¿Cuál es la voz más fuerte en tu vida?

Cuando las voces de cantantes con talento suenan en las bocinas de mi carro, soy una cantante bastante maravillosa. En la iglesia, con un equipo de alabanza fuerte dirigiéndome en el escenario, mi voz se integra bien. Sin embargo, si me pusieras un micrófono en la mano y me dijeras que cante un solo, no tengo duda de que harías una mueca de dolor y te taparías los oídos. Esta es la verdad sobre mi forma de cantar: necesito una voz fuerte que me sobresalga o no se escuchará bonita. 

Quizá por eso mi profesora de coro de la escuela siempre me ponía al lado de los cantantes más dominantes. Supongo que la señora Note (sí, así se llamaba) entendía algo que yo acabo de descubrir: soy fácilmente influenciable. Si alguien que no sabe llevar una melodía empieza a cantar el Feliz cumpleaños, lo único que puedo hacer es sumarme al ruido. Pero si una persona con voz educada lleva la voz principal, no hay problema.

Mi voz no es lo único que se deja influenciar fácilmente. Mi estado de ánimo, mis motivaciones, mis creencias y mis deseos también se ven fuertemente influenciados por las voces que escucho. Así que, si son los medios de comunicación los que escucho todo el día, al final empezaré a hablar como los medios. Diré lo que ellos dicen. Abrazaré sus creencias y sus preocupaciones, y finalmente tomaré decisiones basadas en sus convicciones. 

Lo mismo ocurre con las redes sociales. Es imposible pasar cantidades copiosas de tiempo en algo (aunque sea involuntariamente), sin concederle cierto poder sobre tu vida. Estoy segura de que ya lo sabes, pero la voz de las redes sociales es fuerte. Nos grita que creamos lo que todo el mundo cree y que hagamos lo que todo el mundo hace.

Tristemente, navegar por las redes sociales a menudo me lleva en la dirección equivocada. Con demasiada exposición a las vidas de otras personas, mis motivaciones tenderán hacia el egoísmo y cualquier satisfacción que sienta, se alejará. Sé que no soy la única. Sin embargo, por alguna razón, nos negamos a amordazar esa poderosa voz. En su lugar, seguimos escuchando como si fuera una adicción, y como resultado, concedemos a las redes sociales el codiciado lugar de la voz más dominante que habla en nuestra vida.

La voz más dominante ganará

La verdad es que hay todo tipo de voces que compiten por nuestra atención. Y cuanto más escuchemos el parloteo mundano, menos escucharemos a Dios. ¿Has intentado alguna vez escuchar a dos personas hablando al mismo tiempo? Es casi imposible escuchar a las dos. Mis hijos me hacen esto todo el tiempo, y a menos que desconecte mi atención en uno para concentrarme en el otro, no escucharé a ninguno. 

No podemos escuchar a Dios y al mundo simultáneamente. Una de las voces será más dominante que la otra, y nuestros pensamientos y acciones se verán afectados por aquella a la que demos prioridad. Se llama: el poder de la influencia. Y esto es lo que la Biblia tiene que decir al respecto:

  • «No se dejen engañar: “Las malas compañías corrompen las buenas costumbres”» (1 Cor. 15:33).
  • «La jactancia de ustedes no es buena. ¿No saben que un poco de levadura fermenta toda la masa?» (1 Cor. 5:6).
  • «El que anda con sabios será sabio, pero el compañero de los necios sufrirá daño» (Prov. 13:20).
  • «No te asocies con el hombre iracundo, ni andes con el hombre violento, no sea que aprendas sus maneras y tiendas lazo para ti mismo» (Prov. 22:24-25).

Probablemente hayas oído el dicho: «Somos lo que comemos». Ese es el concepto que subyace en estos versículos. Nos convertimos en lo que consumimos. Por nuestra cuenta no somos lo suficientemente fuertes para resistir la influencia tentadora del pecado. No importa solo un poco con quién nos juntamos y qué escuchamos. Importa mucho. 

Entonces, ¿cuál es la voz más fuerte que te habla? ¿Son las redes sociales? ¿Son las noticias, una amiga, una organización, un podcast? ¿Estás diciendo cosas que has escuchado en la televisión (o leído en Internet) porque eso es a lo que le das prioridad? ¿O estás diciendo la verdad en amor porque la Escritura es la voz más fuerte en tu vida? 

Deja que Dios sea la voz dominante 

Sólo hay una manera de evitar parecer, actuar y sonar como el mundo: darle a Cristo la codiciada posición de voz más dominante. Así como mi canto se ve afectado por la voz más fuerte en mi oído, también mi piedad (o la falta de ella) se ve afectada por la voz más fuerte en mi oído. 

Prácticamente hablando, esto significa que tengo que pasar tiempo en la Palabra de Dios. Necesito leerla, conocerla y escucharla. Necesito empaparme de ella y meditarla. La Biblia no puede ser solo ese libro que leo durante unos minutos por la mañana para poder hacer lo de un buen cristiano antes de seguir mi camino. Tiene que ser la voz que más escucho, o en poco tiempo estaré cantando desafinada. 

¿Cuánto tiempo le dedicamos a la Escritura en un día determinado en comparación con todo lo demás? ¿Basamos nuestras decisiones en algo que dijo Dios o en algo que dice el mundo? ¿Qué o quién nos guía? ¿Es realmente la Biblia? 

Pensemos un poco más en mi ejemplo del canto. Cuando alguien con una hermosa voz para cantar está de pie detrás de mí en la iglesia, por lo general un hermoso sonido saldrá de mi boca también. Pero cuando alguien que no puede llevar una melodía está cantando en voz alta detrás de mí, va a ser difícil para mí cantar en el tono. Me guste o no, lo que sale de mi boca es el resultado de lo que entra en mi oído.

Cristo es la mejor voz a seguir 

¿Qué tipo de melodía has estado cantando? ¿Tus conversaciones están llenas de fe o de miedo? ¿Estás obsesionada con la gente o tu mentalidad está en las cosas de arriba (Col. 3:2)? 

No estoy diciendo que debamos ser ignorantes o pasivas cuando se trata de la dirección de nuestra sociedad. Es bueno estar informada y orar. Pero, ¿quién tiene tu oído? Esa es la pregunta que necesitamos evaluar porque somos fácilmente influenciables. Si la Palabra de Dios no está prominente saliendo de tu boca, entonces es probable que no sea prominente en tu oído.

Nosotras elegimos a quién o a qué le damos prioridad, y eso importa. Dependiendo de quién nos guíe, estaremos o no en sintonía con Dios. Una voz emergerá como dominante sobre cualquier otro ruido. La pregunta es: ¿de quién será esa voz? 

Puede que la voz de Dios no sea la más fuerte. Es posible que tengamos que desechar muchas otras influencias para escucharla, pero la Suya es absolutamente la mejor voz que podemos seguir. Él nunca desafinará, y cada melodía que canta es hermosa. 

Así que, dale prioridad a la perfecta y poderosa Palabra de Dios sobre cualquier otra. Deja que la Escritura sea la voz dominante que te guíe. Un sonido alegre saldrá también de tu boca.

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Sobre el autor

Stacey Salsbery

Stacey Salsbery es esposa de granjero y madre de cuatro hijos. Cuando no está sirviendo una comida, viajando en un tractor con su esposo o llevando a los niños a practicar, la encontrará escapando de la locura escribiendo devocionales en … leer más …

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