Hace un rato meditaba en el siguiente canto que acostumbraba entonar en la escuela dominical cuando era una jovencita: «Levanta tu casa sobre la roca y vencerás… No habrá poder en este mundo que pueda resistir a Su Palabra. Levanta tu casa sobre la roca y vencerás».
Ya era una adulta cuando llegué a entender cuán profundas y verdaderas eran las palabras de ese coro. ¿Me acompañas a analizarlas rápidamente?
La roca, por su solidez, nos da una idea de respaldo, seguridad y firmeza. Esta roca a la que se refiere el canto, no es cualquier piedra. Jesús mismo es llamado «la roca» porque da firmeza a los que se apoyan en Él. Sin embargo, la Biblia nos narra en Mateo 7:24-25 que existen dos tipos de constructores: quienes edifican sobre la Roca, es decir, quienes oyen la enseñanza de Cristo y la ponen en práctica; y quienes la ignoran y prefieren construir sobre la arena, que en otras palabras, son los que escuchan la Verdad pero no la creen ni la llevan a cabo en su vida.
Lo más interesante es que solo hay dos opciones y necesitamos ubicarnos en una de las dos. Por eso, hoy quiero desafiarnos a examinar nuestro interior y conocer dónde estamos cimentando nuestras vidas, en la Roca o en arena movediza. ¿Vamos un poquito más profundo? Consideremos juntas estos elementos en pares.
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2 constructores
Ambos estaban tratando de construir una vida de fe, piedad y genuinidad. Jesús hace énfasis en la necesidad de cada uno destacando que no bastaba solo con escuchar la Palabra, a menos que esté acompañado de obediencia.
Cuando hablo de escuchar no se refiere a lo mismo que hacemos cuando oímos una canción. Escuchar significa prestar atención, escuchar con el oído sincronizado con la mente. El primer constructor constantemente escuchaba «con atención» a Jesús. Este constructor era un hombre prudente.
El otro navegaba en su autosuficiencia, oía la voz de Jesús pero debatía en su interior las enseñanzas del Maestro. Es importante que tengamos en cuenta que ambos constructores estaban expuestos a las mismas enseñanzas de Jesús, pero la gran diferencia se encontraba en su respuesta: el primero respondía en fe y confianza en Dios, mientras que el otro constructor basaba su «fe» en sí mismo. Jesús lo considera un insensato (Mateo 7:26).
Como leí en un comentario bíblico: «Si una persona vive de acuerdo al los principios del Sermon del Monte, el mundo la llama “tonto”,“insensato”. Jesús llama a esa persona un hombre sabio, prudente. El mundo considera a una persona sabia cuando vive para sí mismo, solo para el presente; Jesús llama a esa persona un “insensato”».
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2 construcciones
En mi ciudad existe un edificio sin terminar. Es bastante alto, solo tiene columnas y techos. Puedes ver a través de cada piso porque no hay nada más.
Siempre me llamó la atención por qué estando en una buena zona con vista al mar nunca lo terminaron. Luego me enteré que el fundamento de dicho edificio estaba mal diseñado y de concluir con la obra al más mínimo movimiento de tierra pudiera colapsar. Hoy solo sirve para mostrar a los estudiantes de ingeniería de qué no se debe hacer antes de construir.
Jesús claramente nos advierte en los versos 25-27, que dónde esté tú cimiento impactará positiva o negativamente tu vida.
Querida joven verdadera, nos encontramos cada día en la trinchera del mundo con nuestras propias dudas, dilemas e inseguridades; más Cristo quiere formar en nosotras un carácter prudente y sabio, en la medida que le reconozcamos. Y esto sólo puede ser posible en una relación de intimidad con Él, para luego llevarlo a la práctica.
Ahora traigamos esto a nuestra realidad, hoy en día, ¿cómo reaccionamos ante las situaciones difíciles?, ¿cuáles pensamientos rondan nuestra mente cuando no llega la respuesta a nuestras peticiones? ¿Buscamos soluciones humanas y consejos en personas equivocadas? O estamos cimentadas en Cristo y confiamos plenamente en Su cuidado, viendo Sus tiempos, voluntad como perfecta, buena y agradable para nuestra vida.
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2 fundamentos
No quiero plantearlo como una posibilidad, ya que Su Palabra señala que en el mundo tendremos aflicción. Sabiendo esto, te pregunto querida joven verdadera: cuando una tormenta de prueba llega a tu vida y golpeé los cimientos donde estás edificando, ¿qué encontrará? ¿Arena o la Roca inconmovible? Dependiendo de tu respuesta a la pregunta anterior, tendremos:
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2 posibles resultados
El primero, Jesús; si tu vida está construída sobre la Roca. Tienes la garantía de que la aflicción del tiempo presente no se compará a la gloria venidera (Rom. 8:18). Aunque andes en valle de sombra y de muerte no temerás mal alguno porque Cristo estará contigo (Sal. 23). Podrás decirle a tu alma: Espera en Jehová, porque aún he de alabarte. (Salmos 42:5-11).
El segundo, angustia, dolor, y frustración; si tu fe se encuentra en la arena de tu propio esfuerzo (Mateo 7:27). Toma un momento para pensar en dónde estás edificando tu vida.
Querida Joven Verdadera, oro que Dios te ayude a cultivar un corazón que escucha atentamente la voz de nuestro Señor Jesucristo y que obedece a Su Palabra por amor. Si has descubierto que estás edificando tu vida en arena movediza, corre a Jesús en humildad y arrepentimiento.
Te recuerdo las palabras del canto de mi niñez: «Levanta tu casa sobre la roca y vencerás… No habrá poder en este mundo que pueda resistir a Su Palabra. Levanta tu casa sobre la roca y vencerás».
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