Consejos a mi hermana menor sobre la modestia

No creas que te voy a dar un sermón. O decirte que debes dejar Snapchat o jamás publicar fotos en Instagram. No quiero que me veas como un papá “regañón”. Pero, como líder juvenil, deseo compartirte algunas recomendaciones que creo pueden ayudar en tu crecimiento sobre este tema de la modestia en el contexto de tu apariencia y vestir. Entonces:

  1. Ora por un mayor amor a Jesús.

¿Qué tiene que ver esto con el vestir?

Todo lo que hacemos fluye de nuestros deseos. El deseo por una nueva serie en Netflix, hará que apartemos tiempo para disfrutarla. El deseo por el bienestar de un amigo, hará que nos sacrifiquemos económicamente por él. Lo mismo pasa con nuestra vida espiritual. Nuestro deseo por Jesús nos llevará a tener una entrega y rendición a Su voluntad. Ahora bien, todo deseo de nuestro corazón, que domina nuestras decisiones, fluye de lo que amamos. 2 Corintios 5:14-15 nos dice:

Pues el amor de Cristo nos apremia (nos controla), habiendo llegado a esta conclusión: que Uno murió por todos, y por consiguiente, todos murieron. Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquél que murió y resucitó por ellos.

Cristo murió por nosotros con el propósito de que ahora que tenemos salvación, no vivamos para nuestros deseos sino para Su gloria. El amor por Jesús debe dirigir nuestros afectos y decisiones.

Entonces, ora por un mayor amor a Jesús y un menor amor por la farándula de nuestra sociedad. Eso hará que tus afectos y aspiraciones se inclinen hacia Él.

  1. Renueva tu mente con la Palabra.

No importa qué tanto conoces la Escritura, o que hayas crecido en un hogar cristiano, ¡siempre necesitarás estudiar tu Biblia!

Tú estás viviendo en una sociedad secular, que no le interesa Dios ni nada que ver con religión. Esta generación ha abrazado una cosmovisión alejada de principios morales absolutos e, inclusive, de un razonamiento lógico. Dada esta realidad, la Escritura nos instruye: Renueva tu mente. Mira a Romanos 12:2:

Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.

Un mente renovada en la palabra te ayudará a comprender las razones por las cuales debes vivir una vida caracterizada por la modestia y te protegerá de la tentación del fashion show.

  1. Cuida las fotos que publicas en redes sociales.

La intención precede al contenido, de manera que, al expresarnos en redes sociales, estamos comunicando lo que se encuentra en nuestros corazones.

Tú y yo estamos llamados a cuidar nuestro testimonio porque pertenecemos al Señor. El apóstol Pedro escribe:

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquél que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable. 1 Pedro 2:9 NBLH.

El pensamiento que debe conducir o determinar lo que publico en mis redes es: soy escogido de Dios para anunciar Su bondad y otras virtudes. De manera que, una fotografía con una posición inapropiada, sensual o jactanciosa, no va a reflejar con coherencia lo que represento como hijo de Dios. Cuida tus publicaciones y verifica previamente que ellas glorifiquen a Cristo.

  1. La santidad es bella, la inmodestia es fea.

Una falacia que nos ha vendido este mundo es que la inmodestia es sinónimo de belleza, superación, autoridad, seguridad propia y poder. El feminismo tristemente ha logrado que muchas mujeres se maquillen con estos “cosméticos” que solo cubren la amargura, dolor, resentimiento, insatisfacción y falta de Dios que experimentan.

Pero, como dice Pablo a los efesios, “eso no es lo que ustedes aprendieron acerca de Cristo”. Así que “…ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que procede de él…”* dejen a un lado esos deseos engañosos.

La Escritura nos muestra a un Dios santo. Esa santidad es bella. De Jesús se nos dice:

Eres el más hermoso de los hijos de los hombres… Salmo 45:2

La santidad de Dios, Su pureza, es bella y apreciable. Mientras que ésta representa a Dios, la inmodestia representa los valores de las tinieblas. Te invito a rogar a Dios que, ahora que estás en Cristo, puedas abrazar Su santidad y vivir así, todos tus días**.

  1. Asesórate de mujeres más maduras.

Si hay algo que me encanta de la iglesia es que Cristo la ha diseñado para que funcione como el cuerpo humano. Cada miembro se asiste mutuamente y todos miran hacia un solo fin: la gloria de Cristo.

En esa dinámica de “los unos y los otros”, se encuentra la tarea de mujeres mayores de instruir a las más jóvenes (Tito 2:4, 5). Y una de las cosas que se debe enseñar es el dominio propio.

Como hombre, no puedo decirte qué conjunto combinar para mostrar prudencia en el vestir. Hay detalles con los que no puedo ayudar mucho. Así que, te animo a ser intencional en buscar orientación de mujeres maduras de tu congregación. Compárteles tus inquietudes de cómo vestir de una manera que honre el evangelio.

  1. Persigue la modestia como virtud.

Cuando escribe a Timoteo, Pablo insta a que éste instruya a las mujeres de la iglesia que adquieran dos actitudes de carácter en cuanto al contexto de la apariencia: pudor y modestia.

En este contexto donde la iglesia tenía hermanas que distraían a los hermanos de la adoración a Dios debido a su manera excéntrica y llamativa de vestir, Pablo instruye que ninguna mujer debe ser fuente de tentación. La primera palabra, pudor, tiene la connotación de rechazar todo lo que deshonre a Dios. Por otro lado, cuando se refiere a modestia, el sentido fundamental es dominio propio; en especial sobre las pasiones sexuales***.

Te animo a perseguir la modestia, no como el vestido de una noche, sino como una prenda permanente de tu carácter.

Conclusión.

Sé lo desafiante que es el tema del vestir con modestia para las jóvenes cristianas. Es estresante no saber qué ropa comprar, ya que las piezas en las tiendas no fueron diseñadas pensando en la prudencia. Además, cuando encuentras lo que buscas, su costo no es tan asequible. A pesar de todo, te animo a seguir luchando por lograr vestir de una manera que refleje a Jesús. La satisfacción y el gozo de agradarle son incalculables e incomparables. ¡No desistas! ¡Él te ayudará y proveerá! ¡Tu meta es el Salvador!

Reflexiona:

  • ¿Cómo está tu amor por Jesús?
  • ¿Haz experimentado Su perdón y gracia por tu falta de prudencia?
  • ¿Puedes testificar de Su provisión para honrarle en el vestir?
  • ¿Te ha dado gozo saber que vistes para la gloria del amado Salvador?

*Efesios 4:21- 22.

**Lucas 1:75.

***Comentario MacArthur del NT, Primera Timoteo, pg. 97.

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Sobre el autor

Leo Meyer

Con deseos de amar más a Cristo. Esposo de Masi, padre de Mia. Posee una pasión por servir a la iglesia proclamando el evangelio y discipulando a la nueva generación. Gerente de Auditoría en una empresa comercial de su país. … leer más …

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