Estabilidad en medio del caos de mis emociones, parte 3

«Lo que también han aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practiquen, y el Dios de paz estará con ustedes». -Filipenses 1:9

No hay duda alguna de que en una cultura donde el lema ha sido «sigue a tu corazón» por tantos años, los sentimientos y las emociones han reemplazado a la razón. Hoy en día son las emociones las que dictan la vida de gran parte de la humanidad. Naturalmente, la consecuencia de vivir bajo nuestras emociones es vivir en inestabilidad. Aun como jóvenes creyentes podemos caer en el gran error de darle demasiada credibilidad y autoridad a nuestras emociones, dejando que estas dicten nuestro actuar y pensar. Esto, mi querida joven, es rebelión contra la autoridad y sabiduría de nuestro buen Dios.

Nuestro Dios no nos ha dejado sin guía o sin los recursos que necesitamos. Él nos ha provisto en Su Hijo, nuestro sustituto, todo lo que necesitamos para crecer en piedad (2 Pd. 1:3-4). De igual manera, nos ha provisto de Su gracia y Su espíritu para conocerle y vivir en una relación con Él, guiando cada área de nuestra vida para que podamos ser más como Él y disfrutar de la vida que Él nos ha dado, incluyendo nuestras emociones. En la primera y segunda parte de esta serie hemos hablado del llamado de una joven a caminar en estabilidad y cuál es el fundamento, estudiando una porción de Filipenses 4.

Si buscamos vivir bajo la autoridad de la Palabra de Dios, debemos entender y vivir conforme a lo que nuestro Dios nos ha instruido. Al igual que la estabilidad espiritual, la estabilidad emocional viene de conocer a Dios, tener una relación personal con Él y obedecer Su Palabra.

Cuando aprendemos a vivir en obediencia, podemos crecer en estabilidad emocional, ya que aprendemos a responder de una manera que honre a Dios en medio de cada situación, en cada área de nuestra vida. 

Si tienes tu Biblia a la mano, me encantaría que leas Filipenses 4. Este capítulo está lleno de riquezas prácticas acerca de cómo debemos vivir como creyentes. Por ahora me enfocaré en los versículos 1-9. Pablo le está dando órdenes particulares a la iglesia de Filipos, empezando por llamarlos a que «estén firmes en el Señor», al igual que llama a «Evodia y Síntique que vivan en armonía». Nota todos los verbos de acción mencionados en los versículos que siguen:, «estén, vivan, ayudes, regocíjense, por nada estén, en esto mediten». Me encanta este pasaje porque nos da un claro ejemplo del patrón de vida que un creyente debería experimentar en su propia vida en pensar, sentir y actuar.

A través de la Epístola, Pablo nos anima y exhorta a considerar las profundas realidades del evangelio, y cómo se ve vivir conforme a esta poderosa realidad. Él dijo: «Lo que también han aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practiquen, y el Dios de paz estará con ustedes» (Flp. 4:9). «El Dios de paz estará con ustedes», no solo la paz de Dios, pero el Dios de paz. ¿Cómo cambia esta verdad nuestras vidas? Cuando todo parece caos a nuestro alrededor o todo parece ser arena a nuestro alrededor, Cristo es el ancla firme. Cuando construimos nuestra vida en Él, nuestra vida está fundada sobre la Roca, Jesucristo (Mt. 7:24-25). Podemos descansar en la verdad de que el Dios que creó los cielos y la tierra tiene nuestras vidas en Sus manos, y que en Su providencia, Él orquesta todas las cosas para Su gloria y para nuestro bien. 

Entonces, ¿cómo podemos tener y caminar en estabilidad emocional? La clave está en vivir en obediencia, caminando en el espíritu y no en la carne (Gal. 5:16-17). ¿Qué significa esto y cómo se ve en nuestra práctica diaria? Caminar en el Espíritu es «que la Palabra de Cristo more en abundancia» en nosotras, para que vivamos conforme a la verdad revelada en las Escrituras. Eso es ser guiados por el Espíritu; llenos de la Palabra para que sepamos cómo responder y actuar en cada circunstancia a la que nos enfrentamos (Col. 3:16). Esto es el resultado natural de tener nuestras mentes llenas de la Palabra de Dios, pero no viene de manera natural, debemos esforzarnos en la gracia que se nos ha dado (2 Ti. 2:1).

La Escritura constantemente nos llama a la acción, incluyendo nuestra mente, mira lo que dice 1 Pedro 1:13-15:

«Por tanto, preparen su entendimiento para la acción. Sean sobrios en espíritu, pongan su esperanza completamente en la gracia que se les traerá en la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, no se conformen a los deseos que antes tenían en su ignorancia, sino que así como Aquel que los llamó es Santo, así también sean ustedes santos en toda su manera de vivir».

Nota la relación entre la mente y el vivir. Reconocer esta relación a lo largo de la Escritura y entenderla nos ayuda a comprender la relación entre nuestro pensar, sentir y actuar. De igual manera, caminar en el Espíritu es reflejar el fruto de Gálatas 5:22-23: «Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley». 

Ser, no solo hacer 

Crecer en santidad como lo vemos en 1 Pedro 1:14-15, significa que tenemos una identidad nueva, y vivimos conforme a ella. La santidad en un hijo de Dios no es una simple acción, es su carácter, la marca de su vida. Por eso es que no importa cuánto alguien trate de aparentar santidad, tarde o temprano saldrá a la luz lo que es verdad en el corazón. Querida joven, si tú eres hija de Dios, entonces busca crecer en cada área que corresponde al andar digno del creyente. (Col. 1:1; 2 Pd. 1:5-10). 

Si la santidad es la marca de tu vida, y estás llenando tu mente de la Palabra, tu conducta, tus hábitos, tus pensamientos y decisiones estarán siendo guiados por el Señor. Podrás responder a tus circunstancias con acción de gracias, regocijándote en el Señor y gozando Su paz que sobrepasa todo entendimiento. Pero, una vez más, esto viene al elegir actuar conforme a la verdad de la Palabra momento a momento, día a día. Una vida de estabilidad emocional es el resultado de creer, pensar y vivir conforme a la verdad de Dios. 

¡Querida joven, no estás sola, Su gracia va delante de ti! 

Para concluir quisiera invitarte a:

  1. Hacer un estudio de las emociones en la Biblia 
  2. Identificar cuál/cuáles son las emociones que son parte constante de tu vida y diligentemente examinar en oración qué es lo que esa emoción está indicando acerca de tu relación con Dios. 
  3. Y por último preguntarte cómo puedes crecer en estabilidad emocional.

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Sobre el autor

Vania Anderson

Vania es originaria de Tlaxcala, México, pero actualmente reside en California. Se graduó en Estudios Teológicos en la Universidad The Masters.

Su más grande pasión es compartir el evangelio y ayudar a los creyentes a equiparse para compartir su fe, … leer más …

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