Desafiando estereotipos: el significado real de la feminidad

¿Alguna vez te has preguntado qué significa realmente ser una mujer joven? No lo que el mundo dice, sino lo que de verdad significa para Dios. Después de todo, Él fue quien nos creó, ¡así que tiene la mejor respuesta!

Este verano, pasé un fin de semana buscando respuestas en la Palabra de Dios porque me pidieron dar una charla sobre la «feminidad bíblica» a un grupo de chicas adolescentes. Hoy quiero compartir con ustedes lo que descubrí sobre lo que realmente significa ser una mujer verdadera. Estas son las tres conclusiones clave que saqué. Primero, aclaremos algo: la verdadera feminidad bíblica es mucho más que el largo de tu falda, el tiempo que pasas sola con Dios o cómo interactúas con los chicos. No me malinterpreten: vestirse con modestia, leer la Biblia y tratar a los chicos con pureza son súper importantes, pero puedes hacer todo eso y aún perder de vista lo más importante.

  1. La feminidad bíblica comienza en el corazón.

Recuerdo el día, hace algunos años, en que esta verdad me impactó. Escribí en mi diario:

«Me pregunto si mi posesión más preciada es mi corazón. Nunca lo he considerado realmente. Dios siempre habla del corazón de Israel como aquello en lo que Él desea que lo obedezcan y se entreguen a Él. En Proverbios 4:23 dice: “Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida”. y Dios dice: “Ámame con todo tu corazón” en Deuteronomio 6:5. Dios definitivamente quiere mi corazón. No creo que alguna vez le haya entregado mi corazón: mis emociones y anhelos».

¿Y tú? ¿Acaso Dios diría de ti: «me honra con sus labios, Pero aleja de Mí su corazón» (Is. 29:13)? Si es así, ¿le entregarías hoy cada área de tu corazón, esa parte tan preciada de ti?

Algo que aprendí de la manera difícil es que Dios no se conforma con una parte de nosotras ni con la mayoría. Él quiere TODO, empezando por nuestro corazón. La feminidad bíblica no empieza por tu «look», sino que va de adentro hacia afuera.

  1. La verdadera feminidad bíblica nace de una relación personal y creciente con el Rey Jesús.

En 2 Corintios 3:18 se nos dice que la manera de cambiar es mirando a Jesús:

«Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria…».

Así que la pregunta más importante es: ¿cómo vemos a Jesús? Sencillo. En Su Palabra, la Biblia. Me encanta cuando Jesús les dice a los hombres súper religiosos: «Ustedes examinan las Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio de Mí!» (Jn 5:39). Y en Lucas 24:27, Jesús está en el camino con dos hombres y dice: «Comenzando por Moisés (el autor de los primeros cinco libros de la Biblia) y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras».

Entonces, la pregunta es: ¿estás tomando tiempo todos los días para fijarte en Jesús a través de Su Palabra? ¿Escuchando Su voz? ¿Estableciendo una relación con Él como lo harías con cualquier otra persona, pasando tiempo juntos, solo ustedes dos? Él es el único que tiene el poder de transformarte por completo, de adentro hacia afuera, en una mujer realmente viva.

  1. Una mujer bíblica dice: «Sí, Señor» en cada área de su vida.

¿Cómo podría una mujer decir «no» a sí misma y «sí» al Espíritu de Dios? ¡Es difícil! En realidad, solo hay una manera: Conociéndolo y confiando en Él.

María, la madre de Jesús, es un gran ejemplo de esto. ¿Sabías que probablemente era apenas una adolescente cuando dijo: «Sí, Señor»? Quizás conozcas la historia. Un ángel se le apareció a María y le dijo que tendría un hijo —¡mientras aún era virgen!— y que sería el Hijo de Dios.

Su respuesta: «¿Cómo será esto, puesto que soy virgen?» (Jn. 1:34)... «Aquí tienes a la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra» (Jn. 1:38). Fue una misión muy aterradora que significó alejarse de aquellos a quienes amaba, ver manchada su reputación y que la espada del dolor le atravesara el corazón cuando su amado Hijo muriera en la cruz, pero también fue el honor más grande y emocionante. Sí, uno que significaría «muerte» para ella de muchas maneras, ¡pero uno que, en última instancia, traería vida a miles de millones!

¿Qué te ha asignado el Señor en este momento? ¿Te estás resistiendo a Él o estás diciendo: «Sí, Señor»?

Bien, ahora te toca a ti. ¿Cómo describirías lo que significa ser el tipo de joven que Dios te diseñó para ser?

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Sobre el autor

Paula Hendricks Marsteller

Paula se graduó del Instituto Bíblico Moody en 2005 con una licenciatura en Comunicación Impresa. Dos semanas más tarde, ella comenzó a trabajar en Revive Our Hearts, donde actualmente se desempeña como Directora de Redacción y Editorial. Su … leer más …

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