Noticias para ti… ¡¿Sabías que tienes más de 70,000 pensamientos al día?! Dicen los investigadores que la mayoría de nosotras tiene alrededor de 45,000-51,000 pensamientos al día, pero ¡pueden llegar a ser tantos como 70,000!
La mayoría de las batallas que luchas cada día se libran en tu mente. Aquí están algunos comentarios que hemos recibido en el blog acerca de esto, que revelan las batallas mentales que enfrentas:
- “Siento que no valgo tanto como las chicas bonitas/delgadas/atléticas/divertidas.” —Ella
- “Me había formado el hábito de pensar me odio a mí misma u odio mi vida cuando las cosas marchaban mal.” —Michelle
- “Por favor ora por mi estúpida yo”. —Mist
- “Lucho con mentiras como ‘”nunca seré lo suficiente buena, nunca seré lo suficientemente linda, y aun si lo fuera, la gente no me amará por quien soy.” —Michelle
Creo que el apóstol Pablo sabía cuáles eran las batallas de nuestras mentes cuando le escribió a los creyentes:
Tomad también el yelmo de la salvación (Ef. 6:17).
Una lección rápida de historia—en aquellos días, los soldados romanos usaban cascos pesados para proteger sus mejillas, frentes, y oídos para que las hachas de sus enemigos no les arrancaran las cabezas. Piensa en el yelmo o casco de salvación como tu casco de balón-pie o de montar motocicleta—excepto que es mucho más hermoso.
Obviamente, no necesitas ponerte el casco de salvación para ser salva, porque Pablo escribió esto a personas que ya eran cristianas. Pero sí necesitas ponerte el casco de salvación para pensar pensamientos verdaderos que se alinien con quien realmente somos ahora en Cristo.
Tus pensamientos importan—en gran manera. En Romanos 12:2 se nos dice: “Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestras mente”. Tu mente no fue hecha para controlarte, ¡tú debes controlar tu mente! Y mientras lo haces, serás transformada de adentro hacia afuera.
Entonces ¿Cómo puedes ganar control sobre tus pensamientos?
Renovando tus pensamientos
La respuesta está en 2 de Corintios 10:5 “poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo”. Advertencia—¡Eso es un trabajo difícil e interminable! Pero vale la pena, porque la alternativa no es bonita. Tomar cada pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo significa que tendrás que monitorear constantemente que cada pensamiento pase el examen de Filipenses 4:8:
Todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.
Si un pensamiento no aprueba el examen de Filipenses 4:8, en lugar de dejar que ese pensamiento te atrape, inmediatamente captúralo en tu mente y llévaselo al Rey Jesús. Luego reemplaza ese pensamiento errante con uno verdadero, digno, justo, puro, amable, honorable, elogiable, o alabable.
No sé tú, pero yo no tengo ninguno de esos pensamientos en mí. Tengo que tomar prestados los pensamientos de Cristo y memorizar Sus Palabras para así reemplazar mis pensamientos por los Suyos.
¿Te puedo animar a hacer lo mismo? Compra un cuaderno en espiral o unas tarjetas en blanco y escribe los versículos que encuentres de más ayuda. O grábalos en tu celular. No importa cómo lo hagas siempre que metas Sus palabras dentro de ti.
Te animo a empezar con los versículos que hablan acerca de todo lo que está incluido en el regalo de la salvación. Vuélvete una seria estudiante de tu salvación. (Es así como te pones el escudo de la salvación, conociendo y saboreando todo lo que Jesús ha hecho por ti y te ha dado). ¿Qué te salvó? ¿Cómo sabes esto? Cuando Dios te salvo, ¿cuáles beneficios y regalos lujosos Él te dio?
Si estás en una relación con Jesús, ahora “tienes la mente de Cristo” (1 Co. 2:16). Obviamente eso no significa que seas omnisciente, ni que sepas cada cosa que se pueda saber, como lo sabe Dios. Pero sí significa que tu mente, la cual era hostil hacia Él, ahora puede entender, aceptar, y pensar en las cosas de Dios. ¡Increíble!
Así que coge ese casco de salvación y póntelo…. ¡quiero ver mucho pelo aplastado por los cascos!
Luego vuelve aquí y me cuentas sobre la batalla mental que ganaste esta semana. Déjame saber qué pensamiento te encontraste pensando y como le ganaste poniéndote el casco de la salvación y llevando todo pensamiento cautivo a Cristo.
Nota: Partes de esta publicación han sido extraídas del libro “Confesiones de una chica loca por los chicos” ( Confessions of a Boy-Crazy Girl), disponible en inglés.
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