidad espiritual

Mientras tanto, me encantaría retarte a buscar pasajes de la Escritura que hablen de este tema, incluyendo: firmeza, crecimiento y madurez, y dedica un tiempo a estudiar el que aplique a tu etapa de vida en este momento. Algunos de mis libros favoritos que pueden darte una buena idea de estos temas son Colosenses, Efesios y Filipenses. Leer estas pequeñas epístolas te ayudará a ver el tema de estabilidad en un contexto más completo. Este es el tema que estaremos estudiando en nuestra siguiente entrega del blog.

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Sobre el autor

Vania Anderson

Vania es originaria de Tlaxcala, México, pero actualmente reside en California. Se graduó en Estudios Teológicos en la Universidad The Masters.

Su más grande pasión es compartir el evangelio y ayudar a los creyentes a equiparse para compartir su fe, … leer más …

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